Central Asia

Asia Central

El déficit crónico de las inversiones en I+D en la región del Asia Central (Capítulo 14), donde ningún país gasta más de un 0,13% del PIB en este sector, ha creado toda una serie de problemas sistémicos que están retrasando los avances de la investigación y la innovación. Entre esos problemas, cabe mencionar la crisis de vocaciones en la comunidad científica y la fuga de cerebros.  

La escasa protección de la propiedad intelectual y la complejidad de los regímenes impositivos, unidas a la ausencia de bonificaciones fiscales y créditos para las actividades empresariales, constituyen un factor disuasivo para la innovación, así como para las inversiones en empresas punteras y la concesión de préstamos a las mismas.  

Los gobiernos de la región están tomando medidas para superar esos obstáculos. Existe el deseo de crear una atmósfera más propicia para las inversiones en empresas y la voluntad de recurrir a la innovación para modernizar la industria. Uzbekistán, por ejemplo, ha dado una prioridad máxima al desarrollo basado en la innovación en la programación de sus políticas.  

Está aumentando el número de parques tecnológicos que se benefician de regímenes fiscales ventajosos. Los gobiernos también se están esforzando por mejorar la condición social de los investigadores adoptando diversas medidas: aumentos salariales, establecimiento de sistemas competitivos de subsidios a la investigación, modernización del equipamiento de los laboratorios y realización de proyectos científicos en colaboración con socios institucionales de países como Belarrús, China, la India y la República de Corea.  

Los científicos y los ingenieros pueden anudar actualmente más contactos internacionales que en el pasado. En Kazajstán, por ejemplo, el programa internacional de aceleración denominado “Start-up Kazakhstan” está abierto a la participación de profesionales procedentes de los países de la Comunidad de Estados Independientes y del continente europeo.  

Los gobiernos de la región también están trabajando con socios internacionales con vistas a obtener financiación para inversiones en proyectos ecológicos. Ante la creciente escasez de agua y el envejecimiento de las infraestructuras energéticas, están invirtiendo en programas de desarrollo de energías renovables, como la construcción de la presa de Rogun en Tayikistán, o la realización de subastas de energía solar en Kazajstán y Uzbekistán. Un problema que se va a plantear será equilibrar las demandas concurrentes para la innovación en la minería, ya que este sector es la piedra angular de las economías de los países de la región.  

Los países de la región están adoptando la economía y la gobernanza digitales. Un ejemplo de esto es la iniciativa global denominada “Kazajstán Digital” que cubre, entre otros, los siguientes sectores: energía, transportes, finanzas, infraestructuras, minería, agricultura y educación. El Parque Alatau de Tecnologías Innovadoras y el “Tech Garden Innovative Cluster” de Kazajstán abarcan las tecnologías utilizadas en la Industria 4.0.  

Con su programa denominado “Taza Koom” (Nación Inteligente) Kirguistán se está centrando en el fomento de los servicios públicos digitales. A los jóvenes kirguises les interesa cada vez más la programación informática y esto se ha traducido en un reciente aumento del número de compañías de software y de empresas emergentes orientadas hacia actividades tecnológicas.  

Gráficos
  • Gráfico 14.1: Tendencias socioeconómicas en la región del Asia Central 
  • Cuadro 14.1: Objetivos de la economía verde en la región del Asia Central para 2020 y 2030  
  • Gráfico 14.2: Tendencias del gasto en investigación y formación en la región del Asia Central  
  • Gráfico 14.3: Tendencias de los recursos humanos en la región del Asia Central  
  • Gráfico 14.4: Tendencias de las publicaciones científicas y las patentes en la región del Asia Central  
  • Cuadro 14.2: Sectores prioritarios de la Política Industrial Estatal de Mongolia (2015)