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El Holocausto y la colección de documentos de debate de las Naciones Unidas

Documento de debate #9

El destino de los romaníes durante el Holocausto: la historia no contada
por el Profesor László Teleki
Enviado Especial del Primer Ministro húngaro, Copresidente del Interministerial de Asuntos Romaníes y diputado del Parlamento húngaro.

El destino de los romaníes o "gitanos" durante el Holocausto no es muy conocido a pesar de que la Alemania nacionalsocialista tenía como objetivo su extinción. Los nazis adoptaron muchas medidas que creían necesarias para resolver el llamado "problema gitano". Al igual que los judíos, los romaníes sufrieron discriminación, persecución, reclusión arbitraria, trabajo forzoso y asesinato durante el régimen nazi.

Los romaníes, que procedían de la India, seguían su propia cultura y tradiciones, y vivían de forma muy distinta a los europeos. Los romaníes sufrían porque su estilo de vida se consideraba injustamente "una molestia". Además, muchos europeos creían que los romaníes no pertenecían a la sociedad porque Europa no era su patria, a pesar de que los romaníes habían estado viviendo allí de forma pacífica durante años. Asimismo, a consecuencia de la política racial nazi hacia las minorías, se consideraba a los romaníes una amenaza para el concepto de la "pureza racial aria".

El trato nazi hacia los romaníes se basaba en prejuicios y fue discriminatorio desde el comienzo del régimen. A los romaníes se los despojó de sus derechos y propiedades, se les prohibió casarse con "arios" e incluso entre ellos, puesto que se los consideraba inferiores por ley. Hacia 1938, se los empezó a detener y recluir en campos vigilados o cerrados. Algunos campos de recogida se convirtieron en campos de trabajo forzoso. A muchos romaníes se los deportó a campos de concentración ya existentes. La mayor parte de los romaníes que todavía vivían en el Reich alemán en diciembre de 1942 se vieron deportados a Auschwitz-Birkenau. En el campo, se encontraban en la parte inferior de la jerarquía social, se les tatuó una "Z" por "Zigeuner" y se los obligó a llevar puesto un triángulo marrón o negro para distinguirlos.

Los romaníes del "campo gitano" de Auschwitz-Birkenau fueron apiñados en unos pocos cuarteles donde cientos de ellos murieron de malnutrición, epidemias, experimentos médicos, esterilización forzada y trabajo forzoso. Auschwitz sólo fue uno de los lugares donde se gaseó y asesinó a romaníes de forma sistemática. En otras partes de Europa oriental, los romaníes fueron fusilados.

El holocausto romaní, o "Pharrajimos" en húngaro, representa una de las mayores pérdidas padecidas por la humanidad hasta ahora. Sin embargo, el público en general se ha enterado de esta pérdida mucho después y en mucho menor grado que en el caso de la Shoá, las atrocidades cometidas contra los judíos, nuestros compañeros en el sufrimiento.

Hoy nos gustaría contar nuestra historia, mediante programas educativos, acontecimientos y exposiciones públicas, porque las muertes de hombres, mujeres y niños romaníes se convierten en sacrificios sólo si comprendemos el porqué y no cerramos los ojos ante el cómo.

Queremos que todo el mundo sepa y entienda que casi una cuarta parte de la comunidad romaní europea —entre ellos, muchos jóvenes— murió durante la segunda guerra mundial sin motivo alguno. No había ni un solo romaní que quisiera tomar las armas.

A la mayoría de las víctimas se la abandonó, sin identificación alguna, para que se pudriera en fosas comunes en lugares de bosque abandonados y en campos, después de haberlas asesinado mediante los disparos, las minas, el hambre, la enfermedad, el gas letal o los venenos utilizados durante experimentos inhumanos. A algunos se los enterró cuando todavía estaban vivos tras golpearlos cruelmente. Nos acordamos de ellos y de sus muertes sin sentido, y todo el mundo los recuerda acompañando a las víctimas en el camino hacia sus muertes.

Al reflexionar sobre el Pharrajimos en Hungría, inevitablemente surgen algunas preguntas:

¿Por qué los intelectuales húngaros no dijeron nada entre las dos guerras mundiales, cuando se concibieron los primeros pensamientos y acciones que instaban a la persecución?.

¿Por qué no se les dio hogar y por qué se asaltaba a numerosos romaníes a partir de 1941?.

¿Por qué se hacían redadas contra las familias romaníes a partir de 1943?.

¿Por qué se los llevó en marchas forzadas, en fríos y oscuros vagones de mercancías desde Székesfehérvár, Miskolc, Nagykanizsa, Körmend, Eger, Budapest; desde la prisión de la fortaleza de Komárom, por qué se los llevó a Theresianum, Dachau, Matthausen, Saarbrüchen, Bergen-Belsen, Auschwitz-Birkenau y otros campos de trabajo y exterminio alemanes?.

¿Por qué fueron asesinados en diciembre de 1944, cerca de Barcs en el condado de Somogy, en Kerecsend, Andornaktálya y Eger en el condado de Heves, en Székesfehérvár en el condado de Fejér, en Piliscsaba en el condado de Pest, en Várpalota e Inota en el condado de Veszprém? Y así muchos más....

Es imposible responder de forma aceptable desde el punto de vista moral a cualquiera de estas preguntas. Pero el silencio de medio siglo no es una respuesta tampoco, simplemente porque existen pocos documentos o fotografías que atestigüen estas muertes sin sentido.

Supimos de ello por primera vez por los recuerdos de ancianos romaníes y de presos judíos que sufrieron con ellos y que les prestaron ayuda en los campos. Durante el cincuentenario del baño de sangre de Auschwitz-Birkenau, visitamos el lugar del horror donde murieron más de 3.000 hombres, mujeres y niños romaníes. Todos los presentes en el campo de exterminio aquel día, incluido yo mismo, entendimos la importancia de esta época terrible, su pérdida inconmensurable y que la mejor parte de nosotros había perecido allí.

Ése fue el momento en que empezamos a seguir la pista de las ramas rotas de nuestros clanes y árboles de familia, las familias desaparecidas. Fue entonces cuando comenzamos a formular preguntas a las personas de mayor edad entre nosotros, que siendo niños pequeños vivieron aquellos días.

Ése fue el momento en que comprendimos lo siguiente: la mayoría de las víctimas de nuestro pueblo siguen siendo anónimas hoy, el único sentido real que tiene su sacrificio es servirnos de recordatorio. Y recordar sigue siendo nuestra obligación para siempre.

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SE LLEVARON A LOS GITANOS.

"Se llevaron a los muchos gitanos,
grandes y profundas fosas que cavar en el camino.
La fosa se ahonda lentamente, se trabaja sin descanso,
hasta que mane agua de su profundidad."
— del poema de Choli Daróczi

Sí, de hecho, la fosa del olvido y el abandono también ha ido haciéndose más profunda. Éste es un proceso muy peligroso. ¡Sólo piensen en ello! Fue debido al abandono, porque muchas personas no se lo tomaron en serio a tiempo y simplemente no les importaba, por lo que el nazismo pudo llegar a tal punto que era imposible que la gente corriente pudiera detenerlo. Por aquel entonces sólo se lo podía vencer a expensas de una guerra destructiva y costosa.

Es nuestra obligación recordar no sólo a las víctimas romaníes de Hungría, sino a todas las familias de los romaníes europeos. En los caminos que conducían a la muerte no existían fronteras, ni nacionales ni geográficas, cuando a los romaníes se los llevaron a los campos de exterminio. A muchas mujeres y hombres romaníes se los llevó a realizar trabajos forzosos y muchos murieron a cientos de kilómetros de su hogar, tras alambres de espino. Cientos de niños se quedaron huérfanos, pero sobrevivieron, gracias a la suerte, o a amables mujeres judías, húngaras y eslovacas.

Nuestro duelo es eterno e ilimitado, pero no carece de amigos ni de objetivo. Tal objetivo es decir con ustedes tan alto y tan decididamente como sea posible: NUNCA MÁS.

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6 Fuente: Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos (los historiadores sólo pueden dar una cifra aproximada de las víctimas porque se desconoce el número exacto).

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Temas de debate

1. ¿En qué aspectos se parecía el Pharrajimos a la Shoá de los judíos?

2. ¿Por qué los nazis consideraban inferiores a los romaníes?

3. ¿Cómo se identificaba a los romaníes en los campos?

4. ¿Por qué los nazis podrían haber creído necesario distinguir a cada una de las poblaciones presas en los campos?

5. ¿Qué se podría haber hecho para ayudar a prevenir la persecución y el asesinato de los romaníes?

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La serie de documentos de debate brinda un foro en el que académicos especializados en el holocausto y la prevención del genocidio generan temas de debate y estudio sobre estas cuestiones. Se les solicitó a estos autores, que provienen de una variedad de culturas y formaciones, elaborar documentos de debate basados en sus propias perspectivas y experiencias en particular. Los puntos de vista expresados por estos autores no necesariamente reflejan la posición de las Naciones Unidas respecto de estos temas.

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