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Diálogo intercultural

El mundo está cada vez más interconectado, pero eso no significa que los individuos y las sociedades convivan de verdad, como lo demuestra el sufrimiento de millones de pobres, mujeres, jóvenes, emigrantes y minorías privados de sus derechos. En la actualidad, la información, la tecnología y el conocimiento están más disponibles que nunca, pero falta la sabiduría necesaria para prevenir los conflictos, erradicar la pobreza y ofrecer a todos la posibilidad de aprender a vivir en armonía en un mundo seguro.

En este nuevo contexto globalizado y turbulento, se debe promover un mensaje fundamental: paz no es sinónimo de ausencia de guerra, sino que significa vivir juntos respetando las diferencias de sexo, raza, lengua, religión y cultura, y difundiendo el respeto universal de la justicia y de los derechos humanos, dos principios sobre los que se basa esta convivencia. La paz no debe darse por conseguida; garantizarla es un proceso continuo, un objetivo a largo plazo que requiere un trabajo constante, mucho cuidado y una participación activa de todos los ciudadanos. Vivir en paz es el resultado de las decisiones que tomamos en las situaciones que afrontamos y de las elecciones que hacemos en nuestra vida cotidiana, que nos comprometen a entablar un diálogo sincero con otras personas y otras comunidades, independientemente de su lugar de residencia.

Es más crucial que nunca promover y difundir valores, actitudes y comportamientos que propicien el diálogo, la no violencia y el acercamiento entre culturas, de conformidad con los principios de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural:

“En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y grupos con identidades culturales a un tiempo plurales, variadas y dinámicas. Las políticas que favorecen la integración y la participación de todos los ciudadanos garantizan la cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y la paz. Definido de esta manera, el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural es propicio para los intercambios culturales y el desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida pública”.         (Artículo 2 – De la diversidad cultural al pluralismo cultural)

Actualmente, la paz requiere cada vez más un compromiso activo, un liderazgo ilustrado, fuertes valores educativos, la investigación en profundidad de la innovación social y el progreso de los medios de comunicación. Cada uno de estos elementos constituye una exigencia esencial para la misión de la UNESCO. El largo compromiso de la Organización para con el desarrollo de la educación y las ciencias, el enriquecimiento de la creatividad cultural, el patrimonio y el futuro cultural así como en pro de la elaboración de un panorama mediático mundial dinámico y orientado hacia la paz es su contribución activa, floreciente y sostenible a la paz en el mundo.