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Igualdad de derechos, no derechos especiales: un nuevo estudio reclama mejores condiciones de trabajo para los artistas

Ser artista en 2019

En el corazón de las industrias culturales y creativas hay personas. Artistas y profesionales de la cultura que innovan, inspiran, entretienen y cuestionan las normas, y cuyas obras infunden nuevas energías a la sociedad y a la economía. Si bien la importancia de la música, los libros y las películas en nuestras vidas puede parecer clara y evidente, el esfuerzo que implica la fabricación de estos productos sigue siendo poco reconocido y mal remunerado.

Un nuevo estudio de la UNESCO, Cultura y condiciones laborales de los artistas, revela los desafíos persistentes y emergentes a los cuales se enfrentan los artistas y profesionales de la cultura, y examina cómo los países de todo el mundo abordan estos temas a través de la elaboración de políticas.  El estudio se basa en la encuesta global cuatrienal realizada en 2018 sobre el impacto de la Recomendación de 1980 relativa a la Condición del Artista, diseñada para hacer un seguimiento de los avances e identificar las tendencias emergentes relacionadas con la condición del artista: se recibieron más de 90 respuestas de Estados Miembros de la UNESCO y organizaciones no gubernamentales.

Condiciones laborales dignas – lejos de ser una realidad

El estudio ha realizado varios descubrimientos preocupantes sobre la condición de los artistas en la actualidad. Existe una desigualdad de género sustancial en las actividades culturales, con aproximadamente 28 % de las trabajadoras empleadas a tiempo parcial, en comparación con el 18 % de sus colegas masculinos. Esto tiene un impacto negativo a largo plazo en el bienestar económico y social de las profesionales de la cultura: el empleo contractual, independiente o intermitente da como resultado contribuciones tributarias más bajas, lo que conduce a un menor acceso a la seguridad social, a los dispositivos de protección social y a las pensiones. Los trastornos generados por las nuevas tendencias digitales en el sector creativo también presentan nuevos problemas, como la compensación justa y la intensificación de la competencia debido a las plataformas en línea y los servicios de streaming. Otro obstáculo a unas condiciones de trabajo dignas para los artistas son las restricciones de desplazamiento. La crisis de los refugiados y las amenazas terroristas en los últimos años han aumentado el nivel de seguridad global, lo que ha generado un mayor número de visas rechazadas y restricciones a la libre circulación de los artistas, especialmente para los del hemisferio Sur.

“Al reconocer el papel esencial del arte en la vida y en el desarrollo de los individuos y de la sociedad, los Estados Miembros tienen el deber de proteger, defender y ayudar a los artistas y su libertad de creación“. La Recomendación de 1980 relativa a la Condición del Artista fue adoptada en 1980 con el objetivo de mejorar la condición profesional, social y económica de los artistas. Insta a que se adopten "las medidas necesarias para que los artistas disfruten de los mismos derechos (...) conferidos a un grupo comparable de la población activa en materia de empleo, de condiciones de vida y de trabajo", incluyendo medidas relativas a los ingresos, la seguridad social y las condiciones fiscales especiales, tomando en cuenta "la naturaleza intermitente del empleo y las marcadas variaciones en los ingresos de muchos artistas". Como lo demuestra el estudio Cultura y condiciones laborales de los artistas, casi cuatro décadas después de este hito para los derechos de los artistas, la visión de 1980 está lejos de ser realidad.

Trabajar juntos para retribuir de manera justa el trabajo creativo

Sin embargo, Cultura y condiciones laborales de los artistas revela algunos avances en este ámbito. En todo el mundo existen iniciativas para diseñar nuevas leyes de derechos de autor y medidas fiscales o adaptar las existentes para satisfacer las necesidades de los artistas en el entorno digital. A través de la elaboración de políticas innovadoras, los gobiernos están avanzando para remunerar a los artistas de manera justa, ya sea en su trabajo en o fuera de la red. El estudio también revela que existen programas en el hemisferio Sur que extienden los beneficios sociales a los artistas, incluyendo los seguros de salud, la atención médica, las pensiones y el seguro de desempleo. Es la primera vez que los artistas en las industrias culturales y creativas emergentes tienen derecho a beneficios tan tangibles e integrales. Este precedente puede alentar a otros países a ofrecer protecciones sociales que tengan en cuenta las características especiales del trabajo artístico, caracterizado por el empleo intermitente y las fluctuaciones en sus ingresos.

Los artistas no desean derechos especiales, sino igualdad de derechos.

 

Dado que la condición de los artistas está relacionada con una gran diversidad de temas, la elaboración de políticas para reforzar los derechos sociales y económicos de los artistas no es sencilla. Contrariamente a la creencia generalizada, crear una política "cultural" a menudo produce resultados fragmentados e insuficientes. Requiere un sólido compromiso político y una intensa cooperación entre todas las agencias gubernamentales, incluyendo a los ministerios de trabajo, asuntos sociales, cultura, educación, comunicación, relaciones exteriores, justicia y economía. En una época en la cual los trabajadores del sector artístico se enfrentan a potenciales amenazas generadas por las tecnologías digitales, la restricción de la movilidad transnacional, la ampliación de la brecha de género y los ataques a la libertad artística, este enfoque integrado nunca ha sido tan esencial para la salud del sector creativo.

Lanzado el 21 de noviembre como parte de sériela colección Políticas e Investigación, el estudio fue financiado por el Programa UNESCO-Aschberg para los Artistas y los Profesionales de la Culturas y consolidado por la Secretaría de la Convención de la UNESCO de 2005 sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, un instrumento legal clave que promueve el desarrollo dinámico e inclusivo del sector creativo, incluyendo la promoción de los derechos de los artistas. A través de dos instrumentos internacionales innovadores, la Recomendación de 1980 y la Convención de 2005, la UNESCO continúa abogando por un mundo en el cual las expresiones contemporáneas, artísticas y diversas, símbolo de una democracia saludable, iluminen nuestras vidas y estimulen nuestras mentes.

Los artistas no desean derechos especiales, sino igualdad de derechos. La cuarta entrega de la serie Políticas e Investigación espera inspirar políticas futuras que pongan a los artistas en pie de igualdad.