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Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres

Gran angular

Escribir para iluminar la noche

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Fotografía de Zhai Yongming paseando en una finca de la Ciudad del Agua de Xitang, cerca de Shangái (China).

El mundo que se avecina será diferente del que hemos conocido hasta ahora. La poetisa Zhai Yongming vaticina que el ser humano será más respetuoso con lo que desconoce y con las demás especies vivas que pueblan nuestro planeta.

Zhai Yongming

Galardonada con numerosas recompensas internacionales, la poetisa ha publicada una decena de poemarios y ocho series de ensayos. Sus obras han sido traducidas a varias lenguas. 

 

Cuando sobreviene un desastre, la literatura no debe incurrir ni en el elogio atropellado, ni en la crítica desconsiderada. Debe centrarse en las personas y hablar de las emociones sentidas y las reflexiones suscitadas por la catástrofe. Los seres humanos tenemos que aprender a venerar lo desconocido, respetar la vida y despojarnos de los prejuicios e ideas y conceptos maniqueos. Si logramos comportarnos así, los pueblos del mundo serán más libres y tolerantes cuando la pandemia haya terminado.

Desde la publicación de Mujeres, mi primera antología escrita en los años 1980, la mayoría de mis poemas se inspiran en la vida real y en lo que acontece en la sociedad. Por eso, espero que los que he escrito durante la pandemia no sean fruto de una improvisación súbita ni de un deseo de llamar la atención. Mi anhelo es que hayan logrado expresar ideas y sentimientos concretos sobre este brote epidémico. Creo que el escritor debe ofrecer a sus lectores percepciones y no simples consignas.

La poesía es una forma particular de expresión literaria que emana de lo más hondo de un corazón profundamente conmovido. En los tiempos que corren, los poemas deben referirse al sufrimiento de las personas y a su capacidad de resistencia al desastre. Tienen que suscitar la reflexión.

La poetisa, o el poeta, deben comprometerse a contribuir a la edificación de una sociedad mejor, así como a la protección del medio ambiente. Si se evaden de la realidad o no consiguen expresar lo que piensan del mundo no desempeñarán entonces la función que se espera de ellos.

La escritura femenina como alternativa

Ante los desastres, las mujeres suelen dar muestras de intrepidez, valentía y determinación. En Wuhan, cuando se decretó la cuarentena por la enfermedad de COVID-19, una joven llamada Deng Ge organizó una “Brigada de ángeles” para abastecer de productos a los hospitales, atender a las personas sin techo, ayudar a los enfermos a conseguir camas de hospitalización y suministrar diaria y gratuitamente comidas al personal sanitario. Todo esto lo hizo por propia iniciativa, afrontando toda clase de peligros y presiones y arriesgando su vida. No fue la única, ya que muchas otras mujeres anónimas de Wuhan se prestaron voluntariamente a realizar tareas semejantes.

La escritura femenina tiene gran importancia y actualidad. Por ejemplo, Ruoshuiyin, una enfermera poeta que trabajaba en primera línea contra el brote de la epidemia, plasmó las vivencias y sentimientos reales del personal hospitalario en poemas que han cosechado una gran acogida entre el público. Su escritura es única en su género porque el protagonista descrito en sus poemas es un periodista que traza, en pleno frente de batalla, un relato completo de todo cuanto ha presenciado en persona.

En realidad, las mujeres ya cumplieron en la historia y siguen cumpliendo ahora un papel propio en los diferentes contextos y en ámbito público. Para ellas no sigue siendo nada fácil ejercer funciones que los prejuicios de antaño consideraban exclusivamente reservadas a los hombres, así como demostrar que el hecho de ser mujeres no supone un impedimento para desempeñarlas.

La escritura femenina no tiene que ver nada con la fisiología, sino con la adopción de una nueva visión que no sigue ciegamente el discurso y el modo de pensar masculinos. La palabra de la mujer no se limita meramente a colmar las lagunas del discurso de los hombres o a complementarlo, sino que constituye todo un referente aparte del sistema estético existente.

Hay escritoras que parecen estar llamadas a liberarse efectivamente de los grilletes que aherrojan a la mujer, lo que desde mi punto de vista significa que no temen a que se las etiquete y que son capaces de mantenerse optimistas. Sus obras son como el fulgor que brilla en la oscuridad, a la que yo prefiero llamar “noche blanca” para describirla de suerte que refleje los anhelos y la generosidad de las mujeres.

Un futuro incierto

La pandemia ha ensombrecido las halagüeñas perspectivas que teníamos de alcanzar un mundo más libre y más seguro. Durante bastante tiempo vamos a tener que vivir en la zozobra de no saber qué nos deparará el futuro. Es probable que no surja ningún profeta o sabio capaz de guiarnos en el camino de la incertidumbre. ¿Habrá más libertad y tolerancia en nuestro mundo, cuando hayamos superado definitivamente las penas actuales?

Si queremos alcanzar un mundo tolerante y libre tenemos que despojarnos de cualquier prejuicio e idea maniquea, así como renunciar a la costumbre de fustigar todo aquello que no conocemos bien o que ignoramos por completo. En la era posterior a la pandemia, los seres humanos deberíamos ser menos malsanos y más respetuosos con los pueblos de otros países y con las demás especies vivas del planeta. Pese a los intensos esfuerzos realizados por la especie humana con ayuda de las nuevas tecnologías para configurar a su antojo un mundo en perpetua evolución, la naturaleza sigue implacablemente su propio curso y nuestras probabilidades de llegar a dominarla son nulas. Lo único que podemos hacer es respetar con más miramientos lo desconocido y todas las especies vivas del planeta.

 

Más información:

El poeta en el centro de la sociedad, El Correo de la UNESCO, julio-septiembre de 2017
Cuando la poesía resuena más fuerte que una bomba, El Correo de la UNESCO, julio-septiembre de 2011
Un arma milagrosa contra un mundo amordazado, El Correo de la UNESCO, mayo de 1997

 

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