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El Informe Mundial de la UNESCO, Re|pensar las políticas para la creatividad – Plantear la cultura como un bien público global, es la tercera edición de una serie concebida para hacer un seguimiento de la aplicación de la Convención de 2005 sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales.
Las industrias culturales y creativas han sido uno de los sectores más afectados por la COVID-19. Este informe tiene como objetivo de capturar la magnitud prevista de la perturbación mundial causada por la propagación del virus. A partir de una revisión internacional de estudios publicados en 2020, este estudio examina el impacto económico de la pandemia en las industrias culturales y creativas y explora las innovaciones digitales que han surgido en respuesta a esta crisis sin precedentes.
Como anticipo de la tercera edición del Informe Mundial de Re|Pensar las Políticas Culturales, esta edición especial de la serie de Informes Mundiales, que examina la aplicación de la Convención de 2005 sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, se centra en uno de los objetivos principales de la Convención: la promoción de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
La crisis causada por la pandemia de COVID-19 ha tenido repercusiones devastadoras en el sector de la cultura, poniendo de manifiesto y exacerbando a un tiempo la volatilidad de la que ya adolecían las industrias creativas y culturales. La cultura en crisis es una guía práctica que presenta las políticas y medidas de emergencia adoptadas durante la pandemia que se han considerado eficaces y beneficiosas.
Como anticipo de la tercera edición de Re|Pensar las políticas culturales, esta edición especial de la serie de Informes Mundiales, que examina la aplicación de la Convención de 2005 sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, se centra en uno de los objetivos principales de la Convención: la promoción de los derechos humanos y las libertades fundamentales y, en particular, la libertad artística.
¡Celebremos el FIDC!El 2020 marca los 10 años del Fondo Internacional para la Diversidad Cultural (FIDC)El FIDC es el Fondo establecido por la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales con el objetivo de invertir en proyectos que conduzcan a cambios estructurales, demostrando el valor y las oportunidades que la cultura genera en los procesos de desarrollo sostenible, en particular en el crecimiento económico y la promoción de una calidad de vida decente.
Consolidado por la Secretaría de la Convención de 2005, este estudio se basa en un análisis de las contribuciones de los Estados Miembros de la UNESCO y de organizaciones no gubernamentales y organizaciones internacionales no gubernamentales a la consulta mundial de 2018 sobre la aplicación de la Recomendación de 1980 relativa a la Condición del Artista. El análisis fue realizado por Garry Neil (Canadá), un destacado experto internacional en políticas culturales y ex Director ejecutivo de la Red Internacional para la Diversidad Cultural (2000-2011). Durante su carrera, el Sr.
Concebida para efectuar el seguimiento de la aplicación de la Convención de la UNESCO sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales (2005), esta serie de Informes Mundiales también proporciona pruebas de cómo el proceso de aplicación de esta Convención contribuye a la consecución de las metas fijadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda para 2030 de las Naciones Unidas.
En el Informe Mundial 2018 se examinan los progresos realizados en la aplicación de la Convención de 2005 desde la publicación del primer Informe en 2015.
Actualmente, los ingresos generados anualmente por las industrias culturales y creativas ascienden a 2,25 billones de dólares estadounidenses, y las exportaciones son superiores a 250 000 millones de dólares. Generan además cerca de 30 millones de empleos en el mundo, empleando a más personas de entre 15 y 29 años de edad que cualquier otro sector y, en algunos países llegan a representar hasta el 10% del PIB. La economía creativa se ha convertido por consiguiente en un motor central de las estrategias comerciales, tanto de los países desarrollados como en desarrollo.
La cultura y la creatividad son el corazón latiente de nuestras sociedades. Ahora más que nunca debemos ayudarlas a prosperar.
Invirtiendo en la economía creativa, especialmente en los países del Sur, estamos apoyando un desarrollo sostenible e inclusivo en beneficio de todos.
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