En el marco de la campaña Trash Hack, la UNESCO ha colaborado con el Día Mundial de la Limpieza para contar la historia de seis jóvenes líderes que han “trash hackeado” sus vidas y movilizado a sus comunidades en favor de la lucha contra los desechos. Estos jóvenes pueden convertirse en una fuente de inspiración para ti.
Cuando hayas leído sus historias y sus trucos sobre temas específicos (como los desechos digitales, las actividades vinculadas al “plogging” y la geolocalización de los desechos, la educación ambiental en la escuela, el consumo de plásticos y la clasificación de desechos), descubre sus consejos para #TrashHacker tu vida y mira este vídeo en el que puedes inspirarte.
Etapa 1: Comienza por ti mismo
Todo cambio importante en el mundo comienza por ti mismo. Conviértete en un líder o en una persona influyente para incitar a los demás a que sigan tu ejemplo. Es mucho mejor si puedes atraer a otras personas, ya sea de tu propia familia, a un responsable comunitario, docente, a otros alumnos, o incluso, a personalidades públicas influyentes para promover acciones colectivas en favor del bien de la comunidad planetaria.
Etapa 2: Comienza por acciones simples manteniendo siempre en mente tu objetivo final
Las personas que acometen cosas importantes en sus vidas comienzan a menudo por gestos pequeños, pero tienen un objetivo final claro: por ejemplo, tomar conciencia de los desechos en la calle. Si se comienza reflexionando sobre la repercusión de estos desechos en el entorno, comprendemos que terminarán en el mar o amontonados en un vertedero. Estas ideas pueden incitarnos a actuar, a gestionar mejor los desechos clasificándolos, reciclándolos o, mejor aún, reduciéndolos en su origen. Cuando tenemos un objetivo claro y buenas razones para actuar, creemos en lo que hacemos.
Etapa 3: Coherencia
La mayoría de las personas tiene dificultades para cambiar. ¿Y si cambiar las cosas se convierte en una costumbre cotidiana? Al principio, pudiera parecernos artificial, pero con el tiempo te acostumbrarás. Se dice que hacen falta 21 días para cambiar una costumbre y 90 días para adaptar un modo de vida.
Etapa 4: Hazte oír. ¡Comparte!
“Se trata solo de una bolsa plástica”… y la tiramos. 7600 millones de personas dicen lo mismo, aunque no podamos tirar nada fuera de nuestro planeta. Pero si, al contrario, tenemos cuidado con cada bolsa plástica, obtendremos un cambio positivo. Debemos mostrar nuestras acciones a los demás para que puedan reflexionar y cuestionar sus propias acciones, y crear de este modo un efecto de dominó en el cambio de los comportamientos societales.
Etapa 5: Colaboración
Hay que trabajar con los jóvenes líderes y movilizarlos tanto como sea posible. Por ejemplo, Indonesia cuenta con más de 3000 comunidades de las cuales el 50% están dirigidas por jóvenes, y en Grecia, 45 000 alumnos tomaron la iniciativa de organizar actividades de voluntariado durante la “Let’s do it Greece Volunteering Week” de 2019.
En Tanzania, algunos jóvenes se han implicado en la geolocalización de los desechos y se les considera como agentes del cambio, en embajadores. Son los iniciadores de la mayoría de las operaciones colectivas y comunitarias de limpieza, y han creado una nueva norma que pretende que diferentes eventos nacionales o internacionales comiencen con operaciones de limpieza. Además, el último sábado de cada mes ha sido declarado “Día de la Limpieza Colectiva” en todo el país. En Dar es-Salaam, unos veinte clubes de atletismo con un total de 60 miembros ha sido formados en plogging y adoptado esta práctica, generalmente coordinada por los jóvenes.
Los jóvenes tenemos la suerte de estar estrechamente conectados a las redes sociales y de poder acceder instantáneamente a las informaciones útiles. ¡Nunca hemos tenido tantas oportunidades para compartir nuestros mejores trucos y apoyarnos mutuamente!
¡Imagínate lo que podríamos lograr movilizando a los jóvenes desde el comienzo mismo de su escolaridad!
Etapa 6: Para ser visible, piensa en grande
Después de compartir sus iniciativas con tus compañeros, pueden, juntos, darles mayor amplitud compartiéndolas con otras personas a las que incitarán indirectamente a que sigan sus ejemplos.
La mayoría de los cambios generados por una operación de limpieza colectiva permite que luego se entienda mejor qué actitud debemos asumir en materia de desechos, algo que configura nuestros valores personales como ciudadanos. Cada vez más, los jóvenes tienen conciencia de este problema, algo que permitirá que el resto de la población tome conciencia de las cuestiones relativas a los desechos en su entorno y comience a recogerlos. Podrán reflexionar en cómo consumirlos y en los desechos que producen. Podemos convertir la reducción y clasificación de desechos en un hábito colectivo, en una norma social.
Según la profecía de los indios Cree, “solo cuando el último árbol sea arrancado de raíz, el último río envenenado y el último pez atrapado, el hombre se dará cuenta de que el dinero no se come”. Sabemos cuán difícil es comenzar a actuar.
Pero si no actuamos nosotros mismos, ¿quién lo hará entonces? ¡Todo depende de nosotros, un pequeño paso a la vez!
¿Entonces? ¿Cuál será tu TrashHack?
Por Sarah Maulina, Christina Petri, Ivan Kozlov, Mais Hassan, Olarip Tomito y Sylvian Perrier