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Editorial

Esperando a los héroes

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Fútbol de desechos marinos, de la serie “Penalty” de la artista británica Mandy Barker.

Cuando comiencen a leer este número de El Correo de abril-junio de 2018, nuestros lectores estarán viviendo todavía en la época holocena del periodo cuaternario, perteneciente a la era cenozoica del actual eón fanerozoico que comenzó hace unos 542 millones de años. Es posible que en un futuro próximo se añada a la escala temporal geológica una nueva época: el Antropoceno.

Hace más de 10.000 años que comenzó el Holoceno (del griego “todo reciente”), pero las actividades humanas han tenido repercusiones tan importantes y generalizadas en el sistema terrestre que los científicos se están preguntando, desde hace más de veinte años, si no se debe considerar que la humanidad ha entrado en una época geológica, denominada  el Antropoceno (del griego “ser humano” y “reciente”). Este término fue inventado por el biólogo estadounidense Eugene F. Stoermer y a principios del decenio de 2000 lo popularizó el meteorólogo holandés Paul Crutzen, Premio Nobel de Química. Desde entonces ha provocado continuos debates en el mundo científico y ha suscitado inquietudes en la opinión mundial.

Corresponderá a la comunidad internacional de paleontólogos, geólogos y especialistas en estratigrafía –y más concretamente la Comisión Internacional de Estratigrafía y la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (UICG)– determinar si efectivamente hemos entrado en una nueva época geológica. Si no fuera así, puede ocurrir que el término Antropoceno figure en las enciclopedias del futuro como una mera idea destinada a poner sobre aviso a la humanidad de los siglos XX y XXI contra los peligros que sus actividades entrañaban para la Tierra.

En espera de esa decisión, los científicos argumentan, defienden sus puntos de vista y discuten sobre esta cuestión. ¿Cómo se puede fechar el inicio de este nuevo periodo hipotético? O dicho sea de otro modo, ¿desde cuándo somos responsables los humanos de un proceso que puede ser funesto para nuestro planeta? Para algunos, el Antropoceno no es más que un nombre alternativo para designar a la época holocena, ya que desde sus inicios –hace 10.000 años– la invención de la agricultura y la sedentarización de la especie humana empezaron a presionar la naturaleza. Para otros, el Antropoceno habría comenzado ya en torno al año 1800, con la Revolución Industrial. Por último, otros fechan el principio de esta nueva época en 1945, año de la explosión de la primera bomba atómica.

Pese a todas las divergencias, son muy pocos los que no reconocen que en los últimos cincuenta años el estado de la Tierra se ha deteriorado con una rapidez y una espectacularidad jamás conocidas anteriormente. Son testigos de esto los gigantescos montones de plástico que se acumulan en mares y playas, la enorme fabricación de nuevos materiales que cubren la superficie terrestre y  apenas se reciclan, los suelos embebidos de fertilizantes agrícolas, el aumento de la acidez de los océanos, los índices récord de contaminación del aire, la intensa erosión de los bosques tropicales, los trastornos de los ecosistemas, la extinción masiva de algunas especies vegetales y animales, la drástica reducción de la diversidad biológica, el calentamiento climático, etc.

¿Quién tiene la culpa de todo esto? Nosotros, los seres humanos, dice la mayoría de los científicos. Queda por saber si todos somos responsables por igual. Algunos achacan la responsabilidad esencial al sistema capitalista occidental y por eso prefieren hablar de una época capitalocena u occidentalocena. ¿Vamos derechos al desastre? Hay quienes llegan hasta profetizar el fin del mundo y emplean términos como el de Chtulhuceno o Tanatoceno, para mostrar que el monstruo merodea y la muerte nos acecha… Hay expertos con puntos de vista más moderados a los que, sin embargo, inquietan mucho las vacilaciones de los encargados de tomar decisiones. Nos dicen en estas páginas que “parece como si la humanidad estuviera viendo aletargada una película y esperando que en la secuencia final aparezcan los héroes salvadores que le van a solucionar todo para su mayor felicidad”.

El debate causa furor, las soluciones tardan en llegar. El Correo recapitula.

 

Fotoilustración: 

 Mandy Barker