Este es el parecer del Consejo Albanés de Prensa, una organización independiente de periodistas creada para fomentar la autorregulación de estos profesionales con vistas a recuperar la confianza del público en los medios informativos y mantener su credibilidad. En el sitio web del Consejo se dice lo siguiente: “Pocas veces se pide a los periodistas que verifiquen los hechos dos o tres veces y no se tiene ninguna consideración con los sentimientos de las personas que resultan perjudicadas […] Los conflictos entre el público y los medios informativos […] muy pocas veces los resuelven las instituciones de conformidad con el código de deontología. […] La pérdida de públicos y audiencias ha conducido a los medios de información a depender de poderes fácticos o económicos, que se dedican a ‘comprar la verdad’”. Por otro lado, también se señala en el sitio web que existe al mismo tiempo una desconfianza con respecto a la adopción de una legislación complementaria en materia de prensa, porque la existente actualmente ya es “suficientemente represiva con periodistas que, por haber cumplido solamente con su cometido profesional, son a menudo imputados por los tribunales, e incluso condenados a pagar multas”.
En el verano de 2017, el Consejo Albanés de Prensa firmó un acuerdo de colaboración con la UNESCO y obtuvo una ayuda del proyecto “Establecer la confianza en los medios informativos de Europa del Sudeste y Turquía”, financiado por la Unión Europea. Gracias a ello, en septiembre de ese mismo año el Consejo pudo constituir un comité directivo, crear un sitio en Internet, iniciar su funcionamiento y empezar a participar en sesiones de formación y eventos internacionales.
En el sitio web del Consejo se han publicado una recopilación de decisiones, un formulario de reclamaciones y un código de deontología. Entre las infracciones al código de deontología cabe mencionar las siguientes: intromisión en la vida privada, publicación de informaciones inexactas, incitación al odio, vulneración de los derechos de la infancia, exhibición gratuita de imágenes desestabilizantes, propaganda oculta, violación de la privacidad de datos personales y discriminación de grupos vulnerables.
El éxito de la acción del Consejo es notorio porque cada vez acuden a él más miembros, así como jueces para tratar el número creciente de reclamaciones formuladas.
La evaluación del proyecto “Establecer la confianza en los medios informativos de Europa del Sudeste y Turquía” ha puesto de manifiesto la pertinencia y oportunidad de la estrategia escogida por la UNESCO para alcanzar su objetivo: hacer hincapié en el fomento del profesionalismo y de la buena gobernanza de los medios informativos, así como en el fomento del pensamiento crítico de sus usuarios.
En todos los países de la región se han creado Consejos de Prensa que han incrementado su notoriedad y eficacia, como lo demuestra la cantidad cada vez mayor de reclamaciones que reciben y el creciente número organismos de prensa que se afilian a ellos.
En 2019, la UNESCO y la Comisión Europea decidieron ir aún más lejos renovando el acuerdo de colaboración y poner en marcha la segunda fase el proyecto en Albania, Bosnia-Herzegovina, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia, Turquía y Kosovo.
Aportando unos dos millones de euros en un trienio, la Comisión Europea desea que se fomente el pensamiento crítico de los jóvenes, que se intensifique la lucha contra la desinformación y que los medios informativos rindan más cuentas a sus usuarios.
Como a los jóvenes periodistas no se les suele ofrecer la posibilidad de hacer reportajes, y con vistas a poder tener en cuenta sus puntos de vista, la UNESCO tuvo la idea de ofrecer a unos 30 profesionales de toda la región, con edades comprendidas entre 22 y 30 años, la posibilidad de cubrir eventos de las actividades y programas que la UNESCO y la Unión Europea llevan a cabo para promover la libertad de expresión.
A la joven periodista turca Melike Pala se le ofreció la oportunidad de cubrir la Conferencia por el Día Mundial de la Libertad de Prensa que la UNESCO organizó en Windhoek (Namibia) en mayo de 2021. Para que pudiera realizar su trabajo se puso a su disposición exclusiva una plataforma en línea.
Hace ya más de un año, la cobertura de la pandemia de COVID-19 recordó una vez más a los periodistas su papel esencial en la transmisión de informaciones fiables cuando se vive una situación sin precedentes. Para ayudarles en su labor, la UNESCO impulsó una campaña contra la desinformación en las redes sociales con las etiquetas #TrustinMediaSEE y #MilClicksSEE a fin de suministrar una serie de infografías que se pueden descargar y compartir gratuitamente en todos los idiomas de la región.
Al igual que Melike, Katarina e Ivan, muchos jóvenes periodistas de Europa del Sudeste y Turquía se afanan por conquistar una confianza duradera del público en medios informativos que se caractericen por ser libres, independientes y pluralistas. Parece que han escogido el buen camino para perseguir ese objetivo.