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Contexto regional

América Latina y el Caribe está formada por 41 países extremadamente diversos; países de ingreso medio como México o Chile, otros menos desarrollados como Haití, pequeños estados islas, y otros de grandes territorios como Brasil y Argentina. En este contexto, los mayores desafíos en cuanto a sostenibilidad y ciudadanía mundial pueden variar de un país a otro, pero todos tienen puntos en común fundamentales.

A pesar del desarrollo económico favorable, el 28.2% de la población de América Latina vivían en la pobreza en 2012, con un 11.3% de extrema pobreza o indigencia (CEPAL 2013). América Latina tiene los más altos niveles de disparidad en la distribución de ingresos en el mundo. Esta inequidad se refleja en el acceso y calidad en las áreas como salud, educación y servicios básicos como electricidad y agua potable.

Muchos países de la región enfrentan desafíos relacionados a los crecientes niveles de violencia, con los costos humanos y sociales que conllevan. La región está registrando más de 100.000 homicidios al año, índices mucho más altos que en otras regiones, tanto así que  la Organización Global de la Salud lo considera al mismo nivel que una epidemia.

La región es rica en diversidad cultural y lingüística, con más de 650 pueblos indígenas que hablan más de 600 idiomas. Esta diversidad es fuente de creatividad, crecimiento y desarrollo humano. Pero también puede dar lugar a enormes tensiones sociales, exclusión y discriminación.

Los flujos migratorios son dinámicos en esta región. Cerca de 28.5 millones de personas vive fuera de las regiones o países donde nacieron (4% de la población total de la región), y con una población inmigrante inter-regional viviendo en América Latina y el Caribe estimada de 7.6 millones de personas (CEPAL 2014). Esto tiene implicaciones para la protección de los derechos de estos inmigrantes, así como de su estatus de ciudadanía y su integración en los países de acogida.

Es esencial que la educación se ocupe de estos asuntos y desafíos que afectan a América Latina y el Caribe, y que la GCEd provea el marco necesario para ello.

La necesidad de una educación para la ciudadanía mundial ha sido reconocida por los encargados de formular políticas y tomar decisiones de alto nivel. Así se puede ver en la Declaración de Lima 2014 “Educación para Todos (EPT) en América Latina y el Caribe: Evaluación de progreso y desafíos post 2015”. Esta declaración es el resultado del encuentro regional de Educación para Todos el 30 y 31 de octubre en Lima, Perú. A la reunión asistieron ministros de Educación, agencias de la ONU, organizaciones de la sociedad civil y socios en el desarrollo. Los asistentes a esta reunión declararon comprometerse a desarrollar programas en Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) y GCEd, para que los estudiantes a) adquieran conocimientos, valores y actitudes para promover los derechos humanos, igualdad de género y una cultura de paz y no-violencia, b) se conviertan en los seres que quieren ser y disfruten de vidas seguras, participen responsablemente en la sociedad, asuman la diversidad, vivan y trabajen en conjunto armónicamente, y, c) contribuyan al desarrollo sostenible, la protección del medioambiente y la vida en el planeta. Por último, que estén capacitados para enfrentar los desafíos del cambio climático.”

Avances y desafíos en América Latina y el Caribe

No existe una definición común o singular de GCEd en la región LAC. Se entiende, sin embargo, que el concepto provee un contexto rico para el debate y la investigación, tanto para definir los fundamentos conceptuales de GCEd, así como para desarrollar sus parámetros básicos en el contexto regional específico.

La GCEd se puede construir sobre una sólida base de experiencias en educación de la paz y derechos humanos, educación cívica, ciudadana y democrática, educación en valores, en ética y en filosofía, entre otros.

Elementos relacionados a GCEd pueden encontrarse en el programa curricular de diferentes países en la región, aunque quizás con otro nombre. Existe también una creciente oferta de programas no formales relacionados a GCEd, ofrecidos por ONGs y organizaciones de la sociedad civil. Esto complementa la oferta formal, ya que provee oportunidades de aprendizaje más flexibles y abiertas. A pesar de estos avances, aún existen muchas barreras para implementar GCEd y conceptos relacionados. De todos modos, hay una gran ventana de oportunidad para GCEd, pues los encargados de formular políticas y de tomar decisiones se dan cuenta de la necesidad de cambio en el sistema educativo actual, para responder a las necesidades las generaciones presentes y futuras. Esto se refleja, por ejemplo, en el resultado del documento de la 3° Reunión del Consejo de Ministros de Educación del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (PRELAC) sostenida el año 2013, y que establece que “la educación debe promover, activa y efectivamente, la ciudadanía a nivel local y global, y al mismo tiempo contribuir al fortalecimiento de la democracia, promoviendo el diálogo y la resolución de conflictos, mitigando toda forma de extremismo y violencia”.

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