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Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres

Entrevista

Uided Buchamaui: “La confianza genera prosperidad”

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Uided Buchamaui en la entrega de Premio Nobel de la Paz al Cuarteto de Túnez (10 de diciembre de 2015).
Crear un Estado sólido, capaz de dialogar con los jóvenes, y un sector privado que les estimule a ser emprendedores es la causa defendida por Uided Buchamaui, Presidenta de la Unión Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA), organización galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2015. Para ella, sin desarrollo económico no hay democracia.

Entrevista realizada por Munir Charfi, periodista tunecino

En nombre de la UTICA, usted desempeñó en 2013 un papel importante para resolver la crisis política en Túnez entablando un “diálogo nacional” con otras tres organizaciones. ¿Cómo se estableció ese diálogo?

A raíz del asesinato político del diputado Mohamed Brahmi perpetrado en julio de 2013, esto es, algo menos de seis meses después del atentado que acabó con la vida del dirigente del Frente Popular, Chokri Bellaid, se estableció un consenso para hacer un llamamiento público al apaciguamiento entre cuatro organizaciones: la UTICA, la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), la Unión de Abogados y la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH). Todas ellas formaron luego el Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez, recompensado con el Premio Nobel de la Paz en 2015.

La formación del Cuarteto sirvió de base para elaborar una hoja de ruta que, en nuestra opinión, recogía las aspiraciones de la gran mayoría de los tunecinos. Esa hoja se presentó a los partidos políticos influyentes del país, y 22 de ellos aceptaron rubricarla. El único que se negó a hacerlo fue uno de los tres partidos gobernantes por ese entonces: el Congreso por la República (CPR). En cambio, el Partido del Renacimiento (“Ennahdha”), que estaba también en el poder, acabó por firmar la hoja de ruta aunque no se aceptaron los cambios que intentó introducir.

Por primera vez en la historia de Túnez, se observa cierto entendimiento entre los sindicatos obreros y la patronal. ¿Es el diálogo la clave para abordar los problemas políticos y sociales?

Efectivamente. Antes de entablar el diálogo con los partidos políticos, la UTICA y la UGTT se concertaron para llegar a un entendimiento. Debo precisar que esto se hizo a iniciativa de la UTICA, deseosa de establecer un primer jalón del diálogo social. Estimamos que no hay nada mejor que un encuentro cara a cara para derribar el muro que separa a los sindicatos de la patronal. Las empresas sólo pueden funcionar con los patronos y los obreros. En aras de la productividad, lo mejor es adoptar el principio de vivir juntos en paz, aunque seamos diferentes.

La UTICA, que en su día fue aliada del poder autoritario, se transformó en agente del proceso democrático después de la revolución de 2011. ¿Cómo se produjo ese cambio?

En efecto, la UTICA no gozaba antaño de plena independencia para adoptar decisiones. Los patronos estamos llamados a transigir con los gobiernos, sean de la índole que sean, porque el capital es siempre un elemento frágil. Sin embargo, antes de la revolución de 2011 ya habíamos abordado algunas cuestiones candentes, como el comercio paralelo, el fraude y la corrupción. Hoy en día, como afortunadamente vivimos en democracia, podemos afrontar los problemas más delicados con mayor franqueza y claridad. Esto facilita enormemente el diálogo.

En su opinión, ¿qué función debe desempeñar el sector privado para respaldar el proceso democrático?

La consigna lanzada por los jóvenes durante la revolución fue “Dignidad y trabajo”. Es cierto que no hay dignidad sin trabajo. Nuestra función como sector privado es invertir para crear empleo. Si conseguimos este objetivo, habremos resuelto los problemas económicos y sociales de Túnez.

Aunque la democracia es una gran conquista, no basta para dar estabilidad a un país. De qué sirve poder expresarse libremente si no se tiene con qué comer. Por eso, el sector privado debe desempeñar un papel importante en la creación de empleo. Por su parte, las autoridades gubernamentales tienen que acompañar la acción de las empresas.

En Túnez hay obstáculos que frenan el desarrollo económico. Es necesario enmendar algunas leyes y poner término a la lentitud de la administración, que desalienta a los inversores. Los capitalistas extranjeros no se sienten motivados. Consideran que nuestra legislación sobre inversiones no es suficientemente precisa, o no se aplica. Los propios inversores tunecinos nos vemos frustrados porque, a pesar de nuestra buena voluntad, no podemos actuar al ritmo deseado debido a las dilaciones administrativas y jurídicas.

Las Naciones Unidas han proclamado que las alianzas entre el sector público y el privado son imprescindibles para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Cuál es el estado de esas alianzas en Túnez?

El parlamento tunecino ha votado una ley orgánica sobre el principio de cooperación entre el sector público y el privado, pero en su estado actual estimo que dicho principio se ha vaciado de su sustancia en la práctica. Por eso nos activamos para mejorar esa ley, cuya promulgación no ha sido objeto de una buena comunicación posterior que explique cuál es el objetivo de la colaboración entre ambos sectores. Si exceptuamos algunos sectores estratégicos en los que el Estado ha de estar presente y el sector privado carece de autoridad y medios para intervenir, cabe señalar que este último debe participar activamente en las inversiones que se realicen –sobre todo en las regiones del interior del país– y también alentar a los jóvenes a que creen empresas. Aprovecho la oportunidad para decirles: podéis empezar con un negocio pequeño y ya tendréis ocasiones para hacerlo crecer después.

¿Es usted partidaria de soluciones radicales para que Túnez salga de su actual crisis económica? ¿Cuál debe ser el papel de la UTICA a este respecto?

Las panaceas no existen. Sin embargo, la ventaja que tenemos en Túnez es que los males económicos están perfectamente definidos y son sobradamente conocidos por todos. Antes que nada, lo más perentorio es aplicar la legislación existente.

Es necesario solucionar los problemas que están dañando al país, como el comercio paralelo y la economía sumergida. Tenemos que controlar mejor nuestras fronteras e incitar seriamente a los jóvenes a que acepten el trabajo organizado. También se debe convencer a la población de que el pago de impuestos es un acto cívico. Por último, para que podamos volver a confiar en la administración estatal es preciso que ésta recupere la imagen que tuvo en el pasado, cuando desempeñaba sus funciones convenientemente.

Hoy en día tropezamos con barreras de las que todos somos conscientes. Tiene que existir la voluntad política de suprimirlas para que todas las partes interesadas recobren la confianza, que es la condición imprescindible de todo desarrollo. Hemos pasado de la dictadura a la democracia sin duda alguna, pero eso no significa que el Estado deba estar ausente. En efecto, es necesario un mínimo de orden, aunque sólo sea para aplicar las leyes. No queremos un Estado autoritario, reclamamos simplemente un Estado fuerte y esa fortaleza solamente emana de la aplicación de la ley. La autoridad de la ley trae consigo el rigor y éste genera a su vez la confianza, creadora de inversiones y prosperidad.


Imagen de la serie “West of Life” realizada por el fotógrafo tunecino Zied Ben Romdhane.

El terrorismo y el reclutamiento de jóvenes por Internet se han convertido en uno de los mayores problemas actuales. En 2015, en su discurso de recepción del Premio Nobel, el Cuarteto hizo un llamamiento para luchar contra esta plaga. ¿Cuáles son las soluciones preconizadas?

Creo que hasta ahora no hemos abordado con pragmatismo los problemas de la juventud. En Túnez, al cabo de seis años de la revolución, los jóvenes no han obtenido respuestas concretas a sus reivindicaciones. Carecen de trabajo y no disponen de un entorno apropiado para realizar actividades recreativas, culturales y deportivas. En cambio, pueden acceder fácilmente a Internet y, a falta de trabajo y de atención, son presas fáciles de los reclutadores terroristas, sobre todo si se les promete el paraíso y dinero en abundancia.

Todavía no hemos cobrado suficiente conciencia de la gravedad que tiene este fenómeno, especialmente en las regiones del interior del país. No se debe olvidar que el terrorismo está estrechamente vinculado al contrabando, o sea al sector de la economía sumergida, que es donde esos jóvenes marginados encuentran trabajo. El gobierno tiene que llevar a cabo una labor pedagógica para dialogar con ellos, enseñarles lo que significa el civismo y explicarles que el Estado por sí solo no puede resolver todos los problemas. Para crear empleo, las autoridades estatales deben garantizar la seguridad y la estabilidad política y legislativa. Así es como se estimulan las inversiones extranjeras y el espíritu de empresa.

Decir miembro de la patronal y “hombre de negocios” viene a ser prácticamente equivalente. Sin embargo, desde 2011, la organización de los patronos tunecinos ha puesto a su cabeza una mujer por primera vez en la historia. ¿Cómo se percibió esto?

A nadie le causó ninguna molestia. Como soy empresaria, estaba familiarizada con el mundo patronal. Además, a nadie se le ocurrió pensar que la autoridad y la función de la UTICA fueran a mermarse porque una mujer ejerciese su presidencia. Yo era la única mujer del consejo ejecutivo y fui elegida de forma transparente y democrática con un porcentaje de votos muy superior al de los demás candidatos. Creo que la elección se basó en criterios objetivos: justeza del programa, carisma, dotes de liderazgo y capacidad de gestión. He de decirlo francamente: en mi condición de mujer nunca me he sentido a disgusto en el ejercicio de mis funciones presidenciales.

¿Ejercen mucha presión en su vida privada las actividades políticas y sindicales?

Cuando una se convierte en un personaje público, no tiene una vida privada como la de antes. He optado por una vida pública y debo asumirla. Trabajo voluntariamente por el bien de mi país y de la UTICA. Estoy dispuesta a afrontar toda clase de presiones y críticas, con tal de que no traspasen los límites de mi estatus oficial y profesional.

Lo que sí son lamentables son las intromisiones en mi vida privada. Por desgracia hay personas que lo mezclan todo. Pero yo sé diferenciar: respondo serenamente, según mis convicciones, a toda crítica objetiva sobre mi actividad política y profesional, e ignoro por completo toda observación desconsiderada sobre mi vida privada.

Mi padre, que fundó una familia y creó varias empresas a base de trabajo y tenacidad, me inculcó el sentido de la responsabilidad. Gracias a ello, puedo llevar una vida personal y profesional con la serenidad requerida.

 
Ouided Bouchamaoui

Uided Buchamaui ha sido la primera mujer elegida para encabezar la UTICA. En 2013 fue nombrada “Mejor empresaria del mundo árabe” por la Alianza Deauville, creada por el G8; en 2014 fue galardonada con el Premio Oslo de la Fundación Empresas por la Paz (Noruega); y en 2015 recibió la Égida de Oro, otorgada por la Organización Árabe para la Responsabilidad Civil.