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Una segunda oportunidad de educación para las adolescentes embarazadas de Jamaica

24 octubre 2018

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© Women’s Centre of Jamaica Foundation

“Si algo se debe enseñar a las adolescentes es justamente la resiliencia”, afirma Zoe Simpson, directora ejecutiva del Centro para Mujeres de la Fundación de Jamaica, recompensada con la edición 2018 del Premio UNESCO de educación de las niñas y las mujeres.

La importancia de la educación

En un país en que el aborto es ilegal, muchas de las niñas que acuden al Centro provienen de los medios sociales más desfavorecidos, en donde la educación sanitaria es limitada. No siempre resulta fácil integrarlas al sistema educativo y mantenerlas en un programa que no es obligatorio. “La sociedad jamaicana puede condenar a las niñas que se hallan en esta situación. Las ayudamos a encontrar su lugar en la sociedad y a sacar provecho de su potencial, haciéndoles ver la importancia de la educación”, dijo Zoe.

“Antes de la creación del Centro, las niñas abandonaban la escuela al quedar embarazadas, algo que significaba que su educación secundaria había terminado. Actualmente, obtienen su título y después del parto quedan reincorporadas de facto al sistema de educación formal.” Los adolescentes y los hombres jóvenes también reciben consejos, fundamentalmente sobre las cuestiones vinculadas con la paternidad.

El Centro explica a las niñas adolescentes que los hijos de madres instruidas tienen más oportunidades de recibir ellos mismos una educación. De hecho, Zoe afirma que se ha comprobado que los hijos de madres que han recibido instrucción logran obtener empleos cualificados, y rompen de este modo el círculo vicioso provocado de los embarazos precoces. “Deseamos que salgan del Centro con las competencias necesarias para hacer frente a todos los obstáculos que pudieran encontrar. Consulte cualquiera de las profesiones presentes en Jamaica y encontrará a algunas de nuestras antiguas alumnas desempeñándose en ellas”, afirmó.

Un galardonado de la UNESCO transforma vidas

Obtener el Premio UNESCO de educación de las niñas y las mujeres significa que el Centro podrá seguir reforzando su labor y mejorando el contenido de sus programas de estudio virtuales dirigidos a las adolescentes a las que resulta difícil llegar y que no tienen la posibilidad de participar en los programas en el terreno. “Durante los 3 últimos años, las inscripciones en los cursos en línea se han cuadruplicado.” El Centro también tiene previsto implementar un programa de tutoría, e incorporar entre sus servicios la detección de casos de violencia de género y de depresiones después del parto.

Cuando se habla de transformar vidas, la historia de Kinshasia Johnson es representativa. “Yo tenía 14 años. Me hallaba en mi casa cuando sentí que algo vibraba dentro de mí. Pensé que era mi móvil, pues no sabía entonces que se trataba de los latidos de un corazón.” Kinshasia era una estudiante seria y motivada que cursaba el noveno grado en un instituto prestigioso. “Estaba preocupada por la decepción que sentirían los demás cuando se enteraran de que estaba embarazada”, dijo.

La primera y la más grande de todas las decepciones la recibió de parte de su padre quien no aceptó su embarazo. Kinshasia se dirigió entonces a un centro que la acogiera y se inscribió en el Centro para Mujeres. “Era una situación difícil”, afirmó. “En varias ocasiones ocurrió que no tenía medios para pagar el viaje en autobús para asistir o mi almuerzo, pero el Centro me ayudó de muchas maneras diferentes.” Gracias a sus programas, obtuvo un título de estudios secundarios. Actualmente, trabaja en la Oficina electoral de Jamaica como encargada de las inscripciones y prepara paralelamente un diploma de licenciatura en Ciencias en el ámbito de la logística y la gestión de las cadenas de suministro.

Tashai Green quedó embarazada a los 15 años de edad después de sufrir una agresión sexual. Se lo contó a su tía y esta la inscribió en el Centro. “No estaba lista para convertirme en madre. Ni siquiera era capaz de ocuparme de mí misma, ¡cómo podría entonces ocuparme de un niño!”, expresó Tashai. “En el Centro entendí que el abandono no era una opción.”

Un año después de entrar al Centro, Tashai volvió al instituto. “No fue fácil combinar las noches de insomnio, la lactancia y los estudios, pero obtuve mi título”, afirmó. Actualmente, trabaja como técnica de laboratorio.

Con motivo del Día Internacional de la Niña, el Centro para las Mujeres de la Fundación de Jamaica fue galardonado con el Premio UNESCO de educación para las niñas y las mujeres cuyo objetivo es ayudar a las niñas adolescentes jamaicanas a reincorporarse al sistema escolar y completar sus estudios. Financiado por el gobierno de la República Popular China, el Premio, de 50 000 dólares estadounidenses para cada uno de los dos galardonados, se concede cada año a quienes han contribuido de manera excepcional a promover la educación para las niñas y las mujeres.

El Centro para Mujeres de la Fundación de Jamaica, fundado en 1978 para proporcionar educación continua a las niñas adolescentes embarazadas y a las madres jóvenes una segunda oportunidad para obtener el diploma de estudios secundarios caribeño. El programa dirigido a las madres adolescentes proporciona un apoyo holístico sobre todos los aspectos, desde consejos para que las niñas se conviertan en buenas madres y la preparación para que puedan hacer frente a la dinámica de la reincorporación a la escuela como madres y alumnas a la vez, hasta apoyo financiero para ayudarlas a que se ocupen de sus hijos.