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Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres

Gran angular

Coronel: Hay que actuar con rapidez

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"Antes de que no sea demasiado tarde", una sala de urgencias instalada por Colonel en Marruecos, durante la Bienal de Casablanca, en 2018.

Apático y soporífero. Según el artista conceptual franco-danés Thierry Geoffroy, alias “Coronel”, ese es el estado de la opinión pública y la actitud de los medios de comunicación con respecto al cambio climático. Poco a poco, sus lemas, que oscilaban del “Antes de que sea demasiado tarde” al “Mañana es demasiado tarde”, se redujeron a un simple “Demasiado tarde”. Paradójicamente, es en la desesperación donde encuentra consuelo.

“Coronel” responde a las preguntas de Niels Boel

Una de sus obras más recientes compone en letras rojas una frase en neón que dice “me rindo”. ¿Ha perdido la esperanza de que ganemos la carrera contra el cambio climático?

La respuesta es sí. No sé si se debe a que estoy envejeciendo o a que la situación está empeorando. Ya no vivimos con miedo, vivimos en “es demasiado tarde”. Pero no creo que eso signifique rendirse. Tal vez la desesperación sea precisamente la que despierte a las conciencias dormidas. Casi todo el mundo es consciente del cambio climático y de la responsabilidad de la actividad humana en el fenómeno. Y sin embargo, casi nadie actúa.

El problema no es la ignorancia, sino la apatía. Tengo la impresión de que vivimos en un mundo donde los aviones vuelan por el cielo día y noche, rociando productos soporíferos que adormecen nuestra conciencia. Los medios de comunicación tienen mucho que ver en esto: hacen caso omiso de las causas reales de los fenómenos climáticos extremos que estamos presenciando para no cuestionar el sistema de producción y consumo en el que se basa el poder de las élites. Pero sabemos que esos mismos medios forman parte de dichas élites.

Creo que los artistas deben desempeñar una función en materia de sensibilización. Pueden detectar el funcionamiento de la propaganda en los medios de comunicación. Pueden mostrar al público el verdadero cariz de los problemas.

¿Ese es el propósito de su proyecto Sala de urgencias (Emergency Room)?

Efectivamente. Lo esencial de mi trabajo sobre el cambio climático reside en formular la siguiente pregunta: “¿Qué es lo urgente?”. Al igual que en las salas de urgencias de los hospitales, no es posible tratar todas las emergencias al mismo tiempo, sino que es necesario identificar las que necesitan un tratamiento inmediato. Está claro que el cambio climático es la prioridad de las prioridades. Está –y estará– en el origen de muchas otras emergencias: desplazamientos masivos de población, problemas ecológicos, guerras...

Fue así como imaginé un proyecto o, mejor dicho, un formato que permite que los artistas contemporáneos se expresen urgentemente sobre los acontecimientos actuales que transmiten los medios de comunicación. Consiste en estar atentos, observando cuanto sucede a su alrededor y reaccionar casi en tiempo real creando una obra que exponen al día siguiente en la “Sala de urgencias”, para debatirla con el público.

Para darle un ejemplo de la primera “Sala de urgencias”, que se instaló en el MOMA PS1 de Nueva York: el artista danés Søren Dahlgaard produjo, después de fuertes tormentas de nieve, copias falsas de los periódicos más importantes del mundo para atraer la atención de la gente sobre el cambio climático. Los titulares anunciaban desastres en muchos lugares.

Hay que aclarar que esto ocurrió en 2007, y que por entones el público quedó muy impresionado. Hoy en día, nadie movería una pestaña ante los mismos titulares. Pero, como decía, eso no significa que debamos rendirnos. Sigo instalando “Salas de urgencias” en todo el mundo. Confío en que los debates que allí se celebran acabarán ganando adeptos y sensibilizando a nuevos públicos.

Usted utiliza materiales reciclables para sus obras. ¿Es una elección deliberada?

El hecho de trabajar en lo inmediato impone esa elección. Encuentro un cartón en la calle y escribo encima. Paso más tiempo tratando de entender lo que está pasando y comunicándome con la gente que perfeccionando mi trabajo solo en el taller o el estudio. No hay tiempo para florituras. No hay tiempo que perder.

La marcha crítica (critical run) es otro concepto que usted desarrolló. ¿En qué consiste? ¿Cuál es su objetivo?

Las "marchas críticas" son conferencias sobre temas de actualidad y, en particular, sobre el cambio climático. Pero en lugar de que los participantes se sienten en una sala de conferencias cálida y cómoda, somnolientos por el calor y el ronroneo de los proyectores, ¡se les invita a debatir corriendo!

En realidad, la marcha crítica es una metáfora: corremos para salvar, siempre y cuando no sea demasiado tarde, o corremos para salvarnos a nosotros mismos porque es demasiado tarde. Si verdaderamente es demasiado tarde, no es cuestión de quedarnos sentados en una silla, hojeando la historia del arte....

El pasado mes de mayo, usted organizó una marcha crítica en la Bienal de Venecia (Italia) para cuestionar sobre todo el título de la edición de 2019 de esta importante exposición internacional de arte contemporáneo: “May You Live In Interesting Times”. (Ojalá te toque vivir en tiempos interesantes).

Así es. Y en esa carrera-debate se plantearon temas sustanciales. Uno de los participantes cuestionó el trabajo principal de la Bienal de este año: Barca Nostra (Nuestro barco), de Christoph Büche. Este artista islando-suizo expuso el pecio de un barco que se hundió en el Mediterráneo en 2015, en el que murieron unos mil migrantes. Nuestro participante sugirió que más bien habría que exponer uno de esos navíos de cruceros que generan, por un efecto de cadena, que poblaciones enteras se vean condenadas a migrar por razones climáticas.

La Bienal debería exponer obras que se refiriesen a los orígenes de los problemas y animarnos a tratar de resolverlos a tiempo, y no obras que irónicamente encarnen el “demasiado tarde” y nuestra actitud de volver la espalda a los problemas.

Foto: Sala de urgencias

Thierry Geoffroy

Hijo de militar, el artista franco-danés Thierry Geoffroy ha adoptado el alias de “Coronel” para decir que está librando una batalla: la de sensibilizar a la opinión pública sobre el cambio climático. Geoffroy, que inició su trayectoria como fotógrafo, ha recorrido ferias de arte, galerías y museos en muchos países durante más de una década. Cuando no está invitado, se autoinvita para transmitir sus mensajes. Autor de varios libros y manifiestos, ha producido más de veinte películas para la televisión danesa y otras tantas exposiciones individuales en museos en todo el mundo.