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Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres

Gran angular

Radio Ambulante, radioscopía de América Latina

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"Let’s do that radio thing", serie de dibujos de la artista argentina María Luque creada para ilustrar el podcast sobre la fundación de Radio Ambulante difundido con motivo del 7° aniversario de la radio.

Un gurú colombiano que abusó de decenas de mujeres, una escritora cubana que recuerda su infancia habanera o un astrónomo aficionado que logró fotografiar el nacimiento de una supernova desde la terraza de su casa en Rosario (Argentina) son algunas de las historias que cuenta Radio Ambulante, un servicio de podcast en español que desde hace ocho años no escatima imaginación. Carolina Guerrero, una de sus fundadoras, explica la vocación de esta emisora de nuevo tipo.

Entrevista a Carolina Guerrero realizada por Lucía Iglesias Kuntz

¿Cómo surgió la idea de hacer Radio Ambulante?

Hace ocho años Daniel Alarcón y yo vivíamos en San Francisco. Él es escritor, yo periodista. Soy colombiana y Daniel, peruano. Nuestras experiencias migratorias eran distintas, pero teníamos en común el apego a Latinoamérica, a nuestra cultura original, a la cultura de nuestros padres y al idioma español. A cada rato nos encontrábamos comentando un tipo de formato que domina la radio pública en inglés acá, que es de largo aliento, narrado en la voz de los personajes. Lo admirábamos y terminábamos lamentándonos de que no hubiera nada similar en español. Como lo que se nos proponía en español aquí en Estados Unidos no era de gran calidad, terminábamos consumiendo contenidos y medios en inglés. Dado además que Latinoamérica es un continente rico en historias y narradores, nos pareció que tenía que haber algo así… y decidimos crearlo nosotros.

¿Pensaron entonces en un público latino, es decir, de migrantes de lengua española residentes en Estados Unidos?

Cuando hace más de veinte años migré a Estados Unidos, en cierto modo dejé de ser colombiana y pasé a ser más latinoamericana. Mis amigos ya no eran tan colombianos, pasaron a ser de todas partes: chilenos, argentinos, venezolanos, puertorriqueños… y también latinos nacidos acá. Se me abrió el horizonte, porque con esta explosión de culturas que existe en los Estados Unidos, te das cuenta de que no sabías tanto de América Latina como pensabas. La idea era crear algo no solo para migrantes. 

Desde el principio el concepto fue que las historias que contásemos fueran universales, y que de alguna manera todo el mundo pudiera relacionarse con ellas. Son historias no tan noticiosas ni tan locales… y suficientemente entretenidas como para que un oyente del Bronx, en Nueva York, pueda interesarse en una historia de Chile o una persona en Colombia siga una historia de Guatemala.

¿Por qué el podcast y no una radio al aire?

Cuando empezamos éramos oyentes de radio, pero no teníamos ninguna idea de cómo funcionaba esa industria. Comenzamos a buscar la plata para nuestro proyecto aquí en Estados Unidos y nos dimos cuenta de que no había espacio para una radio al aire y nadie nos lo iba a abrir. Vimos inmediatamente que el futuro era digital y que, si Radio Ambulante podía encontrar audiencias, sería como medio digital. 

¿Cómo se relacionan con sus oyentes?

Hoy en día es imposible hacer caso omiso de la audiencia. Lo que te ofrece el mundo digital es una interacción constante que quizá no es tan fácil de encontrar al aire. De hecho, para nosotros más que una audiencia es una comunidad de oyentes, que son quienes nos escuchan, les cuentan a sus amigos y nos dan sus comentarios positivos o negativos. Los oyentes sienten que tienen un poder, y tengo que decir que un poco nos “pasan la cuenta”, nos piden cosas, a veces nos avisan de errores… tenemos una línea muy directa con ellos.

Hace ya como tres años que nos esforzamos en estrechar las relaciones con la audiencia. De este modo, abrimos otros canales de comunicación. Tenemos por ejemplo un grupo en WhatsApp para los oyentes más entusiastas, empezamos a potenciar más nuestro boletín y a tener más comunicación directa con los oyentes. Recientemente lanzamos también “Clubes de escucha”, en los cuales, a la manera de un club de lectura, la gente se reúne a escuchar una historia nuestra y luego comentarla.

¿Cómo es su modelo de negocio, cómo se sostienen?

Radio Ambulante es un proyecto costoso. Las veinte personas que hoy la formamos no producimos noticias de actualidad ni hacemos equis artículos por día. Lanzamos treinta episodios al año, que es poco, pero se cocinan despacio porque requieren mucho trabajo editorial y rigor. Recibimos apoyo de algunas fundaciones y hace tres años firmamos un contrato de distribución exclusiva con la National Public Radio (NPR), la radio pública estadounidense, que distribuye nuestro contenido en podcasts y nos paga para tener la exclusiva. Cada año hacemos también eventos en vivo que son presentaciones en teatros, y contamos con un programa de membresías para aquellos que nos quieran apoyar de manera regular. 

Últimamente estamos tratando de generar productos derivados de contenidos que ya tenemos para darles valor agregado, derivados que no sean costosos de producir pero que permitan monetizar nuestro catálogo. En este sentido, con el catálogo de 150 historias que ya tenemos, estamos explorando un par de fuentes de ingresos adicionales. Acabamos de lanzar la primera, que se llama Lupa y es una aplicación para que personas con un nivel medio o avanzado de español puedan perfeccionar el idioma con nuestros programas, ya que un segmento significativo de nuestra audiencia son estudiantes de español de nivel mediano y avanzado, sobre todo en Estados Unidos y Canadá. Tenemos mucho entusiasmo con esto.

La segunda idea, mucho más a largo plazo, es buscar oportunidades de propiedad intelectual en cine o series… Pensamos que de pronto alguna de las historias de nuestro catálogo quizá pueda convertirse en una historia de ficción que podría generarnos regalías.

¿Cómo eligen sus historias?

Más que temas, buscamos historias con personajes. Es clave que tengan un arco narrativo con un principio y un final. Como estamos distribuidos por distintas ciudades de Estados Unidos y América Latina (Nueva York, Costa Rica, Guatemala, México, Colombia, Londres y Puerto Rico), nos llegan historias todo el año. 

Sabemos por ejemplo que las historias de narcos traen muchos clics, pero esas ya las están haciendo otros y no nos interesa dar un rostro humano a los villanos. Pensamos que hay otras historias que merecen salir a la luz. A los oyentes les gustan las historias bien contadas, con muchas escenas y varias voces, historias que te ponen a soñar, que conectan al oyente con lo que ellos fueron de niños, que valoran la ambición o el esfuerzo. Hay cosas que todos vemos todos los días en los medios, pero acá las contamos despacio y nos damos el gusto de profundizar, y la audiencia lo aprecia. El promedio de producción por historia son seis meses. 

Una última pregunta que podría haber sido la primera: ¿por qué se llaman Radio Ambulante?

¡Uh, ese nombre nos sacó canas, fue difícil encontrarlo! Tiene que ver con los vendedores ambulantes, que en nuestras ciudades de América Latina se llaman solo ambulantes y están en todas partes, gentes super valientes, resilientes, que caminan, recorren la ciudad, se mueven por todas partes del espacio público, son perseverantes... nos pareció que eso nos reflejaba mucho. Y la idea de nuestro logotipo, de alguien que acarrea una radio, nos encantó.