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Manuel Olivera Andrade: Los jóvenes investigadores deben ser escuchados

22 octubre 2015

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© M. Olivera

El joven investigador boliviano Manuel Olivera Andrade recibirá el Premio UNESCO / Juan Bosch para la Promoción de la Investigación en Ciencias Sociales en América Latina y el Caribe, el lunes 26 de octubre de 2015, en la Sede de la Organización, Sala I, a las 6:30 pm. El acto forma parte del IX Foro de la Juventud de la UNESCO, que reúne a más de 500 jóvenes de todo el mundo para centrarse en el desarrollo sostenible y la ciudadanía global.

Manuel Olivera Andrade es investigador de la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz. Recientemente sustentó su tesis sobre los factores de riesgo para el proyecto estatal de aprovechamiento del litio en el salar de Uyuni que el gobierno boliviano lanzó en 2008

El Salar, como es llamado por los habitantes de Uyuni, es el mayor salar de desierto en el mundo y se localiza en las tierras altas del suroeste de Bolivia. Este lago salado seco, se ubica sobre los 3.000 metros sobre el nivel del mar, cubre al más de 10.000 kilómetros cuadrados y contiene un tercio de los recursos del litio de todos los salares del mundo.

"En la matriz energética mundial que se está prefigurando actualmente, el litio podría convertirse en un nuevo petróleo", explica Manuel Olivera Andrade en la entrevista que se presenta a continuación. "Bolivia tiene la experiencia para llevar a cabo el plan de gobierno", pero para hacerlo de una manera exitosa "debe adoptar una visión integral, incluyendo aspectos sociales y ambientales, yendo más allá del presente énfasis tecnológico y comercial."
 

El conocimiento científico debe traducirse en decisiones políticas:
una entrevista de Manuel Olivera Andrade con Jasmina Šopova (UNESCO)  

¿Por qué se ha llamado al litio el “oro gris”?

El litio es el metal más liviano del planeta. Es utilizado en una amplia gama de aplicaciones industriales, incluyendo baterías para teléfonos celulares, I-pods, y otras tecnologías, incluso farmacéuticas. Combinado con otros metales como el azufre, el litio tiene una extraordinaria capacidad de almacenamiento de energía y juega un rol crucial en la nueva era de los automóviles híbridos y eléctricos. Las baterías ión-litio harán posible almacenar grandes cantidades de energía tanto para usos industriales como domésticos.

La matriz energética mundial – actualmente compuesta de petróleo, carbón y gas natural – será reemplazada en el futuro, y el litio podría convertirse tan importante como el petróleo lo es hoy en día. Esta es la razón por la cual se le ha denominado “oro gris”. ¿Se imagina una economía mundial basada en el precio del litio y/o en el control de los recursos de litio?
 

Vue sur le Salar de Uyuni du sommet d'Isla Incahuasi.
Vue sur le Salar de Uyuni du sommet d'Isla Incahuasi. © M. Olivera

Se dice que el salar de Uyuni en Bolivia contiene un tercio de las reservas mundiales de litio en el mundo. ¿Qué oportunidades brinda esto al país?

En efecto, de acuerdo a los datos que recopilamos entre 2012 y 2014, aproximadamente 36% de los recursos de litio de salmuera en el mundo están ubicados en Bolivia. Bolivia conjuntamente con Argentina y Chile, en el denominado “Triángulo del Litio”, poseen 84% de las reservas de litio de salmuera del mundo. Esto significa que el litio podría representar una ventana de oportunidad para Bolivia, no sólo en términos de desarrollo industrial y tecnológico, sino también en términos de una nueva agenda de negocios con sus vecinos. Podría ayudar a mejorar las relaciones políticas y económicas entre estas tres naciones. Pero, esto dependerá de ciertas decisiones y arreglos políticos con determinados actores dentro de Bolivia y naturalmente con Chile y Argentina. De todas maneras, por sí misma Bolivia puede emprender esfuerzos para buscar un espacio en el mercado mundial del litio.

¿Qué posibilidades de éxito tiene Bolivia para lograrlo?

Desde 2008 Bolivia está buscando lograr tener un espacio en el mercado mundial de litio. Pero no debemos olvidar que Chile y Argentina tienen más de 20 años de experiencia en la extracción de litio desde depósitos de salmuera muy similares al de Uyuni, y esta experiencia se ha construido principalmente a través de la llamada Inversión Extranjera Directa (IED).

En cualquier caso, el mercado para el litio boliviano dependerá de la oferta y demanda mundiales que se den en el futuro. Es un hecho que el precio del litio creció casi continuamente entre 2004 y 2014. Pero ¿cuáles serán las tendencias futuras a nivel global?

Existen tres escenarios básicos. Un grupo de expertos argumenta que posiblemente observaremos un periodo de sobre oferta de litio, debido a que existen al menos 10 nuevos grandes proyectos de producción de litio a nivel mundial. La principal consecuencia de esto sería una caída del precio. Otros especialistas piensan que posiblemente no pueda cubrirse el incremento de la demanda, proveniente del sector de baterías de litio, debido a algunas barreras tecnológicas y problemas geopolíticos. En este caso, el precio continuará incrementándose. Finalmente, desde hace dos años, un grupo de especialistas, al que me suscribo, pensamos que el boom real de litio ocurrirá en los siguientes años, una vez que las Mega factorías de Baterías Ión- Litio, hoy en construcción, empiecen a funcionar, por ejemplo en Nevada, Estados Unidos, o en Nanking, China. El mercado de automóviles eléctricos se desarrollará efectivamente entre 2017 y 2020, dependiendo del ritmo de adaptación de los consumidores y las políticas de fomento de los gobiernos.

El 2008 el gobierno boliviano lanzó un plan para la industrialización del litio, basado en inversión nacional y en su propio desarrollo tecnológico. ¿Puede comentarnos más acerca de ello?

Este proyecto nacional para la producción de litio no tiene sólo el objetivo de extraer el litio del salar de Uyuni sino también industrializarlo. Consiste en tres fases. La fase piloto (2008 – 2015), implica la producción experimental de carbonato de litio y cloruro de potasio, con tecnología 100% boliviana. La fase industrial (2016 – 2019) apunta a una producción de  30.000 toneladas de carbonato de litio y 700.000 toneladas de cloruro de potasio. Finalmente la tercera fase implica la producción de cátodos de ión-litio para la producción de baterías. No se acepta socios extranjeros excepto en la tercera fase. Esto constituye una gran diferencia con respecto a Chile y Argentina.

¿Posee Bolivia la experiencia necesaria – científicos, economistas, administradores y ambientalistas- para llevar adelante este plan?

En mi criterio, Bolivia tiene la experiencia para llevar adelante este plan. No es la primera vez que nuestro país realiza investigaciones sobre el impacto potencial de los recursos de litio. Pero, 25 años atrás, cuando la transnacional FMC Corporation quiso explotar el litio del salar de Uyuni, las condiciones que la empresa ofrecía eran tan desventajosas para los bolivianos, que el proyecto finalmente fracasó.

En los hechos, los primeros estudios previnieron de universidades bolivianas, con apoyo de científicos de Francia y Estados Unidos. Los resultados de estas investigaciones, entre los años 1970 y 1990, fueron cruciales para definir la importancia del litio de Uyuni en el contexto internacional. Al parecer todo este potencial de investigación cayó en el olvido después del fracaso de las negociaciones entre el gobierno boliviano y la FMC.

No obstante, yo estoy convencido que las universidades públicas, como San Andrés en La Paz y Tomás Frías en Potosí, cuentan aún con un importante potencial para abordar este tipo de desafíos. Muchos investigadores y expertos, a pesar de las dificultades, continuaron trabajando no sólo en litio, sino también en una serie de aspectos relevantes, tales como estudios ambientales, economía de recursos naturales y tecnología. Actualmente estamos viviendo un nuevo boom de investigaciones y propuestas de explotación del litio.


L'équipe du projet Lithium Nord Sud devant l'usine Llipi Llipi dans le Salar de Uyuni. © DR

En este caso, ¿por qué no se ha desarrollado el sector del litio en las décadas pasadas?

Esta situación se debe a varios factores; sin orden de prioridad éstos incluyen:

o     Un factor es la ausencia de renta. Durante este tiempo el sector del litio no ha generado ingresos y, consecuentemente, este aspecto no ha formado parte del debate nacional sobre recursos naturales y desarrollo, excepto durante el conflicto con FMC, 1989-1993.

o     Luego está el desarrollo parcial de la tecnología. Bolivia ha acumulado conocimiento sobre el litio como recurso natural, pero el uso sostenible del litio requiere aún de un conjunto de nuevas destrezas, capacidades, conocimientos y tecnologías, que deben fortalecerse gradualmente.

o     Otro factor constituye las condiciones del mercado, que indica que nuevas inversiones no hubieran sido viables antes del 2000. Entre 2000 y 2014, el precio del carbonato de litio se triplicó (de aproximadamente $us 2,000 por tonelada a 6,000) y la demanda mundial de litio se incrementó significativamente, de modo que esta última década fue más prometedora para las nuevas inversiones y por eso observamos nuevas fusiones y adquisiciones.

o     La experiencia histórica también retardó el desarrollo del sector. Los sistemas inhumanos de explotación minera – que provocaron la muerte de miles de personas durante los siglos XVI al XIX – permanecen en la memoria colectiva. Si bien en aquel entonces los actores, las condiciones y los objetivos fueron diferentes a los actuales, hoy en día la mayoría de los líderes y organizaciones reafirman – o al menos no se muestran abiertamente contrarios a – que la única manera en que Potosí logrará su largamente añorada prosperidad, es por medio de la inversión pública.

o     Diferentes visiones de desarrollo. Coexisten dos visiones históricas hasta la actualidad: la creencia en que el Estado, a través del gobierno nacional, debe decidir el destino de los recursos naturales; y una visión pragmática, que otorga un rol clave a la Inversión Extranjera Directa, en el desarrollo y mejoramiento de las capacidades nacionales. Estos últimos años se reavivó una tercera visión: concentrarse en los beneficios de corto plazo, lo que significa simplemente extraer litio para exportarlo y obtener los réditos monetarios correspondientes (la renta).

o     El factor de barreras normativas: En los últimos años, un candado normativo prevé que las organizaciones de Potosí participen directamente en el negocio, reduciéndoles al rango de observadores. El litio se define como recurso estratégico en la Constitución Política del Estado y es el gobierno central el único gerente e inversor en el sector, al menos en las fases de extracción y producción. Por consiguiente, los gobiernos regionales y locales son excluidos.

o     El factor de asimetría de información: El hecho de que el litio sea un nuevo negocio para los bolivianos, unido a asimetrías en la información, hace dificultoso para la mayoría de los líderes regionales, comunidades locales, población en general e incluso medios de comunicación, entender completamente las implicaciones del negocio del litio para la economía y la vida de las personas.

¿Están involucrados los habitantes de Uyuni en el proyecto gubernamental? ¿Cómo?

Desde mi punto de vista, las comunidades locales, que provienen de diferentes grupos étnicos, y los gobiernos locales en el área del salar de Uyuni, deben ser de una vez involucrados en el proyecto. Esto no está sucediendo hasta el momento. Aun asumiendo que la gente del lugar será empleada para las operaciones básicas en las plantas de producción, no está claro cómo este proyecto beneficiará a las comunidades locales. Será necesario encontrar mecanismos para distribuir los beneficios de la comercialización del litio, lo que no va a ser una tarea sencilla. Existen grandes diferencias regionales, en términos de visiones de desarrollo y prácticas, en relación a su territorio y recursos naturales.

El proyecto gubernamental debe adoptar una visión integral, incluyendo los aspectos sociales y ambientales, más allá del actual énfasis tecnológico y comercial. Los gerentes del proyecto y el gobierno central deben abordar este desafío: deben tomar en cuenta las expectativas de los habitantes del lugar; deben negociar, en buena fe, con los actores locales y departamentales, las mejores maneras de retornar los beneficios a la región.

El proyecto gubernamental debe incluir empleo y políticas de responsabilidad social: mejoras salariales, inversiones locales, y vínculos con otros sectores económicos (turismo, ganadería, agricultura) entre otros.

Manuel Andrade en interview avec Froilán Condori, alcalde (maire) d'Uyuni et ancien leader de FRUTCAS, la seule organisation régionale d'ouvriers paysans dans Altiplano du sud.

Cuéntenos más acerca de los aspectos sociales. ¿Cuáles son las principales actividades de los habitantes del lugar y cómo podrían ser afectadas por el proyecto del gobierno?

Actualmente, la actividad económica más importante dentro del perímetro del salar de Uyuni es la explotación de ulexita. Existen principalmente dos cooperativas locales, que emplean más de 200 trabajadores de la comunidad de Río Grande. Cerca del salar opera desde 2008 la Empresa Minera San Cristóbal (capitales japoneses). Esta es la más grande operación minera a cielo abierto de zinc-plomo-plata de América Latina y la tercera mina más grande de plata del mundo. La mina emplea más de 800 personas, mayormente de las comunidades vecinas. En todas partes, alrededor del salar, existe agricultura tradicional de quinua y ganadería de llamas. Finalmente tenemos que incluir el turismo, en que participan muchos campesinos como pequeños prestadores de servicios, principalmente a través de hospedajes.

Tarde o temprano, los depósitos de ulexita se terminarán, al menos dentro de la actual área de explotación de Río Grande, porque esta sal es un recurso no renovable. Los trabajadores están considerando a la planta de litio como la única manera de resolver su futuro desempleo. Esto también se aplica a las comunidades y trabajadores en la planta de San Cristóbal, que probablemente cerrará sus operaciones alrededor del 2025. De hecho estamos viviendo otra vez una crisis minera en Bolivia, en términos de reducción de precios y desempleo.

En relación a los productores de quinua, ellos fueron bastante indiferentes al mercado creciente de litio, durante los últimos 10 años, porque aún se estaban beneficiando de los altos precios de la quinua. Sin embargo, la actual reducción en los precios de quinua podría cambiar sus expectativas sobre el proyecto gubernamental del litio, de la misma manera que ocurre con la gente que trabaja en Río Grande y San Cristóbal.

 


Elevage de lamas, aux alentours du Salar de Uyuni. © M. Olivera

¿Qué de los aspectos ambientales?

La tecnología utilizada para la extracción del litio desde salmueras podría implicar el uso de grandes cantidades de insumos químicos y consecuentemente grandes cantidades de pasivos ambientales. Uno de los desafíos más importantes de los siguientes meses será clarificar y establecer estudios detallados acerca de las consecuencias ambientales del actual método de extracción. Si los gerentes del proyecto no adoptan medidas para controlar el uso de este tipo de insumos y pasivos, habrán impactos importantes sobre el salar, y consecuentemente, impactos sobre el paisaje.

Además, no tenemos suficiente información sobre la demanda de agua, pero es muy probable que el proyecto requiera grandes cantidades de agua. El método de extracción adoptado en Bolivia se basa en el uso de piscinas de evaporación, donde se deposita una gran cantidad de agua a fin de obtener el litio a través de procesos físicos y químicos acelerados por la evaporación. Además la extracción de litio por este método implica grandes cantidades de agua y químicos, después del uso de las piscinas de evaporación. Su impacto ambiental no ha sido adecuadamente estudiado. Se debe reunir y difundir mayor información acerca de todos estos aspectos.

 ¿No cree que investigadores jóvenes como usted deberían ayudar a difundir esta clase de información y tratar de influir en las decisiones políticas?

Como joven investigador, debo admitir que es bastante difícil ser escuchado por los segmentos políticos. Particularmente en el caso del litio y las políticas que le conciernen, la mayor parte del debate nacional se focalizó en determinados sectores de opinión con débil participación de las universidades. Esto no se debe a la ausencia de propuestas, al contrario, las universidades, como lo mencioné anteriormente, tienen un alto potencial para fortalecer y abordar muchos de los desafíos del proyecto gubernamental. Pero, muchas de estas propuestas y capacidades son ignoradas.

En este sentido el reto para jóvenes investigadores es doble: por un lado, tenemos el desafío de acceder a un espacio dentro del competitivo sector académico, particularmente en ciencias sociales. De hecho sólo pocos estudiantes tienen la oportunidad de trabajar en investigación en proyectos de mediano y largo plazo. Yo tuve la oportunidad de obtener una beca por dos años en San Andrés, y llevar adelante mi trabajo de tesis, la cual fue premiada por la UNESCO. Pero esta es una excepción, que debería ser la regla en Bolivia.

Por otro lado, debemos tener la capacidad de llegar a otros segmentos de la población y ser escuchados más allá del círculo de colegas y profesores, e influir en la opinión pública. En otras palabras: el desafío es crear un mayor capital social alrededor de los aspectos éticos, sociales y ambientales, en relación al uso de recursos naturales y sus efectos en nuestras vidas. Posiblemente, la mayoría de las personas piensan en el litio como un recurso lejano de los centros urbanos…en el “vacío altiplano” sin influencia en sus vidas. Esta clase de pensamiento debe cambiarse gradualmente, y nosotros, los jóvenes investigadores, debemos seguir trabajando en ello.

¿Cree que los resultados de sus tesis sobre los factores de riesgo sobre el proyecto gubernamental sean tomados en cuenta?

Para mi es claro que mi investigación contribuye al conocimiento sobre tópicos que no habían sido claramente considerados en el debate sobre el litio en Bolivia. Es crucial hacer posible un mayor acceso a la información acerca del litio, principalmente sobre las consecuencias para la vida de las personas y la economía nacional.

En este sentido, nuestro rol como investigadores es contribuir a la difusión de conocimiento. Tenemos que hacer posible que cada vez más personas tengan mejor calidad de información, en términos simples y comprensibles. Personas bien informadas tienen expectativas más cercanas a la realidad, pueden aprovechar más rápido las oportunidades y pueden influir a los políticos a través de la interpelación.

En ciencias sociales hay una categoría muy interesante llamada “traducción”. De acuerdo al sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, este término se refiere al proceso por el cual un conjunto de conocimientos deja de pertenecer solamente a segmentos privilegiados de la población. “Traducción” significa que nuestro conocimiento científico se convierta en conocimiento colectivo y presione sobre el poder político a adoptar medidas pertinentes para asegurar una vida mejor.

Pero “traducción” significa también que el conocimiento colectivo, las diferentes visiones de vida, el conocimiento local y la experiencia acumulada durante la historia, se conviertan en conocimiento reconocido por los científicos, burócratas y políticos. “Traducción” es uno de los mayores desafíos para los investigadores; es algo que todos nosotros olvidamos frecuentemente.


Le volcan Thunupa. © M. Olivera