Años de disturbios han provocado una crisis humanitaria masiva en todo el país y han causado graves daños a sitios inestimables del patrimonio cultural del país. La UNESCO considera que esos daños constituyen un verdadero atentado contra la identidad y dignidad del pueblo yemení, así como un grave obstáculo para la reconstrucción de su futuro. La pobreza se ha generalizado. Los jóvenes, que representan el 70% de la población del país, son los más afectados por la miseria, ya que un 50% de los que están en edad de trabajar carecen de empleo. Para que el Yemen se recupere, es esencial que la juventud recobre la esperanza y que se le ofrezcan más oportunidades.
En cooperación con la Unión Europea, la UNESCO dio comienzo en 2018 al proyecto denominado “Cash for Work: Promoting Livelihood Opportunities for Urban Youth in Yemen” [Trabajo por dinero en efectivo – Proporcionar oportunidades de empleo y medios de subsistencia a la juventud urbana del Yemen] que cuenta con una dotación presupuestaria de 12 millones de dólares. Llevado a cabo por el Fondo Social para el Desarrollo (SFD) y autoridades locales especializadas, este proyecto trienal se centra en las ciudades de Sana'a, Shibam y Zabid, todas ellas inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial, y también en la ciudad de Adén. Tiene por objeto que los jóvenes yemeníes, a cambio de una remuneración en metálico, participen en obras de rehabilitación de casas de particulares, lugares públicos y espacios comerciales, a fin de que la población pueda disponer de alojamientos y servicios dignos y adecuados. Maestros albañiles y expertos en construcción se dedican a formar a jóvenes de menos de 35 años, cualificados y no cualificados, para que adquieran competencias y obtengan un ingreso diario que contribuya a satisfacer las necesidades más perentorias de sus familias.
Tan sólo en Sana'a se han rehabilitado ya más de 40 edificios históricos. Hasta la fecha se han apuntado a este proyecto unos 2.250 jóvenes y el objetivo es lograr que, de aquí al mes de agosto de 2021, participen unos 4.000, de los cuales 500 por lo menos deberían ser mujeres.
Este proyecto presta simultáneamente apoyo a una serie de actividades culturales programadas y dirigidas por los propios jóvenes. En la programación de esas actividades colaboran más de 200 artistas y agentes culturales, entre los que figura un número considerable de creadores de la diáspora yemení.