El jardín persa
Este sitio comprende nueve jardines situados en varias provincias del Irán. Estos jardines ejemplifican la diversidad del arte paisajístico persa que supo evolucionar y adaptarse a condiciones climáticas diferentes, conservando siempre sus principios fundamentales que se remontan a los tiempos de Ciro el Grande (siglo VI a.C.). Caracterizado por su división en cuatro sectores y por la omnipresencia del agua como elemento de irrigación y ornamentación, el jardín persa se concibió como un símbolo del Edén y de los cuatro elementos zoroástricos: el cielo, la tierra, el agua y el mundo vegetal. Los jardines que forman el sitio datan de épocas diferentes –desde el siglo VI a.C.– y comprenden también edificios, pabellones, murallas y sistemas de regadío complejos. Su influencia en el arte de la jardinería paisajística llegó a extenderse hasta la India y España.