Este espectáculo de música maliense, organizado por la Delegación Permanente de Malí ante la UNESCO, brindó la ocasión a la Directora General de abordar una vez más el compromiso de la UNESCO en favor de la protección y la reconstrucción del patrimonio cultural de Malí, en particular de Tombuctú, y de recordar a los asistentes que “en todos los lugares donde la violencia y la opresión intentan imponerse, se enfrentan en primer lugar a la cultura, y en todos los lugares donde la libertad y la paz recuperan sus derechos, la cultura recobra sus fuerzas”.

Tras los atentados de París y de Bamako, la Ministra de Cultura pidió que se guardara un minuto de silencio en memoria de todas las víctimas del extremismo y del terrorismo. “El desierto es un puente entre todas las culturas y todas las comunidades de Malí”, subrayó la ministra, quien recordó la fuerza de la cultura y de la música para ofrecer perspectivas y un futuro mejor y para promover los valores de la escucha, la ayuda mutua y la tolerancia.

El concierto, que sirvió también para alertar sobre la desertificación y los efectos del cambio climático, contó con la participación de los artistas Habib Koïté, Cheick Tidiane Seck, Babani Koné, Songhoy Blues, Assistan Kida, Terakaf y Mister Gims, así como con la presencia de la Secretaria Ejecutiva de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, la Sra. Monique Barbut.