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1941: La Carta del Atlántico

Dos líderes emitieron una declaración conjunta destinada a ser conocida en la historia como la Carta del Atlántico. Este documento no era un tratado entre las dos potencias. Tampoco constituía una definición definitiva y oficial de los fines de la paz. Como el mismo documento lo expresa, era una afirmación de « ciertos principios comunes en la política nacional de nuestros países respectivos, en los cuales radican las esperanzas de un mejor porvenir para la humanidad. »

Foto ONU/Foto histórica
El Presidente Roosevelt y el Primer Ministro Churchill en el U.S.S. Augusta, en un evento formal, 14 de agosto de 1941.

Habían pasado dos meses desde la declaración de Londres, cuando, como resultado de la histórica reunión entre el presidente Roosevelt y el primer ministro Churchill, surgieron nuevas medidas en favor de una organización mundial.

En agosto de 1941, el Eje estaba todavía en crecimiento, o eso parecía, y las reuniones cuidadosamente orquestadas entre Hitler y Mussolini, terminaron inevitablemente en un "perfecto acuerdo," lo que generaba un sombrío presentimiento. Alemania se lanza en contra de USRS pero el poder de la nueva alianza estaba aún por conocerse. Y Estados Unidos, a pesar de dar auxilio moral y material, no estaba aún en la guerra.

14 August 1941  ||  Una Declaración Conjunta

Entonces, una tarde, llegó la noticia de que el presidente Roosevelt y el primer ministro Churchill estaban reunidos "en algún lugar en el mar" -los mismos mares en que se libraba la desesperada Batalla del Atlántico- y el 14 de agosto los dos líderes emitieron una declaración conjunta destinada a ser conocida por la historia como la Carta del Atlántico.

Este documento no era un tratado entre las dos potencias. Tampoco fue una expresión final y formal de los objetivos de paz. Sólo era una afirmación, como declaraba el documento, « de ciertos principios comunes en las políticas nacionales de sus respectivos países, en los que basan sus esperanzas de un futuro mejor para el mundo.. »

La Carta del Atlántico

Organización Mundial

De los ocho puntos de la Carta del Atlántico, dos se relacionan directamente con una organización mundial. 

Cláusula Sexta - vivir seguras dentro de sus fronteras, y que brinde asimismo a sus habitantes la oportunidad de vivir emancipados del temor y de la necesidad

« Después de la destrucción total de la tiranía nazista ellos esperan ver establecida una paz que ofrezca a todas las naciones los medios para vivir seguras dentro de sus fronteras, y que brinde asimismo a sus habitantes la oportunidad de vivir emancipados del temor y de la necesidad. ». 

Cláusula Séptima la libertad de recorrer los mares

En la cláusula séptima se declara que tal paz deberá garantizar a todos los hombres la libertad de recorrer los mares.

Organización de la Paz

Cláusula Octava - abandono del uso de la fuerza

La cláusula octava concluye el documento con este esquema de organización de la paz:

« Creen ellos que todas las naciones del mundo, material y espiritualmente, deberán renunciar al uso de la fuerza. Puesto que no se podrá asegurar la paz futura mientras haya naciones que continúen empleando armas terrestres, navales o aéreas con fines bélicos fuera de sus fronteras, creen ellos que mientras no se establezca un sistema más estable y amplio de seguridad general, se impone el desarme de tales naciones.

Ayudarán también, y alentarán, cualesquiera otras medidas prácticas que alivien a los pueblos que aman la paz del peso aplastante de los armamentos. » 

Principios Fundamentales de Justicia Internacional

En otros puntos de la Carta del Atlántico se afirman los principios básicos de la justicia internacional: Nada de expansiones; ni cambios territoriales sin el libre y expreso deseo de los pueblos interesados; facultad de cada país para escoger su propio sistema de gobierno; e igualdad de condiciones para todos los países en la adquisición de materias primas.

Normas de Trabajo, Promoción Económica, Seguridad Social

Cláusula Quinta - máxima colaboración entre las naciones en el campo económico

La cláusula quinta también traza el propósito constructivo de una futura organización internacional al declarar que los dos estadistas desean promover la máxima colaboración entre las naciones en el campo económico a fin de que todas puedan conseguir mejores condiciones de trabajo, progreso económico y seguridad social.

Un mensaje de esperanza

La Carta del Atlántico, creación de los dos grandes dirigentes democráticos de entonces, y que entrañaba además todo el apoyo moral de los Estados Unidos, produjo una profunda impresión entre los aliados. En los países ocupados sirvió como mensaje de esperanza. Se propuso en ella el establecimiento de una organización mundial fundamentada en las verdades eternas de la moral internacional.

El hecho de que tuviese poca validez jurídica no le quitaba mérito. Si en último análisis la validez de un tratado se determina por la sinceridad de sus principios, ninguna afirmación común de fe entre dos naciones amantes de la paz podría carecer de importancia.

24 de septiembre de 1941  ||  Una Promesa de Cooperación

Poco después del regreso del primer ministro Churchill a Londres, después de su entrevista en alta mar, se reunieron en esta ciudad diez gobiernos, que apoyaron los principios de la Carta del Atlántico y prometieron coadyuvar en su cumplimiento en toda la medida de sus fuerzas. El 24 de septiembre, la Unión Soviética firmo esta declaración junto con los representantes de los países ocupados de Europa: Bélgica, Checoeslovaquia, Grecia, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Polonia, Yugoeslavia y el del general De Gaulle, de Francia.  

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