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Cuando las escuelas cierran: un nuevo estudio realizado por la UNESCO revela la incapacidad de tomar en cuenta el género en las respuestas educativas a la COVID-19

11/10/2021

París, 11 de octubre – Cuando las escuelas cierran, un estudio a escala mundial que expone la repercusión de las cuestiones relativas al género en el aprendizaje, la salud y el bienestar con el cierre de las escuelas durante la COVID-19 ha sido publicado por la UNESCO el 11 de octubre con motivo del Día Internacional de la Niña 2021. El estudio constata que, mientras que las normas y expectativas en materia de género pueden afectar la capacidad de participación en el aprendizaje a distancia, las intervenciones que cuestionan los obstáculos vinculados al género pueden limitar la tasa de pérdida del aprendizaje y del abandono escolar durante la reapertura de las escuelas.

“A pesar de la rapidez con que los gobiernos y sus socios actuaron en favor de la continuidad pedagógica, el cierre de las escuelas vinculado a la COVID-19 obstaculizó el derecho de los niños y jóvenes a una educación inclusiva y de calidad a través del mundo”, declaró Stefania Giannini, Subdirectora General de la UNESCO. “Los ejemplos que este informe menciona nos recuerdan que el progreso en aras de la igualdad no es lineal y que se necesitan acciones centradas, sostenidas y colaborativas para ir por el buen camino y reconstruir la igualdad”.

El estudio consiste en un examen de las investigaciones publicadas, de una encuesta a gran escala ante las organizaciones que trabajan en el plano internacional sobre la igualdad de género en la educación, así como en datos más detallados recopilados en las comunidades locales de Bangladesh, Côte d’Ivoire, Kenya, Malí y Pakistán.

Se constataron repercusiones relativas al género en cuatro ámbitos principales:

  1. Los requerimientos impuestos por los hogares a las niñas y los niños, en particular en los contextos más desfavorecidos, han limitado sus capacidades para participar en el aprendizaje a distancia. Como las niñas han pasado más tiempo en la casa, esto provocó a menudo una mayor carga en sus quehaceres domésticos, tal y como quedó documentado en Bangladesh, Ecuador, Etiopía, Níger, Pakistán y Sierra Leona, así como en otras familias con ingresos bajo y medio. La participación de los niños se ha visto a menudo limitada por la necesidad de ganar un salario: la tercera parte de los participantes en una encuesta realizada en 55 países señaló un aumento del predominio del trabajo infantil vinculado al cierre de las escuelas durante la crisis de la COVID-19.
  2. La brecha digital entre los géneros limitó considerablemente la capacidad de aprendizaje en línea de las niñas. En los países en donde se dispone de datos, las adolescentes entre 15 y 19 años de edad tuvieron menos posibilidades que los niños de utilizar la Internet durante los 12 últimos meses, y fueron menos numerosas en disponer de un teléfono móvil. Entre los docentes que fueron interrogados en tres distritos de Pakistán, el 44% de las niñas con respecto al 93% de los niños declararon que poseían un teléfono móvil. Las niñas que no poseían un teléfono móvil declararon que debían utilizar los teléfonos de sus allegados, generalmente el de sus padres.
  3. Los datos limitados disponibles actualmente sobre la tasa de regreso a la escuela demuestran también desigualdades entre los géneros. Un estudio llevado a cabo en cuatro condados de Kenya reveló que el 16% de las niñas y el 8% de los niños entre 15 y 19 años no lograron matricularse nuevamente durante los dos meses después de la reapertura de las escuelas al principio de 2021, citando como causa principal la imposibilidad de pagar los gastos de escolaridad.
  4. Más allá de la educación, el cierre de los centros educativos repercutió en la salud de los niños, fundamentalmente en su salud mental, su bienestar y su protección. En 15 países a través del mundo, las niñas indicaron tener más estrés, ansiedad y depresión que los niños. Los educandos LGBTQI revelaron altos niveles de aislamiento y ansiedad. Los niños también temieron un aumento de la criminalidad y la violencia, en particular en los contextos afectados por las crisis.

Mientras los gobiernos adaptaban las soluciones de aprendizaje a distancia para responder a la pandemia, parece que se le dio prioridad a la rapidez en lugar de a la equidad en el acceso a los resultados. Todo parece indicar que las respuestas a la COVID-19 fueron elaboradas sin prestar prácticamente atención a la inclusión, algo que provocó también un incremento del riesgo de marginalización. Hubo excepciones: el plan de Ghana reconoce las dificultades de acceso a los estudios vinculadas al género durante el cierre de las escuelas, mientras que Rwanda ayuda a las niñas embarazadas y a las madres adolescentes a continuar sus estudios.

La mayoría de los países, de todos los grupos según los ingresos, declara proporcionar diferentes formas de apoyo a los docentes. Sin embargo, pocos programas han ayudado a que los docentes puedan identificar los riesgos, las disparidades y las desigualdades entre los géneros que surgieron durante los cierres vinculados a la COVID-19. También se esperaba que las docentes asumieran un papel doble al garantizar la continuidad pedagógica de sus alumnos a la vez que hacían frente a responsabilidades suplementarias como el cuidado de los hijos y los quehaceres domésticos durante el cierre de las escuelas.

El estudio hace un llamamiento a la comunidad educativa a tomar en cuenta el género en las políticas y los programas de lucha contra la pérdida de participación y las tasas bajas de regreso a la escolaridad en las comunidades vulnerables, fundamentalmente mediante transferencias monetarias y apoyo específico a las niñas jóvenes y a las madres adolescentes.

Se necesitan esfuerzos continuos para seguir estas tendencias y aumentar las intervenciones para poner fin a los matrimonios infantiles, así como a los matrimonios precoces y forzados, prácticas que privan a las niñas de su derecho a la educación y a la salud y reducen sus perspectivas a largo plazo. Sin embargo, estos matrimonios parecen aumentar en ciertos contextos. Asimismo, es necesario documentar las prácticas idóneas, fundamentalmente aquellas que se centran en la equidad y han sido concebidas para que nadie quede rezagado.

El estudio demuestra también la imperiosa necesidad de encontrar soluciones de aprendizaje a distancia sin tecnología y con baja tecnología, medidas que permiten que las escuelas proporcionen apoyo psicosocial integral y velen por la asistencia apoyándose en datos desglosados por sexos, entre otras medidas necesarias.

La celebración por parte de la UNESCO del Día Internacional de la Niña incluye una conferencia que tendrá lugar el 11 de octubre (entre las 13h30 y las 15h30, hora de París), titulada Generación digital. Nuestra generación: Aprender en la era de la COVID-19. Organizada por la UNESCO en colaboración con Plan Internacional y el Ministerio de Relaciones Europeas y Extranjeras de Francia, la conferencia examinará los medios para superar la brecha de género en materia de acceso y de competencias digitales, cómo lograr que los espacios en línea sean seguros y la utilización del poder de la tecnología en la promoción de la educación de las niñas y mujeres, así como el liderazgo y la igualdad de género y velar por el empoderamiento de las niñas para sacar el máximo provecho de su potencial tanto en línea como fuera de esta. Para inscribirse.

El estudio Cuando las escuelas cierran fue preparado bajo los auspicios del programa emblemático Igualdad de género de la Coalición Mundial para la Educación, basándose en datos fehacientes recopilados por Population Council. Este estudio fue financiado gracias a la generosidad de la Alianza Mundial para la Educación.

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Contacto de prensa en la UNESCO: Clare O’Hagan, +33(0)145682917, c.o-hagan@unesco.org

 

Photo: ROMEDIA/Shutterstock.com