Istmo de Curlandia
La ocupación humana de esta estrecha península de dunas de arena –de 98 km. de largo y 0,4 a 4 km de ancho– data de los tiempos prehistóricos. Sometido a los continuos embates del viento y las olas, el istmo debe su estado de conservación actual a los denodados esfuerzos realizados por sus habitantes para contrarrestar la erosión. Esta labor incesante la ilustran los continuos proyectos de estabilización y repoblación forestal que se llevan a cabo.