<
 
 
 
 
×
>
You are viewing an archived web page, collected at the request of United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO) using Archive-It. This page was captured on 15:20:04 Nov 08, 2015, and is part of the UNESCO collection. The information on this web page may be out of date. See All versions of this archived page.
Loading media information hide

El contexto: jóvenes y competencias

© Colección del Banco Mundial

El Informe Mundial de Monitoreo de Educación para Todos indica que a nivel mundial uno de cada cinco jóvenes de países en vías de desarrollo –200 millones de personas-- no ha completado la educación básica. En América Latina uno de cada 12 jóvenes no han terminado este ciclo educativo, por lo cual no tienen la oportunidad de adquirir las competencias básicas que se obtienen en la educación primaria y los primeros años de la secundaria, elementos esenciales para hallar un trabajo decente.

El Informe Mundial de Monitoreo de Educación para Todos también destaca que al nivel mundial, uno de cada ocho jóvenes está desempleado, en América Latina 7 millones. Además en la región, 27 millones de jóvenes están confinados a empleos informales, con salarios precarios y sin protección ni derechos. Según estimaciones de la OIT, la tasa de desempleo juvenil en nuestra región se mantendrá en torno al 14.7% para el año 2017.

América Latina y el Caribe es un continente joven. Cinco de cada diez personas tiene menos de 25 años. La creciente proporción de población joven representa uno de los mayores desafíos y, al mismo tiempo, una oportunidad para el desarrollo de la región. Sin embargo, si la generación actual de jóvenes no adquiera la educación y las competencias para desarrollar plenamente su potencial,  el desempleo, la pobreza, y las inequidades podrían aumentar. Estos problemas no se solucionarán sin la debida atención a programas y estrategias de educación y capacitación. De hecho, una baja participación en la educación y una débil inserción laboral juvenil representa una utilización ineficiente del “capital humano” de los países al no aprovechar la oportunidad que es su potencial para el crecimiento económico y para la generación de bienestar.

Las competencias para la inserción laboral y social

© Colección del Banco Mundial

El informe global de monitoreo define tres tipos de competencias que los jóvenes necesitan para la inserción social y laboral: competencias básicas, competencias transferibles y competencias técnico-profesionales.

Las competencias básicas comprenden las nociones en lectura, escritura y aritmética

necesarias para conseguir trabajo suficientemente bien pagado para satisfacer las necesidades cotidianas. Estas competencias son también un prerrequisito para proseguir la educación y la capacitación continua, y para adquirir competencias transferibles y técnicas y profesionales que mejoran las perspectivas de conseguir buenos empleos.

Las competencias transferibles no se aprenden de los libros de texto. Se trata de competencias tales como la solución de problemas, la comunicación efectiva de ideas e información, la creatividad, demostración de liderazgo, y el desarrollo de capacidades de emprendimiento. Las personas necesitan estas competencias para poder adaptarse a diferentes entornos laborales y así aumentar sus chances de permanecer en empleos bien remunerados.

Las competencias técnico-profesionales son las destrezas técnicas y el “know-how” que requieren ciertas profesiones, desde cultivar verduras hasta utilizar una máquina de coser, poner ladrillos o utilizar una computadora.

Principio de la página