A nivel mundial, la proliferación de conocimientos sobre el aprendizaje desde los ámbitos académicos, paradójicamente, no aporta fácilmente productos significativos y de calidad a la educación, los currículos y el aprendizaje. Esto se debe a que, si bien existe un gran volumen de investigación, este no siempre es fácil de obtener o de comprender y aplicar a la enseñanza cotidiana y las experiencias de aprendizaje, ni es fácil descifrar las consecuencias sobre el currículo.
La OIE trabaja como intermediario neutral de conocimientos en colaboración con investigadores para garantizar el acceso a una investigación pertinente, y traduce esta investigación de alto valor para hacer que sea sustantivamente aplicable para mejorar las políticas y las prácticas, y para fortalecer la calidad del diseño, el desarrollo y la aplicación de los currículos.
La OIE promueve la utilización de investigaciones empíricas de gran valor para orientar la política y la práctica. Por lo tanto, su objetivo es ser reconocida a nivel mundial como un repositorio digital y un centro de intercambio de conocimientos accesibles, fundamentales para el currículo y el aprendizaje. Esta base de conocimientos consiste en una amplia gama de recursos, que incluyen bases de datos, informes nacionales, estudios, documentos de trabajo, herramientas de formación, publicaciones, así como servicios de documentación educativa. Estos recursos pueden explotarse con diversas finalidades, como la formación y la adopción de decisiones, y facilitar el diálogo con conocimiento de causa basado en pruebas sobre varias cuestiones educativas y la elaboración de currículos.