Sitio arqueológico de Filipos
Fundada en 356 a.C. durante el reinado de Filipo II de Macedonia, los vestigios de esta ciudad fortificada se extienden al pie de una acrópolis situada en la actual región griega de Macedonia Oriental y Tracia, por la que pasaba la antigua vía romana Egnatia que unía Europa con Asia. En tiempos del Imperio Romano, en los decenios subsiguientes a la batalla de Filipos (42 a.C.), vinieron a añadirse a los anteriores monumentos de la época helenística –el gran teatro y el templo funerario– importantes construcciones como el foro que hicieron de la ciudad una “pequeña Roma”. Después de la visita del apóstol San Pablo a Filipos en los años 49 a 50 de nuestra era común, la ciudad se convirtió en un centro de propagación del cristianismo. Los vestigios de sus iglesias constituyen un testimonio excepcional del asentamiento de los primeros cristianos.