Reimaginar la movilidad de artistas y profesionales de la cultura

La movilidad de los artistas y de los profesionales de la cultura se entiende como el desplazamiento transfronterizo temporal para acceder a nuevas oportunidades profesionales, colaboradores, públicos y mercados. Como se muestra en el quinto capítulo, garantizar estos intercambios es vital para la carrera de los artistas. No obstante, la desigualdad mundial en materia de libertad de circulación sigue siendo un problema. Las dificultades en los requisitos de visado y la falta de financiación y formación dificultan la movilidad de los artistas de los países en desarrollo. Los Estados tienden a priorizar el apoyo a sus propias comunidades artísticas para que viajen fuera de su territorio, en lugar de atraer a artistas procedentes de otros países: el 83 % de las Partes apoya la movilidad saliente, frente al 57 % que apoya la movilidad entrante de artistas del extranjero. En los últimos cuatro años, los países desarrollados no han introducido ninguna medida de trato preferente, a pesar de que las Partes se comprometieron a prestar apoyo a artistas y profesionales de la cultura de los países en desarrollo. Las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel decisivo a la hora de contrarrestar estos desequilibrios en la movilidad, ya que pueden suplir las lagunas de financiación, administrar subvenciones, difundir información, impartir formación y acoger plataformas de exposición y formación de redes. La pandemia de COVID-19 ha provocado un cambio fundamental en la movilidad, lo que significa que los gobiernos están llamados a reimaginar la movilidad de una forma más equilibrada, sostenible y accesible en el entorno digital.