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El kagura de Hayachine

Inscrito en 2009 (4.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

© 2008 by Hanamaki-city Board of Education

Entre el siglo XIV y el siglo XV, la población de la prefectura de Iwate, situada al norte de la isla mayor del archipiélago del Japón, rendía culto al monte Hayachine por considerarlo una divinidad. Esta veneración dio origen al kagura, una representación folclórica que todavía anima hoy el Gran Festival del Santuario de Hayachine, celebrado el primer día de agosto de cada año en la ciudad de Hanamaki. El kagura de Hayachine está integrado por una serie de danzas ejecutadas por bailarines enmascarados al son de tambores, címbalos y flautas. El espectáculo comienza con seis danzas rituales, seguidas por otras cinco que narran leyendas de las divinidades y episodios de la historia del Japón medieval, y culmina con una danza en la que un bailarín representa al shishi, una criatura fantástica semejante a un león que es la encarnación del sagrado monte Hayachine. En un principio, esta danza la ejecutaban los religiosos que custodiaban el santuario para mostrar el poder de la divinidad de la montaña y bendecir a la población, pero hoy en día el kagura de Hayachine lo interpretan representantes del conjunto de la comunidad para los cuales esta expresión cultural propia constituye un motivo de orgullo. La transmisión de este ritual de generación en generación y su representación pública no sólo reafirman el sentimiento identitario de la comunidad y contribuyen a la perdurabilidad de una tradición importante, sino que además permiten conmemorar episodios de la historia del Japón y rendir homenaje a una divinidad de la montaña venerada en todo el país.

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