Selección de carpetas de los Archivos Arolsen que contienen más de 30 millones de páginas de documentos de época sobre el Holocausto relativos a las experiencias de más de 17,5 millones de personas. © Johanna Gross/Arolsen Archives
Especialistas de la historia del Holocausto, de la enseñanza del Holocausto, el antisemitismo y la libertad de expresión se congregaron el 8 de marzo de 2021 durante la primera reunión del Grupo Consultivo de las Naciones Unidas y de la UNESCO sobre la negación y distorsión del Holocausto. La UNESCO y el Holocausto y el programa de sensibilización de las Naciones Unidas, con la colaboración del Congreso Judío Mundial, desarrollan investigaciones y elaboran orientaciones y recursos con miras a reforzar las respuestas educativas para hacer frente a la negación y distorsión del Holocausto. Estas herramientas tienen como objetivo fomentar la cultura histórica y prevenir el antisemitismo mediante el reforzamiento de la capacidad de las personas para distinguir los hechos irrefutables del Holocausto de cualquier intento de distorsión de su historia.
El proyecto tiene como objetivo mapear y sensibilizar las tendencias actuales en materia de negación y distorsión del Holocausto, así como reforzar los enfoques educativos, las pedagogías y las prácticas idóneas que ayudan a contrarrestar su transmisión en línea y en la sociedad. Jonathan Bright, investigador principal del Oxford Internet Institute, dirigirá el proyecto de mapeo mundial, y Paul Salmons ayudará a desarrollar los recursos educativos y las pedagogías.
¿Qué diferencia existe entre la negación del Holocausto y la distorsión de este?
Paul Salmons: La negación del Holocausto trata de negar los hechos fehacientes sobre el genocidio de los judíos perpetrado por los nazis y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial. La negación se presenta de diferentes maneras, incluida la afirmación de que no existió un plan de exterminio masivo de los judíos de Europa, ni un programa de masacres, campos de exterminio y cámaras de gas, y que los judíos que perdieron la vida eran simples víctimas de guerra, al igual que los restantes millones de personas.
La distorsión del Holocausto no niega el intento por parte de los nazis y sus colaboradores de asesinar a los judíos de Europa, pero deforma de manera significativa el balance histórico. Por ejemplo, el número de víctimas puede ser significativamente subestimado; la cantidad de ayudantes y salvadores aumentada, las partes sensibles de la historia nacional de determinados países descuidadas u omitidas (por ejemplo, no se considera a Hitler y a los principales dirigentes nazis como responsables, se minimizar el papel desempeñado por los colaboradores y la complicidad generalizada de las personas comunes y corrientes en el genocidio). Otros intentan disculpar o justificar el Holocausto, culpando a los judíos por lo que les sucedió; o banalizan el Holocausto o le restan importancia mediante comparaciones falsas, convenientes para promover determinadas agendas políticas o morales.
¿La negación y la distorsión pueden ser consideradas como manifestaciones de antisemitismo?
Paul Salmons: La negación del Holocausto es una forma de antisemitismo. Se utiliza, por ejemplo, para dar legitimidad al neonazismo, la supremacía blanca y la extrema derecha rehabilitando la imagen de Hitler y los nazis. Se trata de una manifestación de antisemitismo porque sostiene que el Holocausto es una farsa que los judíos han inventado para sacarle dinero a Alemania y a otros países mediante las reparaciones, o para obtener el apoyo de su propio Estado nacional. Tales mentiras se basan en viejos mitos y tropos antisemitas que propagan rumores acerca de que los judíos son engañosos y poco fiables, capaces de manipular al mundo mediante complots y conspiraciones.
La distorsión también puede ser una manifestación de antisemitismo, por ejemplo, mediante afirmaciones que intentan restar legitimidad a Israel como “Estado nazi”, o mediante propósitos que afirman que los judíos utilizan de manera cínica la memoria del Holocausto para sus propios fines. Pero la distorsión también puede tener otras raíces, como el deseo de preservar una autoestima positiva evitando las cuestiones delicadas sobre su propio pasado nacional o utilizando el poder emotivo del Holocausto como instrumento para promover una posición política o una agenda moral determinadas.
¿Por qué es importante combatir la distorsión del Holocausto? ¿Por qué es peligrosa?
Jonathan Bright: Se debe contrarrestar siempre la desinformación en línea. Un problema crucial en el panorama de la desinformación es la idea de la “carencia de datos” – ámbitos en los que, simplemente, no se dispone de informaciones correctas. Es ahí en donde puede prosperar la desinformación. Por ejemplo, al principio de la pandemia de COVID-19 había pocas informaciones precisas acerca de cuán mortal podía ser la enfermedad. Esto permitió llenar con creces el vacío de información con puras especulaciones. Si no rebatimos la desinformación, esta tendrá la capacidad de seguir confundiendo a los demás.
Paul Salmons: El Holocausto constituyó, ante todo, un desastre para las víctimas. Pero también lo fue para lo que solemos llamar “civilización” occidental: en los países europeos, individuos del mundo entero se convirtieron en cómplices de la muerte de sus vecinos. Si no logramos hacer frente a este pasado traumático, no podremos entender las fallas profundas de nuestro mundo moderno, de nuestras relaciones sociales y económicas, nuestras creencias y sistemas de valores, y la fragilidad de las instituciones políticas que permitieron que Europa se sumiera en la violencia masiva. La cuestión es urgente y clave, y la distorsión del Holocausto nos impide tener plena conciencia de este pasado difícil, algo que podría resultar en una mejor comprensión de las causas y los signos premonitorios del genocidio, y ayudarnos a reforzar los esfuerzos en la prevención del genocidio.
¿Cómo podemos contrarrestar la distorsión del Holocausto?
Jonathan Bright: No resulta fácil contrarrestar la distorsión del Holocausto. La educación y la alfabetización mediática e informacional son parte del rompecabezas – y la UNESCO ya ha puesto a disposición de todos excelentes instrumentos al respecto. Otra etapa es mantener plataformas que se responsabilicen con el contenido que acogen. La campaña #PiensaAntesdeCompartir permite que las personas puedan reaccionar cuando se ven confrontados a este tipo de contenidos en línea – por ejemplo, la mayor parte de las plataformas sociales disponen de numerosas herramientas para denunciar los contenidos peligrosos u ofensivos, pero muy pocas personas los utilizan.
Paul Salmons: Los museos, los memoriales, las conmemoraciones públicas, la enseñanza escolar y universitaria contribuyen a la comprensión pública del pasado, pero resulta imperativo que la investigación histórica académica informe correctamente a estas instituciones acerca de las representaciones del Holocausto y que se mantengan independientes de la injerencia política. Incluso en estas condiciones, estas representaciones compiten con otras maneras de representar el pasado en el presente, mediante el discurso social, incluido con la familia y los amigos; las declaraciones de los políticos y dirigentes de movimientos populares; las representaciones mediáticas a través del cine, la televisión, la radio y, aún más, de Internet y las redes sociales. Dada la proliferación de este discurso político sobre el pasado, no solo es importante informar correctamente las políticas educativas sobre estos hechos, sino que estas deben proporcionar también un espacio de perspectiva crítica en torno a un debate público más amplio, a la vez que capacidades de reflexión crítica sobre, por ejemplo, cómo abordar las pruebas y evaluar las afirmaciones de veracidad. La UNESCO apoya a los Estados Miembros y a los agentes educativos en la puesta en marcha de programas de enseñanza sobre el Holocausto que promueven las aptitudes y competencias en favor de la ciudadanía mundial.
¿Cómo se propagan en las redes sociales la información errónea, la desinformación y los discursos de odio?
Jonathan Bright: Existen diferentes formas de propagación de este tipo de contenidos, pero podemos evocar algunos ejemplos generales. En primer lugar, gran parte de la desinformación y de los discursos de odio se encuentra en las páginas Web que acogen estos contenidos y que luego son compartidos en las redes sociales. Los elementos que más impacto tienen se comparten en las plataformas más amplias (como los grupos de Facebook, “subreddits” o por conducto de las cuentas de Twitter que tienen muchos seguidores), y son difundidos a partir de estas redes. El “envío” inicial desde cuentas que tienen mucha influencia es realmente muy importante para que el contenido pueda divulgarse ampliamente.
¿Cómo y dónde se manifiesta la distorsión del Holocausto?
Paul Salmons: Como valor de referencia moral, el Holocausto impregna buena parte de nuestro discurso público y político – en una época de relativismo, se ha convertido en un elemento retórico que sirve de apoyo a numerosas posiciones descabelladas que tienen como indicador recurrente el mal absoluto. Al utilizarlo de este modo, el Holocausto queda a menudo deformado, demasiado simplificado y vaciado de su historicidad para servir a todo tipo de agenda política, social y moral. Desde 1945, quienes estaban a favor de una intervención militar en Camboya, Rwanda, Bosnia, Kosovo e Irak revivieron el temor al Holocausto y a sus campos de la muerte para conseguir apoyos para su causa. Lamentablemente es corriente la comparación de políticos eminentes de todas las tendencias con Hitler, por parte de quienes están en desacuerdo con sus puntos de vista o políticas. Con el renacimiento del sentimiento nacionalista a través de Europa, facciones y líderes políticos tratan cada vez más de controlar la narrativa del Holocausto con miras a presentar a sus países desde perspectivas más positivas.
Jonathan Bright: Uno de los objetivos del proyecto es responder a estas cuestiones de manera sistemática.
¿Por qué es importante el mapeo de la negación y la distorsión del Holocausto en línea? ¿Qué pretende lograr el estudio del OII / este proyecto?
Jonathan Bright: Arrojar luz sobre la magnitud y el alcance de los contenidos problemáticos significa a menudo la mitad del combate. Con estas informaciones en el ámbito público, es mucho más fácil ejercer presión sobre las plataformas y los gobiernos para que reaccionen. No obstante, también es muy importante comprender mejor los modelos de difusión. Un grave problema que tiene efectos perjudiciales en línea es que operemos en gran medida de forma reactiva –eliminando solamente los contenidos cuando ya se han expandido y han provocado grandes daños. Nuestro proyecto informará los mecanismos de distribución y nos ayudará a entender mejor cómo abordar los problemas antes que se generalicen realmente.
Paul Salmons es curador y educador especializado en historias complejas. Actualmente es curador de la exposición internacional premiada “Auschwitz. No hace mucho tiempo. No muy lejos”; curador responsable de “Seeing Auschwitz”, una exposición realizada conjuntamente por la UNESCO y las Naciones Unidas; y consultante del Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos.
Jonathan Bright es profesor asociado de la Universidad de Oxford e investigador principal del Oxford Internet Institute, uno de los principales centros de investigaciones a escala mundial sobre la influencia de Internet en la sociedad. Su labor actual se centra en la comprensión de la propagación y la influencia de los contenidos nocivos en línea.
La UNESCO aborda la negación y la distorsión del Holocausto en el marco del programa de la Organización sobre la Educación para la Ciudadanía Mundial y la Prevención del Extremismo Violento. Para obtener más información sobre las actividades vinculadas a la UNESCO.