El acceso público al patrimonio cultural subacuático
Los océanos son el museo más grande del mundo. Ellos contienen innumerables tesoros culturales que van desde naufragios a ciudades hundidas y sitios prehistóricos sumergidos gradualmente por la subida del nivel del mar. Estos sitios arqueológicos sirven como cápsulas del tiempo. Nos permiten un breve vistazo a la vida cotidiana del pasado - la vida tal como era antes de que el sitio desapareciera bajo las olas.
Es importante que este legado humano sea accesible para tantas personas como sea posible.
Acceso público al patrimonio cultural subacuático:
- Proporciona a las comunidades una conexión tangible con su pasado, fomenta el orgullo local y estimula la conciencia de las personas y el respeto por el patrimonio subacuático.
- Puede ser un activo económico crucial para la industria turística local.
- Asegura el monitoreo del estado de los sitios o su conservvación y puede ayudar a financiar la protección y la investigación.
A fin de fomentar un acceso público responsable al patrimonio cultural subacuático, el Consejo Científico y Técnico de la Convención de 2001 recomendó a la Reunión de los Estados Partes que promovieran ejemplos de mejores prácticas por todo el mundo. Estas iniciativas incluyen museos del patrimonio marítimo, rutasde buceo, exposiciones virtuales, etc.
Algunos países con ricos patrimonios submarinos han decidido recuperar artefactos o pecios enteros y exponerlos en museos, que ahora son atractivos culturales duraderos para sus regiones. Los museos ofrecen al público un fácil acceso a su patrimonio subacuático y, por lo tanto, estimulan la concienciación, la educación y la investigación
Una vez fuera del agua y expuestos en tierra, los objetos de sitios arqueológicos sumergidos quedan privados de su contexto y pierden parte de su significado. Por lo tanto, se han emprendido varias iniciativas recientes para ofrecer a los visitantes experiencias in situ. Estos incluyen rutas de buceo y excursiones en botes de fondo de vidrio o submarinos.
El acceso público al patrimonio cultural subacuático brinda a los visitantes una conexión tangible con su pasado, estimula la conciencia local y el orgullo, y tiene un gran potencial para la educación y la recreación. Si bien la venta comercial de patrimonio cultural subacuático puede aportar beneficios económicos a corto plazo, no va de la mano con el acceso del público y, a largo plazo, se ha demostrado que es menos rentable que las estrategias de ordenación del patrimonio sostenible.
Terminado en 2008, el Min del desierto es una réplica de un barco egipcio que navegó el Mar Rojo a Punt hace 3.800 años bajo el reinado de Hatshepsut. Las réplicas precisas pueden devolver a la vida objetos arqueológicos y, por lo tanto, promover de manera muy directa la comprensión entre el público