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Finanzas

A young girl stands and writes on the blackboard in Germany.

CREDIT: Fotolia

Finanzas

La Agenda 2030 contiene tres metas relativas a los medios de implementación, pero ninguna se refiere a la financiación de la educación, a pesar de que la falta de una financiación equitativa y suficiente fue un motivo clave de que el mundo no alcanzara los objetivos de la EPT en 2015.

Con independencia de que no exista una meta en materia de financiación, los datos exhaustivos y sistemáticos sobre la financiación de la educación son un requisito previo indispensable para planificar eficazmente el sector educativo y hacer el seguimiento del compromiso de todos los asociados con la agenda mundial de la educación.

CUENTAS NACIONALES DE EDUCACIÓN

Los debates sobre la financiación de la educación rara vez toman en consideración cómo se combinan e influyen mutuamente las fuentes del gasto en educación: el gasto público, la asistencia externa y el gasto de las familias. Ante un reto similar, el sector de la salud ideó las cuentas nacionales de salud (CNS) para compilar y procesar datos sobre el gasto en salud.

Un proyecto reciente busca implantar una metodología de las cuentas nacionales de educación (CNE) en ocho países. Por ejemplo, el Gobierno de Nepal gasta el 3,5% del PIB en educación, 2.6 puntos porcentuales menos que Viet Nam, pero si tomamos en cuenta los hogares y otras fuentes, se invierte el orden: Nepal asigna a la educación 1,5 puntos porcentuales más que Viet Nam.

MEJORAR LOS DATOS FINANCIEROS

Para elaborar CNE robustas, hay que mejorar la información sobre las corrientes de gastos de los gobiernos, los asociados en actividades de asistencia y las familias.

EL GASTO PÚBLICO

El Marco de Acción Educación 2030 propuso dos patrones de referencia como ‘puntos de referencia cruciales’: destinar al menos de un 4% a un 6% del PIB a la educación, y/o destinar al menos de un 15% a un 20% del gasto público a la educación.

CUADRO 3:

Gasto público en educación por región y por categoría de países según ingresos, 2014

Gasto público en educación en % del PIB Número de países que gastan <4% del PIB Gasto público en educación en % del gasto público Número de países que gastan <15% del gasto público Número de países que gastan <4% del PIB y <15% del gasto público
Mundo 4.6 51 14.2 70 35
Ingresos bajos 3.9 13 16.7 9 9
Ingresos medianos bajos 4.1 13 15.6 13 10
Ingresos medianos altos 4.6 9 15.7 11 7
Ingresos altos 4.9 16 11.9 37 9
Cáucaso y Asia Central 2.8 4 12.9 3 3
Asia Oriental y Sudoriental 3.9 7 15.4 6 4
Europa y América del Norte 5.0 7 12.1 31 5
América Latina y el Caribe 4.9 7 16.1 6 3
África del Norte y Asia Occidental 3 5 3
Pacífico 2 2 1
Asia Meridional 3.8 5 15.3 4 4
África Subsahariana 4.3 16 16.6 13 12

Nota: todos los datos son valores medianos.
Fuente: base de datos del IEU.

Globalmente, los países gastan el 4,7% del PIB en educación y destinan el 14,2% del gasto público a la educación; 35 países gastan menos del 4% del PIB y destinan menos del 15% del gasto público a la educación.

El análisis de los indicadores clave de la financiación pública de la educación revela la existencia de un suministro errático de información. Solo el 60% de los países poseen datos sobre el gasto total en educación en porcentaje del PIB en un año determinado desde el 2000. Para asegurar que se disponga de buenos datos sobre el gasto en educación, es vital una buena gestión del gasto público en los países.

El examen del gasto público debe abarcar la importancia que le concede a la equidad y el grado en que contrarresta las desventajas en el campo de la educación. Se puede efectuar comparaciones entre países, pero requieren considerables esfuerzos para instaurar un proceso, acordar un marco y llevar a cabo una evaluación. Para conseguir que participen los países en todo ello, se debería poner el acento en establecer un mecanismo de examen por homólogos merced al cual puedan aprender unos de otros.

EL GASTO EN ASISTENCIA

Es menester multiplicar la asistencia al menos por seis para subsanar el déficit anual de financiación de 39.000 millones de dólares estadounidenses, pero en 2014 la cuantía de la asistencia fue un 7% inferior a la cifra máxima que alcanzó en 2010. Se podría acabar con el déficit si los donantes destinasen el 0,7% del INB a asistencia y el 10% de la asistencia a la enseñanza básica y secundaria; desde 2005, las corrientes totales de asistencia han fluctuado alrededor del 0,3% del ingreso nacional de los países donantes.

En la asistencia, habría que dar la prioridad a los países más pobres, pero los países de bajos ingresos recibieron el 28% del total de la asistencia para la enseñanza básica en 2014, aunque en ellos el 43% de los niños no finalizan la enseñanza primaria.

También hay que hacer el seguimiento de la cuantía de la asistencia. En 2015, la educación recibió 198 millones de dólares estadounidenses, menos del 1,9% del total de la asistencia humanitaria.

EL GASTO DE LAS FAMILIAS

El porcentaje del gasto total en educación que corre por cuenta de las familias suele ser mucho más elevado en los países más pobres que en los más ricos. Es esencial reducirlo para hacer realidad la gran importancia que se da a la equidad en las nuevas metas en materia de educación. En la mayoría de los países hay información sobre el gasto de las familias, y su análisis para el Informe GEM mostró que por lo menos 99 de los países de ingresos bajos y medios incluían preguntas interesantes al respecto en una encuesta nacional de gastos entre 2008 y 2014; 67 incluían preguntas sobre partidas concretas de gastos. Sea como fuere, rara vez se utilizan esos datos. O bien los encargados de formular políticas tal vez no estén al corriente de la existencia e importancia de los datos, o bien tienen escasa capacidad para analizarlos y extraer conclusiones pertinentes de ellos.