Listas de inscripciones y designaciones

El patrimonio mundial es el legado cultural y natural, heredado de tiempos pasados por la humanidad, que aún se mantiene vivo hoy en día y que debemos conservar para transmitirlo a las generaciones venideras. Debido a su carácter excepcional, este patrimonio es irreemplazable por ser una fuente universal de vida y estímulo para los pueblos de todos los países, dondequiera que se hallen los sitios del mundo que lo albergan.

La Organización se ha asignado la tarea de fomentar en todo el mundo la localización, protección y conservación de los sitios que poseen un valor excepcional para el conjunto de la humanidad. Esta misión se plasmó en los hechos en 1972 con la adopción por la UNESCO de un tratado internacional: la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural (en inglés).

Las reservas de biosfera promueven la compatibilidad entre la conservación de la biodiversidad del planeta y el uso de sus recursos naturales. Son, de hecho, auténticos centros de aprendizaje del desarrollo sostenible en ecosistemas naturales con contextos socioeconómicos específicos, en los que viven y trabajan más de 250 millones de personas.

Hoy en día, la Red Mundial de Reservas de Biosfera (en inglés) cuenta con 727 sitios repartidos por 131 países, de los cuales 22 son sitios transfronterizos.

La noción de "patrimonio cultural" ha experimentado cambios notables en los últimos decenios, debidos en parte a una serie de instrumentos elaborados par la UNESCO que han llegado a la conclusión de que esa noción no abarca exclusivamente los monumentos ni las colecciones de objetos culturales, museísticas u otras, sino que incluye también las tradiciones y expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas de generación en generación hasta nuestros descendientes, por ejemplo: tradiciones orales; artes del espectáculo; usos sociales, rituales y actos festivos; técnicas artesanales tradicionales; y conocimientos relativos a la naturaleza y el universo. 

Los geoparques mundiales de la UNESCO son zonas geográficas unificadas de paisajes geológicos, únicos en su género por su importancia mundial, cuya gestión se ajusta a un enfoque que engloba a un tiempo una finalidad pedagógica, un objetivo de protección y un propósito de fomentar el desarrollo sostenible. Al compaginar las exigencias impuestas por la protección y el desarrollo sostenible con las demandas y necesidades de las comunidades locales interesadas, ese enfoque goza de una aceptación pública cada vez mayor. Prueba de ello es que, actualmente, hay ya 169 geoparques mundiales de la UNESCO en 44 países. Pueden consultar aquí una lista completa de los geoparques (en inglés) con detalles sobre cada uno de ellos. 

En 2004 se creó esta Red para fomentar la cooperación con las ciudades y entre aquéllas que habían optado por la creatividad como factor estratégico para impulsar el desarrollo sostenible. Hoy en día, la Red cuenta con 246 ciudades que tratan de alcanzar juntas un objetivo común: otorgar un papel de primer plano a la creatividad y las industrias culturales en sus planes de ordenación territorial y urbanística, y cooperar activamente en el plano internacional a tal fin.

La UNESCO creó en 1992 el Programa “Memoria del Mundo”, debido a la toma de conciencia de la situación lamentable de la conservación del patrimonio documental y al deficiente acceso a sus fondos en muchas partes del mundo. En efecto, las guerras, los disturbios sociales y la gran falta de recursos destinados a este tipo de patrimonio cultural habían agravado los problemas de su preservación que, en muchos casos, se remontaban a varios siglos atrás. Fue toda una larga serie de saqueos, dispersiones, tráficos comerciales ilegales, destrucciones, subvenciones insuficientes y almacenamientos inadecuados de las colecciones documentales la que había provocado una situación desastrosa: la pérdida definitiva de una gran parte de ellas y el grave peligro de deterioro de un gran número de las subsistentes. No obstante, cabe señalar que en algunas ocasiones se descubren patrimonios documentales que se creían desaparecidos para siempre.

Este Atlas tiene dos objetivos: sensibilizar al peligro de extinción en que se hallan numerosos idiomas del mundo y hacer cobrar conciencia de la necesidad imperiosa de salvaguardar la diversidad lingüística de nuestro planeta a los decisores políticos, a las comunidades que aún hablan esos idiomas amenazados y a la opinión pública mundial en general; y servir de instrumento de seguimiento del estado de las lenguas en peligro de extinción, así como de las tendencias que se observan en la diversidad lingüística a nivel mundial. 

Orientada hacia la elaboración de políticas, esta Red Mundial es una fuente de inspiración, de conocimientos técnicos y de buenas prácticas para las ciudades que la integran. Cualquiera que sea su grado de desarrollo, estas ciudades pueden sacar un gran provecho del intercambio de ideas con las demás que componen la Red, ya que los problemas con que puedan tropezar a medida que se van desarrollando pueden haber sido ya resueltos con soluciones aplicadas en otras ciudades con las que colaboran.

Las actividades realizadas por los Embajadores de Buena Voluntad, los Artistas para la Paz y los Campeones de la UNESCO sensibilizan a la opinión pública a la importancia del mandato y los programas de la Organización. Con su nombramiento, estas personalidades se comprometen a servirse de su renombre y sus talentos para difundir entre sus audiencias los valores y objetivos de la Organización mediante los eventos que organizan, los proyectos que llevan a cabo y los debates en los que participan.

El programa de Embajadores de Buena Voluntad de la UNESCO también contribuye a una mayor notoriedad de las actividades de la Organización, lo que permite darlas a conocer mejor a los decisores y al público en general, así como recaudar fondos en determinadas ocasiones.

Desde 1951, 23 premios otorgados por la UNESCO han galardonado proyectos que proponían soluciones sostenibles a problemas del mundo como la igualdad de género, la lucha contra la pobreza, el acceso a una educación de calidad e inclusiva, el seguimiento del cambio climático y la diversidad cultural para una cultura de paz. Si la innovación es un elemento central de su estrategia, o si sus proyectos satisfacen las nuevas necesidades de las comunidades locales, prestan apoyo a la transformación digital o anticipan cuál va a ser la evolución de la sociedad centrada en la inteligencia artificial, los Premios UNESCO pueden impulsar sus investigaciones, aportarle observaciones especializadas e incrementar su notoriedad entre los protagonistas mundiales de la innovación que trabajan para transformar la vida de la gente y lograr progresos decisivos para la humanidad.