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Nuevo proyecto para mejorar la educación de las niñas y mujeres indígenas en Guatemala

15 noviembre 2017

Las niñas, adolescentes y mujeres indígenas de Totonicapán, Guatemala, harán valer su derecho a la educación en dos centros Malala de la UNESCO, que se abrirán como parte de un nuevo proyecto auspiciado por el Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación, que comenzará en 2018.

Francisca no tuvo otra opción. Al llegar al tercer grado, tuvo que abandonar la escuela. Francisca comenzó a trabajar en el campo y a cuidar a sus hermanos y hermanas para ayudar a sus padres. Para la mayoría de las niñas indígenas de Guatemala que viven en el seno de familias pobres con muchos hermanos, estudiar es impensable.

A partir del año 2018, el Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación apoyará la creación de un modelo educativo para las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes de Totonicapán, en Guatemala, mediante el establecimiento de dos centros Malala de la UNESCO. El nuevo proyecto, dirigido por la Oficina Regional de la UNESCO en Guatemala, tiene como objetivo fomentar el derecho de las adolescentes y mujeres jóvenes indígenas a recibir educación, especialmente aquellas que están marginadas por el sistema educativo por razones vinculadas al género, la etnia, ruralidad y la pobreza.

En Guatemala, el 11% de las niñas y adolescentes entre los 11 y los 19 años de edad no ha recibido ninguna educación formal. En realidad, las adolescentes entre los 15 y los 19 años de edad representan el porcentaje más alto de aquellas que no saben leer ni escribir. En este país, el promedio nacional de años de escolaridad para las niñas es de 4 a 6 años; en las regiones en donde la población indígena es predominante, la media es de 2,6 años (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE, 2015).

En numerosos países los sistemas educativos están arraigados en tradiciones ancestrales o patriarcales. Guatemala, por ejemplo, aún no ha establecido una política de igualdad de género que brinde apoyo a las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes que se hallan en situaciones de subordinación y desvalorización. El nuevo proyecto, por consiguiente, también contribuirá a reforzar las políticas que promueven la educación de las niñas y las jóvenes mujeres como parte del sistema educativo nacional.

Santa María Chiquimula y San Andrés Xecul, dos municipios de Totonicapán, fueron seleccionados para el establecimiento de los dos centros Malala de la UNESCO. En estos dos municipios, la población indígena supera el 98%, el índice de pobreza familiar está entre el 73% y el 89%, el analfabetismo de los jóvenes supera el 59%, el acceso a los servicios de salud es restringido y la tasa de natalidad por cada 1,000 mujeres supera el 69,8%.

Este nuevo proyecto se basa en el programa "Saqilaj B'e: vía libre para para que las adolescentes indígenas de Guatemala hagan valer sus derechos", que fue llevado a cabo por el equipo de educación de la Oficina Regional de la UNESCO en Guatemala, entre 2013 y 2017. Dicho proyecto favoreció la reinserción escolar de más de mil niñas y mujeres indígenas en Huehuetenango y Totonicapán, dos departamentos de Guatemala. Francisca fue una de las beneficiarias de este programa. Cuando cumplió 19 años, representantes del proyecto visitaron su comunidad y le brindaron su apoyo para que pudiera continuar sus estudios en el marco de un programa acelerado de educación primaria del Ministerio de Educación. Gracias a este apoyo, Francisca pudo terminar la escuela primaria. Ahora trabaja como cocinera en una cafetería donde gana dinero para ella y su familia. Su sueño es completar la escuela secundaria y continuar sus estudios para convertirse en una chef profesional. Para Francisca "la educación es un alimento que nos hace crecer".

El proyecto Saqilaj B'e ha servido de lección para aprender a reducir los obstáculos a los que deben hacer frente las niñas y las mujeres jóvenes de Totonicapán para acceder a la educación. Hoy día, mediante este nuevo proyecto, la UNESCO quiere seguir apoyando a estas niñas, adolescentes y jóvenes mujeres indígenas, y a muchas otras, para que puedan realizar sus sueños.