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El Rector de la Universidad Federal de Bahía insta al Parlamento brasileño a defender las universidades / Change.org

El 15 de octubre de 2019, el rector de la Universidad Federal de Bahía (UFBA) y presidente de la Asociación Nacional de Dirigentes de Instituciones Federales de Educación Superior (Andifes), Joao Carlos Salles, tomó la palabra en la Cámara de Diputados de Brasil para exponer su punto de vista en defensa de la universidad pública brasileña.

Las palabras del rector fueron pronunciadas a raíz del “corte injustificado del 30% de los presupuestos universitarios ya aprobados” por parte del gobierno nacional, según describe el artículo “Em defesa das Universidades Públicas Brasileiras”, publicado en el portal change.org como parte de la campaña dirigida al Congreso Nacional de Brasil.

El rector convida en este texto al parlamento brasileño a afirmar su papel ante la sociedad, y a ver el peligro presente en las amenazas actuales a la universidad. “El parlamento brasileño debe mostrarse hoy como un poder especial para la formación de una opinión pública basada en el debate y en la más elevada exigencia de datos científicos. No puede ser inferior a las redes sociales, y no puede utilizar datos desprovistos de evidencia empírica adecuada y de consistencia científica precisa”.

En Brasil, desde la llegada al poder del Presidente Jair Bolsonaro, las universidades se han visto amenazadas ante la reducción de sus presupuestos, lo que se interpreta como un freno al desarrollo de la ciencia, la cultura y la democracia, en el ámbito académico.

A continuación la transcripción de las palabras del rector Joáo Carlos Salles.

Palabras del rector de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), Joao Carlos Salles, presidente de ANDIFES, en audiencia pública en la Cámara de diputados – 15/10/2019

Hoy, muchos miran a las universidades y solo consiguen ver padecimientos. Es tal la hostilidad que apenas se reconocen la virtud de la investigación, la libertad del pensamiento, la formación de personas, los beneficios múltiples y profundos a la sociedad. Miran a la universidad con sus ojos miopes, exigiendo resultados inmediatos y rendimientos a contribuyentes, como se ella fuese un negocio. Los que buscan resultados inmediatos, no tienen puesta la mirada en el futuro común. Los que sólo ven lo que es inmediatamente útil, los que se creen pragmáticos, no consiguen ver la colaboración entre los distintos saberes, no saben que la ciencia no se construye sin eventuales atropellos, sin la provocación de los que se hacen preguntas o claman por un sentido más definido. Los que ven a la universidad pública como un negocio son incapaces de ver la totalidad de la obra y su alcance. Y presentan a la universidad como un proyecto fallido, porque consumiría mucho y, de hecho, porque pide aún más recursos.

Señoras y señores, la universidad pública es el lugar de la producción científica en nuestro país. Ella es la fuente de la tecnología y la innovación. Ella también es el lugar de reflexión sobre la sociedad y de representación de políticas públicas. Ella es el lugar de críticas, de creación, de arte y cultura. Es crítica con respecto a la calidad académica, siendo ésta pautada por objetivos puestos en común por la sociedad y gestionada con transparencia y, vale enfatizar, en conformidad con valores y principios democráticos.

El parlamento brasileño debe mostrarse hoy como un poder especial para la formación de una opinión pública basada en el debate y en la más elevada exigencia de datos científicos. No puede ser inferior a las redes sociales, y no puede utilizar datos desprovistos de evidencia empírica adecuada y de consistencia científica precisa. En este sentido, también para afirmar su papel ante la sociedad, el parlamento debe ver el peligro presente en las amenazas actuales a la universidad. Con tales amenazas se ponen en peligro los valores, principios y fundamentos que le sirven día a día para hacer de nuestra sociedad una nación sobresaliente, libre y autónoma en la que el bienestar social garantice a todos un ejercicio más libre de la ciudadanía. Y finalmente, el parlamento y la universidad tienen un vínculo estrecho ya que, en ambas instituciones, la palabra debe preceder a otras formas de poder, en las que prevalecen la razón y no la fuerza.

La ciencia brasileña, que se realiza principalmente en la universidad pública, tergiversa sus resultados. Continúa su trabajo, como si su valor fuese pacífico e indiscutible la necesidad de más y más inversiones. No es sorprendente que sus resultados sean confrontados por líderes con poca educación o apresurados, de modo que sus opiniones se conviertan en conocimiento y que, por razones ajenas al trabajo científico, puedan destruir la plataforma construida durante décadas para el desarrollo de la actividad científica, en nuestro país.

Sin embargo, todos tenemos, cada uno en su papel, una obligación estatal con la ciencia y la cultura brasileña. Esta obligación se expresa en varios documentos. Sin embargo, quiero rescatar su expresión en uno de estos documentos, que es el Código de Ética del Servidor Público. Es un documento olvidado que necesita ser rescatado porque nos recuerda a todos el deber del decoro, la urbanidad y la precedencia del bien común de nuestros objetivos. Este Código también enfatiza que se nos prohíbe no tener en cuenta los avances técnicos y científicos en nuestra actividad. Ahora, esto solo puede traducirse en un conjunto de obligaciones con la investigación científica y con las evidencias empíricas sobre las que deberían basarse las decisiones de política pública inmediatas o a largo plazo. En resumen, todo esto implica un compromiso no negociable con la ciencia brasileña y, muy profundamente, con la universidad pública, donde la ciencia encuentra su hogar y su criterio.

La universidad pública no está en quiebra. La sociedad brasileña estará en bancarrota si renuncia a la autonomía científica en favor de la subordinación a intereses extranjeros, si elige la discriminación en lugar de la colaboración científica, cultural y académica, si renuncia a la búsqueda y a la producción de la verdad. Repito. La universidad pública brasileña no es un proyecto en quiebra. En quiebra está la sociedad que prefiere la ignorancia al conocimiento, que renuncia a la ciencia y la cultura en favor del prejuicio y el oscurantismo.

Vea el video del rector de la UFBA Joáo Carlos Salles en Change.


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