Mensaje del Secretario General en el Día de la Gente de Mar
25 de junio de 2014
El comercio marítimo es la sala de máquinas de la economía mundial. Sin el transporte marítimo, el transporte a granel de materias primas de importancia vital, de alimentos económicos y de bienes manufacturados simplemente no sería posible.
Se encargan de mantener esa máquina funcionando sin tropiezos alrededor de 1,5 millones de marineros, muchos de los cuales proceden de países en desarrollo. Cada día, se enfrentan a dificultades y peligros para mantener a flote nuestra economía mundial y contribuyen a asegurar que los beneficios de la globalización se distribuyan de forma más pareja.
Viven una vida dura, pues trabajan durante largas horas en condiciones climáticas con frecuencia peligrosas, y viven en condiciones de encierro con pocas oportunidades de interacción social o esparcimiento. El trabajo es difícil y el nivel de responsabilidad elevado. La separación de sus familias y sus seres queridos durante varios meses seguidos es una constante en la vida de los marineros, y la amenaza de piratería y de naufragio está presente en el fondo de la mente de muchos de ellos.
Durante muchos años, las Naciones Unidas, a través de la Organización Marítima Internacional y otros organismos, ha procurado que el trabajo marítimo sea una ocupación menos peligrosa y que el transporte marítimo sea una industria más verde y menos contaminante. La propia gente de mar trata de aplicar y mantener los niveles ambientales y de seguridad más altos posibles.
El transporte marítimo no es sólo un portador del comercio mundial, sino que además aporta una contribución significativa en su calidad de industria principal por derecho propio, en particular como fuente importante de ingresos para muchos países en desarrollo.
La industria de transporte marítimo es fundamental para la subsistencia de miles de millones de personas; y a su vez, la industria depende de los marineros. Sin ellos, el comercio internacional se detendría por completo. En el Día de la Gente de Mar, pido a todos que reconozcan la labor de los marineros que, con callada dedicación, mantienen en movimiento las ruedas del mundo.
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