Petroglifos del paisaje arqueológico de Tamgaly
En las proximidades del desfiladero de Tamgaly –donde crece una vegetación relativamente frondosa en comparación con la de los vastos y áridos Montes Chu-Ili, en los que está encajonado– existe un notable conjunto de 5.000 petroglifos. Los primeros datan del segundo milenio antes de nuestra era y los últimos de principios del siglo XX. Están repartidos en 48 emplazamientos, donde existen vestigios de asentamientos humanos y sitios funerarios que constituyen un testimonio de los tipos de ganadería practicados por pueblos dedicados al pastoreo, así como de sus modos de organización social y ritos religiosos. Los vestigios de los asentamientos humanos presentan una estratificación en múltiples capas que atestiguan la ocupación del territorio a lo largo de las distintas eras de la humanidad. Se han encontrado también numerosos sitios funerarios con recintos en forma de cofre, o cámaras hechas con losas, que datan de mediados y finales de la Edad de Bronce, así como tumbas rematadas por kurgans, túmulos construidos con piedras y tierra. La concentración más densa de petroglifos se da en la parte central del desfiladero, donde también hay vestigios de presuntos altares que, al parecer, servían para ofrendar sacrificios.