Fatouma - Tombouctou

Historia

Cómo Fatouma pudo continuar su escolaridad después del cierre de las escuelas debido a la COVID-19 en Malí

Tuve que trabajar para ayudar a mis padres y a mi familia durante la pandemia de COVID-19. Las sesiones de sensibilización me dieron la fuerza necesaria para regresar a la escuela.
Fatouma Adiawiakoye, alumna de primaria de 13 años de edad, originaria de la región de Tombuctú (Malí), que asistió a la escuela durante el cierre prolongado de las escuelas debido a la COVID-19.

Aunque la enseñanza primaria es obligatoria en Malí, casi un tercio de los niños en edad escolar no asiste a la escuela y las tasas de abandono antes de completar el ciclo de enseñanza primaria alcanzan prácticamente la misma proporción. A esto se añade la inseguridad persistente que acarrea el cierre de las escuelas en determinadas regiones, la pobreza y las prácticas tradicionales que obstaculizan la educación de las niñas. Según los datos a escala nacional, el 15% de las niñas de Malí se casan antes de los 15 años y el 53% antes de los 18.

En este contexto, 1533 centros educativos del país han tenido que cerrar para combatir la pandemia de COVID-19, lo que ha provocado, según las estimaciones, que unos 403 200 niños abandonen la escuela y que las niñas y las mujeres jóvenes corran el riesgo que conllevan los matrimonios precoces y los embarazos no deseados. “En mi región, las niñas que no asisten a la escuela se casan muy pronto”, afirma Fatouma. “Si volvemos a cerrar las escuelas, el número de matrimonios precoces aumentará”.

Las niñas en primera fila

Para garantizar la continuidad del aprendizaje de las niñas y su regreso a la escuela en condiciones de seguridad, la UNESCO presentó la campaña “Las niñas en primer plano”, que ha llegado a unos 400 millones de personas en todo el mundo.

Esta campaña se puso en marcha gracias al apoyo de Wallonie-Bruxelles International, como parte de un proyecto multinacional en cuatro países del África subsahariana: Benin, Malí, Nigeria y Senegal. La campaña hace hincapié en las regiones en las que las tasas de abandono escolar de las niñas son más elevadas y en donde las tasas de reinscripción de las niñas en la escuela más bajas.

En Malí, las actividades se centraron en la sensibilización de las niñas, los miembros de las comunidades, los líderes de las aldeas y los padres sobre la importancia de la educación. Esta labor contó con el apoyo del Ministerio de Educación y la Academia de Educación de Tombuctú, así como de asociados tales como la Unión de Radios y Televisiones Libres de Malí. Los mensajes y materiales de la campaña se tradujeron a las tres lenguas nacionales (fulfulde, songhai y tamasheq) para facilitar y aumentar el compromiso a escala local.

Abogar en favor de la educación de las niñas

“Digamos NO al cierre de escuelas, independientemente de la causa”, declara Fatouma. “La educación de las niñas es una prioridad”. La participación de Fatouma a una sesión de sensibilización reafirmó su convicción de que “la educación debe ocupar el centro de la atención de los padres y, en particular para nosotras, las niñas, que vivimos en regiones donde las tradiciones y las costumbres nos obligan a abandonar la escuela para casarnos”.

Mediante la organización de 24 sesiones de sensibilización, el despliegue de 30 caravanas informativas que recorrieron 12 aldeas, la difusión de 630 emisiones a través de radios comunitarias y la distribución de materiales en 17 escuelas, se llegó a más de 550 000 personas que fueron sensibilizadas sobre la importancia de la educación de las niñas en 7 comarcas, incluida Tombuctú, la región natal de Fatouma.

Los mensajes de sensibilización dirigidos a la comunidad han ayudado a mis compañeras a permanecer en la escuela.

Su prima Rokiatou, por ejemplo, tuvo que abandonar sus estudios en cuanto comenzó a menstruar, pero gracias a los mensajes transmitidos a través de la emisora de radio Jamana, pudo volver a la escuela y ahora está terminando su sexto año de estudios.

Las actividades que se han llevado a cabo han tenido una repercusión que va más allá de las comunidades y el público al que se han dirigido, es decir las niñas. Ayudaron fundamentalmente a que el hermano mayor de Fatouma regresara a la escuela tras dos años de ausencia, durante los que trabajó como albañil. En su primer semestre, obtuvo un promedio de 13 sobre 20.

Girls education sensitization session in Mali

Repercusión sostenible y efecto multiplicador

El trabajo que se lleva a cabo tiene un efecto multiplicador más allá de la culminación del proyecto: más pueblos se están implicando, las radios siguen transmitiendo mensajes sobre la educación de las niñas y se traducen nuevos materiales. 

A raíz de las actividades que se han llevado a cabo, la Academia de Educación de Tombuctú ha recibido un número creciente de solicitudes sobre las actividades y los materiales de sensibilización suplementarios acerca de la educación de las niñas por parte de los centros pedagógicos y las escuelas a las que el proyecto no ha llegado. Los líderes comunitarios también se movilizaron y se comprometieron unánimemente a apoyar la continuidad del aprendizaje de las niñas y su regreso a la escuela mediante actividades de información y la sensibilización.

Según el director de la Academia de Educación de Tombuctú para el año escolar 2021-2022, unas 15 escuelas han vuelto a abrir tras las sesiones de sensibilización organizadas en el marco del proyecto. Los materiales del proyecto también han sido distribuidos entre los centros de actividades educativas de seis comarcas para que sirvan de modelo en las actividades de concienciación de los jóvenes.

Fatouma aboga por la educación de las niñas y espera con impaciencia la próxima etapa: “Me gustaría continuar mis estudios y convertirme en médico para salvar a los niños y ayudar a las niñas que son víctimas de la violencia y los matrimonios forzados. Incito a todas las niñas a que continúen su educación, porque el futuro de la región de Tombuctú depende de ello”.

Se deben llevar a cabo más actividades de promoción y concienciación con miras a garantizar que las niñas sigan aprendiendo y para salvaguardar los progresos alcanzados en materia de igualdad de género en la educación y mediante esta. Esta labor ha contribuido al programa emblemático Igualdad de Género de la Coalición Mundial por la Educación de la UNESCO y ha sido financiado por Wallonie-Bruxelles International.