¿Cuáles son los principales retos para la buena gestión del agua en medios urbanos?
Existen varios retos. En primer lugar está el objetivo de, para el año 2015, reducir a la mitad la proporción de la población que no tiene acceso a servicios de agua potable y saneamiento básico, una meta muy ambiciosa, que equivaldría a proveer agua a más de 300 mil habitantes adicionales por día. Aunque hay un esfuerzo mundial concertado, el progreso no es uniforme; subsisten disparidades, particularmente en África Subsahariana. En segundo lugar está el reto de llevar a cabo una gestión integral del agua en zonas urbanas, sobre todo en las grandes ciudades que crecen rápidamente, donde los pobres en zonas sin servicio de agua potable pagan por ella un precio entre 10 y 100 veces más alto. Es un reto enorme: integrar estas zonas conforme vayan creciendo para que tengan agua y saneamiento. En tercer lugar está el reto de concretar un cambio de paradigmas, pues muchas de las ideas que pretenden aplicarse hoy corresponden a realidades ya pasadas. No es posible que sigamos desperdiciando tanto el agua. Tenemos que aprovechar el agua de la lluvia, por ejemplo, que desaparece por las alcantarillas, y reciclar mejor el agua que utilizamos en nuestras casas, donde puede ser usada para la ducha y luego para el inodoro, por ejemplo. Esto no será fácil, desde luego. Hay culturas que se adaptarán más fácilmente que otras a estos cambios, que tienen que ver con nuevas normas, recursos disponibles e infraestructuras establecidas. Y también con viejas mentalidades. En los países en desarrollo, por ejemplo, este tipo de propuesta se tiende a ver como un retroceso, pues ahí se aspira a tener lo que ya existe en los países desarrollados.
La UNESCO organiza un simposio sobre, precisamente, nuevas orientaciones en el manejo del agua en medios urbanos. ¿Podría enumerar los objetivos de este encuentro?
El principal es tener un intercambio de conocimientos con participantes de diversos orígenes y organizaciones sobre prácticas, tendencias y nuevos conceptos en gestión del agua en zonas urbanas, en donde los resultados del PHI en su sexta fase se harán públicos y se pondrán a disposición de los Estados Miembros. Otro objetivo es sintetizar recomendaciones de los participantes para que enriquezcan los planes de trabajo futuro del PHI. El tercero sería que, a través de las recomendaciones del simposio, se logre una mayor sensibilización entre los tomadores de decisiones de los países, a todos los niveles.
¿Podría explicarnos en pocas palabras qué es el Programa Hidrológico Internacional?
El PHI es un programa intergubernamental de cooperación científica de la UNESCO dedicado a la hidrología y a la gestión de los recursos hídricos. Fue creado en 1975 y está regido por un consejo que cada dos años toma las principales decisiones, formado por 36 Estados Miembros elegidos por la Conferencia General de la UNESCO. Es el único programa científico dedicado al agua en el sistema de las Naciones Unidas. Fue concebido como un programa evolutivo para que pueda adaptarse a los cambios de la sociedad, por lo que las fases de ejecución del PHI, que duran seis años, reflejan las necesidades actualizadas de los Estados Miembros. La Secretaría del PHI está en la sede de la UNESCO en París, pero trabajamos en todo el mundo, a escala incluso regional y local, con gobiernos, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y otras entidades asociadas.