“La caída del Muro de Berlín, hace veinte años, fue un acontecimiento de importancia histórica para la paz mundial y el avance de la democracia”, dijo Bokova. “Fue el principio de una era nueva, en la que surgieron esperanzas de una vida mejor, no sólo en Europa Oriental, sino en todo el mundo. Se había pasado una página de la historia.
Sin embargo, el progreso innegable que se ha conseguido no debería darse por sentado, dijo la Directora General. “Hoy vivimos en un mundo globalizado, pero sigue habiendo demasiados muros todavía en pie”, agregó. “La tarea de la UNESCO consiste en romper esos muros, dondequiera que estén y sea cual sea su forma”, agregó.
“La mundialización puede ser una fuerza liberadora, pero también conlleva el riesgo de crear un mundo más uniforme, erosionando su increíble diversidad –verdadera fuente de la creatividad humana y del desarrollo económico y social– y abriendo el camino a nuevas formas de represión, exclusión y pobreza”.
La Directora General, que entrará en funciones el 15 de noviembre, subrayó que el diálogo y el intercambio permanentes, entre líderes sociales y políticos y entre grupos culturales y religiosos diferentes, es esencial para superar estas amenazas y consolidar los cambios positivos que se han producido desde la caída del Muro de Berlín, hace dos decenios.
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