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Entrevista: La enseñanza de las cuestiones relativas al genocidio de los tutsi en Rwanda 25 años después

09 abril 2019

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参加2015年教育与大屠杀国际会议的卢旺达代表在美国大屠杀纪念博物馆

© USHMM

Miembros del equipo de docentes rwandeses en la ICEH 2015, en el Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos. De izquierda a derecha: Freddy Mutanguha, Jean-Damascène Gasanabo, Bonheur Pacifique y Aimable Mpayimana.

Entrevista a Freddy Mutanguha con motivo del Día Internacional 2019 de Reflexión sobre el Genocidio de 1994 contra los Tutsi en Rwanda. El Sr. Mutanguha es el director regional para África Oriental de Aegis Trust, una organización internacional que trabaja en favor de la prevención de los genocidios mediante la educación y la investigación. Freddy dirige los programas educativos de Aegis en favor de la paz en Rwanda, en la República Centroafricana, Kenya y Sudán del Sur. En 2003, cuando se creó el Memorial del genocidio de Kigali, integró Aegis como encargado de la documentación sobre los genocidios.  

Este año se cumple el 25° aniversario del genocidio de los tutsi en Rwanda. ¿Qué medidas se han adoptado para preservar la memoria de las víctimas del genocidio?

Preservar la historia del genocidio ha sido uno de los desafíos mayores y más complejos a los que han tenido que hacer frente los rwandeses después de esta tragedia. Hace 25 años, nadie sabía por dónde comenzar. Tampoco se sabía muy bien quién debía dirigir este proceso: el Gobierno, los supervivientes o la comunidad internacional.

El Gobierno dio un primer paso importante al adoptar leyes de proceso penal por el genocidio que constituyeron el punto de partida de una justicia transicional en el país. Los supervivientes tuvieron la posibilidad de desempeñar un papel activo en este proceso, al velar por que los responsables fueran procesados por sus crímenes, en particular a través del sistema de tribunales gacaca*. Esto permitió que las víctimas de las atrocidades cometidas pudieran compartir sus relatos mediante sus testimonios, y ver como se tomaba en cuenta y reconocía su sufrimiento.

Con la preservación de los sitios históricos en donde se perpetraron las masacres se dio otro paso importante para honrar la memoria de las víctimas del genocidio. Gracias a que se pudo identificar estos lugares, fue posible demostrar la verdadera magnitud del genocidio, su modo de propagación a lo largo y ancho del país, la cuidadosa elaboración de su puesta en marcha y su ejecución – al no dejar a los tutsi ningún sitio en donde refugiarse en todo el país. Los esfuerzos de los supervivientes, de las diferentes ONG y del Gobierno han permitido que dispongamos hoy en día de más de 200 memoriales del genocio en Rwanda. La preservación de estos sitios históricos se llevó a cabo en paralelo con el proceso de ofrecer a las víctimas del genocidio un entierro digno. Esta tarea continúa y necesita el compromiso de numerosos rwandeses, ya que la mayor parte de los restos de las víctimas no han encontrado aún la sepultura adecuada.  

Por último, gracias al apoyo de asociaciones como IBUKA y AVEGA, los supervivientes del genocidio han recopilado y registrado también sus historias con miras a transmitir su testimonio a las generaciones futuras.

En su opinión, ¿qué papel desempeña la educación en la aceptación de este pasado violento?

La ideología que sirve de base al genocidio se promovió en Rwanda unos 30 años antes de que tuvieran lugar estas atrocidades masivas. Fue integrada en los planes de estudio, perpetuando la idea de una fractura entre los alumnos hutus y los tutsis, y marginando a estos últimos. Es algo que experimenté yo mismo. La educación contribuyó a preparar el genocidio: influyó las maneras de pensar de aquellos que, más tarde, cometieron estos actos por voluntad propia. Si no olvidamos esto, nuestro objetivo ahora es utilizar la educación como instrumento positivo para restaurar la paz. Hoy en día, nuestra tarea consiste en enseñar ese pasado violento a las generaciones de jóvenes con miras a preservar la memoria y a prevenir futuras atrocidades. La enseñanza sobre las cuestiones relativas al genocidio puede ayudar a los alumnos a desarrollar su reflexión crítica y a sentir empatía hacia los otros, así como a asumir la responsabilidad de sus propios actos. Las pruebas, los documentos y los testimonios recopilados en el Memorial del genocidio de Kigali son herramientas poderosas para respaldar este tipo de enseñanza.

La investigación académica sobre el genocidio de los tutsi ha contribuido esencialmente a una mejor comprensión de la psicología de quienes lo perpetraron. Asimismo, ha permitido aclarar por qué y cómo personas comunes y corrientes se convirtieron en quienes perpetraron este genocidio. También contribuye a identificar las causas profundas de las atrocidades masivas y a elaborar las medidas necesarias para prevenir que tales dramas puedan repetirse en el futuro.

Un conocido proverbio rwandés dice que “la piedra que se ve no puede romper el arado”. Creo que esto refleja perfectamente el objetivo principal de la enseñanza de las cuestiones relativas al genocidio. Es esencial enseñar y aprender los hechos relativos a un pasado violento si deseamos impedir que vuelvan ocurrir atrocidades masivas en el futuro.

¿Cómo enseñaría usted esta historia en Rwanda 25 años después?

Inmediatamente después del genocidio, nadie sabía cómo contar lo que había sucedido, y aún menos, cómo enseñarlo. Para los docentes, el primer desafío fue elaborar entonces técnicas pedagógicas que no provocaran más ira y no culpabilizaran de manera colectiva a los alumnos. Durante estos últimos 25 años hemos logrado elaborar progresivamente una estrategia educativa que estimula la enseñanza de nuestro pasado violento a la vez que incluye un componente preventivo sólido. En el marco de esta estrategia, la enseñanza de las cuestiones relativas al genocidio fue integrada a la educación en un plano nacional, en la enseñanza primaria y el primer y segundo ciclo de la secundaria. No se trata de una materia diferente, sino de un tema transversal integrado en numerosas disciplinas escolares y enseñado a diferentes niveles.   

En 2015, usted participó en la Conferencia Internacional de Educación sobre el Holocausto, organizada por la UNESCO y el Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos. ¿Su participación en esta conferencia le ayudó en la promoción de la enseñanza de las cuestiones relativas al genocidio en Rwanda?

La conferencia representó una gran oportunidad para nuestro equipo de docentes rwandeses y para mí mismo con miras a familiarizarnos con las prácticas idóneas internacionales en materia de enseñanza de los actos de violencia en el pasado, y fundamentalmente, con enfoques pedagógicos relativos a la educación sobre las cuestiones relativas al Holocausto. Aprendimos a organizar mejor el contenido de nuestros programas para tomar en cuenta la enseñanza sobre los genocidios, y pudimos de este modo mejorar nuestras metodologías pedagógicas. La conferencia nos permitió también compartir nuestra experiencia y presentar métodos para la enseñanza del genocidio en Rwanda.

Después de la conferencia, continuamos colaborando en equipo y colaboramos en la organización de un conjunto de formaciones dirigidas a los docentes de Rwanda. Las reacciones de los participantes fueron muy positivas: todos estimaron que había sido de mucha utilidad aprender la historia del Holocausto. Aprender que atrocidades similares fueron cometidas también en otros países, en diferentes momentos, les ayudó a entender que la experiencia rwandesa del genocidio de los tutsi es algo que concierne a toda la humanidad, y no solo a la población local. Numerosos docentes participantes vivieron el genocidio, ya sea como actores o como víctimas. La formación les ayudó a abrirse sobre el tema y a hablar de lo que ellos mismos habían vivido. Hoy en día, la enseñanza de las cuestiones relativas al Holocausto forma también parte de la enseñanza del genocidio en Rwanda y esto es una evolución muy positiva.

Apreciamos realmente el papel que desempeña la UNESCO en la organización de esta conferencia y las oportunidades que nos proporcionó.

¿Por qué cree que la educación y el aprendizaje del genocidio de los tutsi tiene importancia a nivel mundial?

Antes de los acontecimientos de 1994, el Holocausto o el genocidio en Camboya pertenecían a la Historia y parecía imposible que ocurrieran en Rwanda. De la misma manera, estoy seguro de que en el momento en que ocurrió el genocidio de Rwanda, las poblaciones de Darfour o de Sudán del Sur no podían imaginar que, unos años más tarde, las atrocidades masivas serían perpetradas en su país. A través de estas experiencias devastadoras, ahora tenemos conciencia de que un genocidio puede ocurrir prácticamente en todas partes, en cualquier momento y en cualquier sociedad. La enseñanza del genocidio de los tutsi, a la vez que de otros casos históricos de genocidios, contribuye a revelar las diferentes facetas que puede adoptar la violencia genocida, en situaciones diferentes. Esta enseñanza destaca el hecho de que los genocidios y su prevención son una preocupación de índole mundial y que un esfuerzo aunado de todo la humanidad es necesario para impedir que atrocidades similares puedan ocurrir en el futuro.  

*Gacada es un sistema de tribunales comunitarios de Rwanda inspirado en la tradición local. Este sistema jurídico comunitario fue instaurado para acelerar los procesamientos contra las personas que eventualmente habían participado en el genocidio de los tutsi en 1994. Más de 2 millones de personas fueron juzgadas por los tribunales gacaca.