<
 
 
 
 
×
>
You are viewing an archived web page, collected at the request of United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO) using Archive-It. This page was captured on 02:51:02 May 06, 2017, and is part of the UNESCO collection. The information on this web page may be out of date. See All versions of this archived page.
Loading media information hide

Preservar la información

Existe un riesgo creciente de perder información muy valiosa para la humanidad en términos de conocimiento, identidad, historia y valores humanos. Por ello, la UNESCO lucha por sensibilizar a los gobiernos, las instituciones competentes y el gran público sobre la importancia de preservar la información para las generaciones actuales y futuras. El patrimonio documental es la memoria de la humanidad pero sufre constantes amenazas y corre el riesgo de desaparecer para siempre.

La necesidad más urgente es asegurar la preservación del patrimonio documental que tiene relevancia mundial. También es importante hacer que este patrimonio sea accesible al máximo número de personas posible mediante el uso de tecnologías apropiadas. La UNESCO toma las medidas necesarias para conservar el patrimonio documental y audiovisual a través del programa Memoria del Mundo. La UNESCO sostiene que el patrimonio documental mundial pertenece a toda la humanidad, por lo que debe preservarse y protegerse íntegramente, y estar al alcance de todos sin restricción alguna.

La preservación, el acceso y la distribución de la información dependen de la estabilidad de los documentos y del grado de disponibilidad para su consulta. Paradójicamente, los avances tecnológicos pueden hacer que los documentos sean más inestables y reducir su tiempo de vida. De hecho, mientras que las tablillas de arcilla se pueden conservar durante varios milenios, los documentos audiovisuales no duran más que unos decenios y el patrimonio digital no supera los diez años de vida.

Sensibilizar al público sobre la necesidad de conservar el patrimonio documental digital ha impulsado la adopción de la Carta de la UNESCO para la preservación del Patrimonio Digital y de la Declaración de Vancouver UNESCO/UBC, cuyas medidas deben ser implementadas por la UNESCO, los Estados Miembros, las asociaciones profesionales y la industria.