Esta Conferencia da seguimiento al debate sobre el mismo tema realizado en el Consejo de Seguridad de la ONU el 27 de marzo de 2015 y a la primera edición de la conferencia, celebrada en París el 8 de septiembre de 2015. En la Conferencia de París se presentaron un plan de acción y una hoja de ruta para dotar a la comunidad internacional de maneras de apoyar a todos aquellos que están perseguidos por motivos étnicos o religiosos.

El objetivo de la cita en Madrid es por tanto examinar las acciones ya emprendidas y determinar futuras prioridades, así como identificar programas, proyectos y acciones que permitan a las poblaciones desplazadas regresar a sus lugares de origen y fomentar la reconciliación y la estabilidad.

Todos los participantes subrayaron la importancia de proteger el patrimonio cultural y la diversidad cultural en la región, de incluir en los manuales escolares aspectos la educación a la tolerancia y la convivencia y de proteger a las víctimas de la violencia étnica y religiosa.

La iraquí Nadia Murad, representante de la comunidad yezidí, pidió en su intervención una movilización urgente para proteger a todas las comunidades de Oriente Medio: “No tenemos voz, necesitamos apoyo de la comunidad internacional”, declaró.

“Los extremistas violentos atacan el patrimonio y las vidas humanas, atacan a víctimas y minorías de todos los horizontes: shabak, turcomanos, musulmanes, cristianos… porque son símbolos del pluralismo que ellos aborrecen”, declaró la Directora General. “Los extremistas violentos atacan escuelas porque son conscientes del poder del conocimiento para contrarrestar las visiones falsas de la fe y de la historia que ellos vehiculan, y destruyen la cultura porque saben que es la herramienta del diálogo y lo que ayuda a las personas a vivir juntas en su diversidad”, añadió.

“Necesitamos poder ‘duro’ para responder y poder ‘suave’ para prevenir, mediante la educación, la cultura y la información. Este es el papel de la UNESCO y de las Naciones Unidas, la estrategia contraterrorista que fomenta en apoyo de sus Estados Miembros”.

“Compartí este mismo mensaje la semana pasada en Ryad en la Cumbre Islamo-Americana”, continuó Bokova, “un mensaje que aparece también reflejado en el plan de Acción que acordamos en París”.

La Directora General subrayó la importancia de educar para la paz y dotar a las personas de herramientas para vencer la desconfianza y la división, construyendo diálogo. “Esta visión impregna toda la acción de la UNESCO para prevenir el extremismo violento a través de la educación en situaciones de emergencia y la protección del patrimonio. La UNESCO propuso una iniciativa regional para enseñar sobre la historia y la diversidad cultural en escuelas de Medio Oriente y fortalecer la interculturalidad y la ciudadanía inclusiva. Esta iniciativa también pondrá de relieve la importancia de la diversidad cultural en la salvaguardia y el proceso de restauración de las ciudades históricas de la región”, añadió.

En sus palabras inaugurales, el ministro español de Asuntos Exteriores y Cooperación declaró: “El extremismo violento no puede ni debe vincularse con ninguna religión, nacionalidad, civilización o grupo étnico. Estamos aquí para expresar nuestra solidaridad con las víctimas y reiterar nuestra determinación de actuar”. El ministro Dastis instó además a todos los participantes a hacer contribuciones al Fondo de Emergencia de la UNESCO para la Protección del Patrimonio para restaurar de manera prioritaria patrimonio religioso de interés común, como el santuario de Nabi Yunus de Mosul (Iraq), venerada por todas las religiones monoteístas como símbolo de unidad y diálogo.