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La diversidad malgache a través de la gran pantalla

A pesar de la rica diversidad cultural característica de Madagascar, antes de mediados de la década de 2000 apenas existía industria cinematográfica en la isla. De hecho, desde 2006, el principal y casi único escenario cinematográfico para que los artistas compartieran sus producciones cinematográficas y para que se produjera un intercambio fue la plataforma denominada en francés Rencontres du Film Court à Madagascar (RFC, en español Encuentros de Documentales Cortos de Madagascar).

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Bajo la poderosa dirección de Raymond Rajaonarivelo, los cineastas malgaches empezaron a contar historias sobre su patria, sus avatares políticos y la transformación de su sociedad. Sin embargo, la falta de apoyo político y de redes adecuadas supuso un reto creciente.

Gracias al apoyo de la UNESCO a través del Fondo Internacional para la Diversidad Cultural (FIDC) en 2017, Madagascar puede presumir de una colorida producción cinematográfica por derecho propio. En el marco del proyecto "Fomentar el uso del cine como medio de expresión entre los jóvenes con vistas a desarrollar una industria cinematográfica" no solo despegó el cine malgache, sino que también se ofreció a los jóvenes un potente destino profesional. Las políticas públicas malgaches están facilitando las actividades económicas y la creación de empleo. Al invertir en las industrias creativas y en el desarrollo de capacidades en la industria cinematográfica, contribuyen al desarrollo sostenible en la cultura.

Alexandra Livarisaina, de 27 años, experimentó este impacto vivamente. Como joven emprendedora y productora cultural, se sintió realmente presionada a unirse al proyecto para contribuir a su manera personal al avance del cine malgache. Cuando se le pregunta por sus motivaciones, lo tiene claro:

Mi pasión por el cine y la visión del proyecto me convencieron. (…) El programa de adquisición de conocimientos y seguimiento me ayudó poco a poco a ponerme en la piel del productor.

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No esperaba hasta qué punto esta experiencia que le cambió la vida iba a impulsar su carrera. Sin embargo, gracias a la financiación del FIDC para esta aventura, ha mejorado su estatus profesional a través de la formación y el aprendizaje de sus compañeros en la industria del cine.

Asimismo, el proyecto contó con un importante número y diversidad de jóvenes talentos del cine, que ascendieron a 2.000 participantes que abarcaban desde camarógrafos hasta empresarios culturales procedentes de distintas provincias del país. Esto maximizó su experiencia educativa, ya que permitió el aprendizaje participativo y el conocimiento a partir de esta diversidad. En efecto, los participantes aprendieron de las experiencias de los demás, profundizando la cara buena y la cara mala de la carrera cinematográfica, por ejemplo, debatiendo sobre las mejores formas de mejorar los ingresos y ampliar las oportunidades profesionales en un entorno regulatorio complicado. En consecuencia, obtuvieron una mejor preparación para hacer frente a las dificultades derivadas de la producción de cine en la incipiente y rudimentaria industria de Madagascar.

Se hicieron amigos, se forjaron lazos y se potenció el aprendizaje. Mucho después de la finalización del proyecto, Livarisaina se reúne con sus antiguos compañeros en un centro de cine muy moderno, Cinepax, abierto desde 2018. Allí han encontrado un lugar para fomentar su creatividad y disfrutar de un buen momento a gusto.

Un joven cámara logra su sueño

Herizo Randriamora es un camarógrafo de 29 años que también se benefició del proyecto. Está totalmente de acuerdo con las convincentes observaciones de Livarisaina. Bajo el paraguas de la ONG T-Movie, beneficiaria del patrocinio del FIDC, Herizo mejoró significativamente sus habilidades en la industria del cine. Como él mismo explica :

La formación en T-Movie me aportó mucho, en términos de habilidades en toda la cadena de valor del cine y de poder trabajar en equipo también.

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El proyecto también ha tenido repercusiones más allá de la industria cinematográfica. En particular, ha despertado el interés de los jóvenes malgaches. Además, el creciente compromiso de los jóvenes talentos que engendra la isla también ha permitido que la industria cobre impulso y evolucione hacia nuevas formas de expresión cultural. Herizo está entusiasmado con esta ola de cambio:

Veo que el cine malgache está en constante evolución y que hay muchos jóvenes que se interesan por el cine y espero que estos jóvenes lleven el cine malgache a lo más alto.

El horizonte desde la costa malgache parece infinito, y también lo son las posibilidades en el horizonte engrandecido del desarrollo profesional de los jóvenes malgaches. Tras el proyecto, muchos de los beneficiarios han pasado a ganar concursos de cine en Madagascar o a crear empresas culturales. Si no hubiera sido por el proyecto, Herizo nunca habría tenido la oportunidad de aprender sobre efectos visuales. Además, su esfuerzo ya ha dado importantes frutos, ya que su videoclip consiguió el primer premio del concurso con motivo del 15º aniversario de la Oficina de Turismo de Madagascar. Ahora, se dispone a seguir explorando este nuevo terreno que, reconoce, va mucho más allá de su actual compromiso como camarógrafo. 

Por su parte, Livarisaina también está preparada para el siguiente reto. Desea dirigir una producción cinematográfica y producir contenidos de forma sistemática. Sin la valiosa formación de la UNESCO, no estaría preparada para sacar partido a su ambición.

Ahora, tanto Herizo como Livarisaina están en posición de llevar el cine malgache a nuevas cotas inexploradas. El cielo es el único límite para esta diversidad de sueños profesionales y empuje artístico.

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Las acciones de la UNESCO para aplicar la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de 2005 contribuyen a fomentar la economía creativa en todo el mundo.

Esta es una serie de artículos web que dan voz a los beneficiarios de los proyectos de la UNESCO.

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El Fondo Internacional para la Diversidad Cultural (FIDC) de la UNESCO es un mecanismo de financiación establecido por la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales para apoyar el surgimiento de las industrias culturales y creativas dinámicas en los países en desarrollo.  Para más información sobre el FIDC y los proyectos que apoya, visite: https://es.unesco.org/creativity/ifcd

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