Los sucesos recientes que han conmocionado al mundo han puesto en evidencia la relevancia de la ciencia y la tecnología para avanzar en el desarrollo sostenible al que la humanidad aspira, a la vez que se ha relevado el rol fundamental de las mujeres para el desarrollo de soluciones y propuestas científicas para las problemáticas contemporáneas. Aunque la necesidad urgente de igualdad de género en todos los ámbitos de la ciencia y las sociedades es indiscutible, las mujeres continúan enfrentando prejuicios, estereotipos y diversos obstáculos para su participación plena. Los estudios muestran que solamente el 33% de las investigaciones científicas están a cargo de las mujeres, lo cual representa una pérdida de las ventajas que ofrece el talento, la creatividad y la inteligencia de la mitad de los habitantes del planeta. Aunque esta situación no se puede generalizar en todas las regiones y los estados porque existen diferencias, en países como Guatemala el acceso a la tecnología y su aplicación en la ciencia dista mucho de ser una opción para el desarrollo del país.

La igualdad entre hombres y mujeres es una prioridad global de la UNESCO y el apoyo para las jóvenes en su educación, el pleno desarrollo de sus competencias y de su empoderamiento para expresarse son motores del desarrollo y la paz. Por ello, desde diciembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, reconociendo el rol crítico que desempeñan las niñas y las mujeres en la ciencia y la tecnología.

Existen múltiples factores, superponiéndose unos a otros, que influyen en la participación de niñas y mujeres, su rendimiento y su progresión en los estudios y las carreras de ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas –STEM-, todos los cuales interactúan en forma compleja. La interrelación entre ellos manifiesta la necesidad de atender la exclusión y la poca participación de las mujeres en el mundo académico y laboral de las ciencias. Factores individuales, como la eficacia personal, el interés y la motivación se ven influenciados por los niveles de la familia, la escuela y la sociedad, que inciden en la autopercepción de las niñas y las jóvenes en cuanto a su potencial y sus intereses para elegir desarrollarse como científicas. Por mencionar algunos de estos factores: las expectativas de los padres y madres sobre el rol social de sus hijas; las actitudes y evaluaciones de los maestros con las que desmotivan a las niñas; la ausencia de modelos femeninos de profesoras de matemáticas, ciencia y tecnología o de científicas destacadas, que suelen invisibilizarse; o bien, los innumerables estereotipos y normas sociales que asignan roles aceptados para las mujeres; todo el conjunto de factores multidimensionales dan cuenta de la necesidad de acciones y estrategias colectivas para lograr la meta de este día.

El acceso a la tecnología y la ciencia representa un reto para muchas niñas y jóvenes, sobre todo en el área rural del país. Factores como el limitado alcance del sistema educativo, o de programas de capacitación en STEM, o la falta de recursos, propician el incremento de la brecha de género en este tipo de competencias. En Guatemala, según el Reporte de Calificaciones de los derechos en línea de la mujer, el 30.32% de las mujeres utiliza un teléfono móvil, el 10.17% una computadora y el 27.56% tienen acceso a internet a nivel nacional.

La actual pandemia ha incrementado la urgencia de atender esas brechas en materia de acceso a las TIC y a la Alfabetización Mediática Informacional. La inclusión, equidad y participación de las mujeres y niñas en ciencia son esenciales, por lo que es imperativo eliminar las múltiples barreras y obstáculos para el acceso a su educación y desarrollo. El aprovechamiento de las capacidades y talentos de las nuevas generaciones, en cuanto a investigación, desarrollo científico e involucramiento en tecnología, aportará nuevas perspectivas para el desarrollo sostenible.

Uno de los objetivos que se persigue en los Centros UNESCO-MALALA-MINEDUC, es empoderar a niñas y mujeres a través del disfrute del Derecho a la Educación. Gracias al apoyo de aliados como el Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica IGER y de HUAWEI Guatemala, 50 mujeres jóvenes indígenas tendrán la oportunidad de cursar sus estudios de bachillerato desde una plataforma digital utilizando para ello sus dispositivos electrónicos. De manera que, se garantiza una mayor participación de niñas y mujeres en la búsqueda de soluciones para hacer frente a los desafíos persistentes dentro de sus comunidades, como lideresas multiplicadoras del conocimiento y nuevas gestoras de tecnología y ciencia para el desarrollo sostenible.