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Global Education Monitoring Report

Finanzas

Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2020

Chapter 21

Image credit: Sanja Knezevic/Open Society Foundations

A nivel mundial, el gasto público medio en educación ascendió al 4,4% del PIB y al 13,8% del gasto público total en 2018, en comparación con los umbrales del 4% y el 15% fijados en el Marco de Acción Educación 2030. En total, 47 de los 141 países sobre los que se dispone de datos, es decir una tercera parte, no cumplieron ninguno de los dos criterios; fueron cuatro más que el año anterior, y siete países menos presentaron informes. Dado que el conjunto de países que comunican datos sobre el gasto cambia cada año, para obtener series cronológicas coherentes es preciso efectuar imputaciones. Entre 2000 y 2018, el gasto en educación como porcentaje del PIB se mantuvo estancado, aunque esto oculta una considerable variación regional, desde 1,7 puntos porcentuales más en América Latina y el Caribe hasta 0,5 punto porcentual menos en el África del Norte y el Asia Occidental (figura 7).

Los niveles de ayuda se han mantenido constantes en alrededor del 0.3% del ingreso nacional bruto de los principales países donantes desde el 2005. Durante este tiempo, la ayuda como porcentaje del PIB en los países de bajos ingresos ha caido progresivamente, alcanzando el 7.9% en 2014 y reputando al 9.1% en 2018. La ayuda a la educación alcanzó los US $ 15,6 mil millones en 2018, un máximo histórico. Sin embargo, como máximo el 47% de esa cantidad, o US $ 7,4 mil millones,
está dirigida a la educación básica y secundaria y a los países de ingresos bajos y medios-bajos, que son los más necesitados. La ayuda humanitaria a la educación se ha quintuplicado entre 2012 y 2019 alcanzando los US $ 705 millones.

La OCDE está modificando su definición y su metodología de cálculo de la ayuda. Se estima que el nuevo apoyo oficial total para el desarrollo sostenible tendrá diversas repercusiones para la educación. Los nuevos códigos para los mecanismos multilaterales, como la Alianza Mundial para la Educación, reducirán la proporción de la ayuda a la educación que antes no se asignaba a los países. Se proporcionará información a nivel sectorial para la ayuda humanitaria. También se destacarán las aportaciones a los bienes públicos mundiales, los servicios de asesoramiento en materia de políticas y las actividades de investigación. Solo la parte de donación de los préstamos concesionales contará como ayuda.

Cuanto más pobre es el país, mayor es la proporción del gasto familiar dedicada a la educación. Los datos de un pequeño número de países indican que la media era del 0,5% del PIB en Europa y América del Norte, y del 1,9% en el África Subsahariana. El gasto de los hogares suele compensar la insuficiencia del gasto público: en seis de nueve países donde los hogares gastaban al menos el 2,5% del PIB en educación, los gobiernos le dedicaban menos del 4%. Los hogares manifiestan a veces un sesgo de género en el gasto dedicado a hijos e hijas, aunque su magnitud varía según el contexto.