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Introducción

A young boy takes part in a reforestation project in Cape Town, South Africa where children learn to reconnect with nature.

CREDIT: Sydelle Willow Smith/GEM Report

Introducción

En el septuagésimo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en septiembre de 2015, los Estados Miembros adoptaron una nueva agenda del desarrollo mundial, Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Su núcleo son 17 Objetivos de desarrollo sostenible (ODS), de los que forma parte el ODS 4, relativo a la educación. Los ODS establecen las prioridades en materia de desarrollo para 2030 y suceden a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y a los objetivos de la Educación para Todos (EPT), cuyos plazos expiraban en 2015.

La educación no hará realidad todo su potencial de catapultar hacia adelante al mundo si no mejoran radicalmente las tasas de escolarización, el aprendizaje no se convierte en un empeño que dure toda la vida y los sistemas educativos no asumen plenamente el desarrollo sostenible Click to Tweet

El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (El Informe GEM), que se basa en la experiencia de la anterior serie titulada Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo, recibió un nuevo mandato, consistente en evaluar los avances de la educación en el marco de la Agenda 2030. El Informe GEM 2016, el primero de la nueva serie de 15 años, analiza las complejas relaciones que existen entre la educación y otras facetas del desarrollo sostenible, junto con las consecuencias que ello tiene para el seguimiento del ODS 4. Muestra que la educación no hará realidad todo su potencial de catapultar hacia adelante al mundo si no mejoran radicalmente las tasas de escolarización, el aprendizaje no se convierte en un empeño que dure toda la vida y los sistemas educativos no asumen plenamente el desarrollo sostenible.

La parte temática del Informe resalta las pruebas, prácticas y políticas que demuestran cómo la educación puede servir de catalizador a la agenda general de desarrollo sostenible. Expone argumentos convincentes a favor de los tipos de educación que son vitales para alcanzar los objetivos de la reducción de la pobreza, la erradicación del hambre, la mejora de la salud, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, la agricultura sostenible, las ciudades resilientes y unas sociedades más iguales, inclusivas y justas.

La parte consagrada al seguimiento aborda los numerosos desafíos que afectan a cómo evaluar el progreso hacia la consecución del ODS 4, comprendidas recomendaciones concretas con miras a cambios de políticas. Se examinan sucesivamente las siete metas relativas a la educación y los tres medios de implementación que corresponden al ODS 4. Además, se analizan la financiación de la enseñanza y los sistemas educativos, al igual que hasta qué punto se puede efectuar un seguimiento de la educación en los otros ODS. Se señalan, en los planos nacional, regional e internacional, los elementos básicos y las posibles sinergias con miras a una agenda de seguimiento más eficaz y eficiente de la educación en el mundo en los próximos 15 años.

CUADRO 1:

Relación de la educación con los demás Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

ODS 1 La educación es crucial para salir de la pobreza
ODS 2 La educación es fundamental para avanzar hacia unos métodos agrícolas más sostenibles y adquirir conocimientos sobre nutrición
ODS 3 La educación puede aportar una contribución decisiva para muchas cuestiones relativas a la salud, como la mortalidad prematura, la salud reproductiva, la difusión de las enfermedades, el bienestar y los estilos de vida saludables
ODS 5 La educación de las mujeres y las niñas es particularmente importante para lograr la alfabetización básica, desarrollar las competencias y capacidades participativas y mejorar las oportunidades vitales
ODS 6 La educación y la formación aumentan las competencias y la capacidad para usar los recursos naturales de forma más sostenible y pueden contribuir a promover la higiene
ODS 7 Los programas educativos, especialmente los no formales y los informales, pueden promover una mejora en la conservación de la energía y el uso de fuentes de energía renovables
ODS 8 Hay una relación directa entre la vitalidad económica, la iniciativa empresarial, las competencias para el mercado laboral y el nivel educativo
ODS 9 La educación es necesaria para desarrollar las competencias que permiten construir unas infraestructuras más resilientes y lograr una industrialización más sostenible
ODS 10 La igualdad de oportunidades en el acceso a la educación ha demostrado su eficacia contra la desigualdad social y económica
ODS 11 La educación puede aportar las competencias necesarias para contribuir a configurar y mantener unas ciudades más sostenibles y alcanzar la resiliencia en situaciones de desastre
ODS 12 La educación puede influir decisivamente en los patrones de producción (p. ej., respecto a la economía circular) y en la información de los consumidores sobre la producción de bienes más sostenibles y la limitación de los desechos
ODS 13 La educación es clave para la comprensión de los efectos del cambio climático por el público en general, así como para la adaptación y la mitigación, especialmente en el plano local
ODS 14 La educación es importante para concienciar sobre el entorno marino y fomentar un consenso proactivo respecto a su uso racional y sostenible
ODS 15 La educación y la formación desarrollan las competencias y la capacidad para garantizar medios de subsistencia sostenibles y conservar los recursos naturales y la biodiversidad, especialmente en entornos amenazados
ODS 16 El aprendizaje social es vital para propiciar y promover unas sociedades participativas, inclusivas y justas, así como la coherencia social
ODS 17 El aprendizaje permanente desarrolla la capacidad para entender y promover las políticas y prácticas de desarrollo sostenible

Fuente: ICSU and ISSC (2015).

Foreword

En mayo de 2015, el Foro Mundial sobre la Educación celebrado en Incheon (República de Corea), congregó a 1.600 participantes de 160 países con una sola finalidad en mente: cómo asegurar para 2030 una educación de calidad, equitativa e inclusiva y un aprendizaje durante toda la vida para todos.

La Declaración de Incheon a favor de la Educación 2030 ha sido decisiva para trazar el objetivo de desarrollo sostenible que se refiere a la educación, consistente en “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”. En ella se encomienda a la UNESCO el liderazgo, la coordinación yel seguimiento de la agenda Educación 2030. También se insta a que el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (el Informe GEM) aporte un seguimiento e informe con independencia del objetivo de desarrollo sostenible relativo a la educación (el ODS 4) y sobre la educación en los demás ODS, para los 15 años próximos.

La finalidad última de esta agenda es no dejar a nadie atrás. Para ello se necesitan datos robustos y un seguimiento riguroso. La edición de 2016 del Informe GEM proporciona a los gobiernos y a las personas encargadas de formular políticas una perspectiva valiosa para hacer el seguimiento del progreso hacia el ODS 4 y acelerarlo, basándose en los indicadores y las metas que tenemos y midiendo el éxito general por el grado de equidad y de inclusión alcanzado.

El presente Informe deja meridianamente claros tres mensajes:

En primer lugar, que hay una necesidad apremiante de nuevos enfoques. De proseguir la tendencia actual, solo el 70% de los niños de los países de bajos ingresos terminarán la enseñanza primaria en 2030, objetivo que se debería haber alcanzado en 2015. Nos hacen falta la voluntad política, las políticas, la innovación y los recursos para oponernos a esa
tendencia.

En segundo lugar, que, si nos tomamos realmente en serio el ODS 4, tenemos que actuar sabedores de que corre urgencia hacerlo, y comprometiéndonos a largo plazo. El que no lo hagamos así no solo repercutirá negativamente en la educación, sino que además estorbará el avance hacia todos y cada uno de los objetivos del desarrollo: la reducción de la pobreza, la erradicación del hambre, la mejora de la salud, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, la producción y el consumo sostenibles, unas ciudades resilientes y unas sociedades más iguales e inclusivas.

Por último, que debemos cambiar fundamentalmente la manera como concebimos la educación y su función en el bienestar humano y el desarrollo mundial. Ahora más que nunca, la educación tiene la responsabilidad de fomentar el tipo adecuado de competencias, actitudes y comportamientos que llevarán al crecimiento sostenible e inclusivo.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible nos exhorta a concebir respuestas holísticas e integradas a los muchos desafíos sociales, económicos y ambientales que afrontamos. Esto es, a ir más allá de nuestras fronteras tradicionales y crear asociaciones y alianzas intersectoriales eficaces.

Un futuro sostenible para todos habrá de ser un tiempo de dignidad humana, de inclusión social y de protección del medio ambiente.

Un futuro en el que el crecimiento económico no agrave las desigualdades, sino que cree prosperidad para todos; en el que las zonas urbanas y los mercados de trabajo se conciban de manera que empoderen a todos y en donde las actividades económicas, de las comunidades y de las empresas tengan una orientación ecológica. El desarrollo sostenible es la creencia de que no puede darse desarrollo humano sin un planeta en buen estado de salud. Emprender la nueva agenda de los ODS nos impone a todos reflexionar acerca de la finalidad última de aprender durante toda la vida. Porque no hay nada que se acerque al poder que tiene la educación, si se realiza correctamente, de criar ciudadanos empoderados, reflexivos, comprometidos y competentes, capaces de trazar el camino a seguir hacia un planeta más seguro, más ecológico y más justo para todos. Este nuevo informe aporta elementos de prueba pertinentes para enriquecer los debates y elaborar las políticas que se necesitan para hacer que semejante futuro sea realidad para todos.

Irina Bokova
Directora General de la UNESCO

bokova

 

Foreword

El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM) 2016 es magistral e inquietante a la vez. Es un informe voluminoso, exhaustivo, profundo y penetrante, aunque también perturbador. En él se afirma que la educación es un aspecto esencial del desarrollo sostenible y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), demostrando claramente lo mucho que distamos de alcanzar los ODS. Este informe debería hacer sonar la alama en todo el mundo y conducir a una intensificación histórica de las medidas encaminadas a lograr el ODS 4.

En el Informe GEM se demuestra con autoridad que la educación es el elemento más indispensable de todas las dimensiones del desarrollo sostenible. La mejora de la educación da lugar a una mayor prosperidad, a una agricultura más productiva, a mejores resultados sanitarios, a una disminución de la violencia, a una mayor igualdad de género, al aumento del capital social y a un entorno natural más sano. La educación es fundamental para ayudar a la gente de todo el mundo a entender por qué el desarrollo sostenible es un
concepto tan vital para nuestro futuro común. La educación nos brinda los instrumentos –económicos, sociales, tecnológicos e incluso éticos– esenciales para asumir los ODS y realizarlos. Estos hechos se enuncian y exponen con un lujo de detalles admirable y excepcional a lo largo del informe, que nos proporciona una gran cantidad de información en sus cuadros, gráficos y textos.

Sin embargo, en el informe también se pone de relieve el enorme desfase que existe entre la situación actual del mundo en materia de educación y lo que este se ha comprometido a lograr de aquí a 2030. Las disparidades entre los logros educativos de los ricos y los pobres, dentro de los países y entre ellos, son sencillamente alarmantes. En muchos países pobres, los niños desfavorecidos se enfrentan a obstáculos casi insuperables en las circunstancias actuales. No tienen libros en casa, carecen de acceso a la educación preescolar y sus escuelas no disponen de electricidad, agua, saneamiento, maestros cualificados, manuales ni ninguno de los demás elementos necesarios para una educación básica, y mucho menos una educación de calidad. Las consecuencias son sobrecogedoras. A pesar de que el ODS 4 insta a la terminación universal de la enseñanza secundaria de segundo ciclo para 2030, la actual tasa de terminación de ese ciclo en los países de bajos ingresos no supera el 14% (Cuadro 10.3 del informe completo).

En el Informe GEM se realiza un ejercicio importante que consiste en determinar cuántos países alcanzarán el objetivo de 2030 de acuerdo con su trayectoria actual, o incluso según el ritmo del país que logra los progresos más rápidos en la región. La respuesta es preocupante: debemos realizar progresos sin precedentes inmediatamente si queremos tener una oportunidad de alcanzar el ODS 4.

Los cínicos dirán tal vez “ya se lo advertimos, el ODS 4 es simplemente imposible de alcanzar”, y propondrán que aceptemos esa “realidad”. Sin embargo, como se insiste numerosas veces en el informe, esa complacencia es imprudente e inmoral. Si dejamos a la generación joven actual privada de una educación adecuada, la condenamos y condenamos al mundo a la pobreza, a los desastres ambientales e incluso a violencia social y la inestabilidad durante los próximos decenios. No hay excusa para la complacencia. El mensaje que transmite este informe es que tenemos que actuar juntos para acelerar los logros en el plano educativo a un ritmo sin precedentes.

Una de las claves de esa aceleración es la financiación. Una vez más, la lectura del informe es aleccionadora. Actuamente la ayuda para el desarrollo dedicada a la educación es inferior a la prestada en 2009 (Figura 20.7 del informe completo). Ello es el signo de una corta visión de futuro por parte de los países ricos. ¿Creen realmente esos países donantes que están “ahorrando dinero” al reducir la inversión en la ayuda a la educación para los países de bajos ingresos del mundo? Después de leer este informe, los dirigentes y los ciudadanos de los países de altos ingresos serán muy conscientes de que invertir en la educación es fundamental para el bienestar del planeta y que la cuantía actual de la ayuda, que asciende a unos 5.000 millones de dólares estadounidenses anuales para la enseñanza primaria, es decir, solo 5 dólares por persona al año en los países ricos, es una inversión trágicamente insuficiente para garantizar el desarrollo sostenible y la paz en el mundo en el futuro.

En el Informe GEM 2016 se presenta un gran número de ideas, recomendaciones y normas para avanzar y se formulan sugerencias muy valiosas sobre la manera de seguir y medir los progresos logrados en la realización del ODS 4. Se demuestra, por ejemplo, que se puede contar con instrumentos de medición mucho más afinados de los recursos, la calidad y los resultados de la educación que los instrumentos a menudo rudimentarios, como la tasa de matrícula o de finalización de la enseñanza, que se utilizan actualmente. Al emplear datos más abundantes, instrumentos de encuesta más eficaces, medios de de seguimiento de las instalaciones y tecnologías de la información, podemos obtener mediciones mucho más matizadas del proceso y los resultados de la educación a todos los niveles.

Hace 15 años el mundo reconoció finalmente la magnitud de la epidemia del SIDA y otras emergencias sanitarias y adoptó medidas concretas para intensificar las intervenciones de salud pública en el contexto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. De ese modo, surgieron iniciativas importantes, como el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (denominada actualmente Gavi, la Alianza para Vacunas) y otros muchos ejemplos. Esos esfuerzos condujeron a un aumento espectacular de las intervenciones y la financiación en el ámbito de la salud pública. A pesar de que ello no permitió realizar todo lo que se podía hacer (principalmente porque la crisis financiera de 2008 puso fin al incremento de la financiación en la salud pública), dio lugar a muchos avances cuyos efectos se siguen notando hoy día.

El Informe GEM 2016 se debe considerar un llamamiento similar a la acción en favor de la educación como elemento central de los ODS. Mi opinion, que he repetido a menudo durante los dos últimos años, es que se ha de crear urgentemente un fondo mundial para la educación que se inspire en las enseñanzas positivas extraídas del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria. La limitación financiera es el quid del problema de la educación, y en este informe se pone claramente de manifiesto a través de cada elemento de datos transnacionales y basados en los hogares.

Este documento convincente nos insta a responder a la oportunidad y la urgencia del objetivo mundial proclamado en el ODS 4: una educación universal de buena calidad para todos y oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Aliento a la gente de todo el mundo a estudiar minuciosamente este informe y a tomarse en serio los mensajes esenciales que contiene. Lo más importante es que actuemos juntos a todos los niveles, desde la comunidad local hasta la comunidad mundial.

Jeffrey D. Sachs
Special Adviser to the UN Secretary-General on the
Sustainable Development Goals

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