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Mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales

Mediante el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, las Naciones Unidas alcanzan una mayor efectividad en su trabajo, ya que pueden centrar sus esfuerzos en buscar soluciones para problemas mundiales, en vez de en resolver conflictos. Por desgracia, la ONU ha hecho frente a los desafíos a la paz y la seguridad en zonas en las que cuenta con una presencia limitada, lo que ha puesto a prueba sus capacidades. En otras regiones donde está más establecida, la Organización se ve cada vez más atacada.

ONU/Albert González Farran
Un soldado de mantenimiento de la paz de la Misión Híbrida de la Unión Africana y las Naciones Unidas en Darfur (UNAMID) patrulla por la noche en el campamento para desplazados internos de Kassab en Kutum (Darfur septentrional) en 2012.

Las Naciones Unidas trabajan para mantener la paz y la seguridad internacionales en un mundo en el que las amenazas son cada vez más complejas. A pesar de que la Organización ha tenido éxito en numerosas ocasiones, también se han dado situaciones trágicas en las que no ha conseguido su objetivo. Con el aumento del número de conflictos, cientos de miles de personas han muerto recientemente en el mundo.

La capacidad de la Organización para llevar a cabo su mandato en un ambiente más inestable en cuanto a la paz y la seguridad internacionales se está poniendo a prueba. La distinción entre criminales y grupos hostiles y los saboteadores de la paz, entre los que se incluyen los extremistas con estrategias transnacionales y tácticas muy sofisticadas, está cada vez menos clara. El colapso del aparato de seguridad de Estado en el contexto de los conflictos intra-estatales ocasiona grandes problemas en materia de seguridad que ponen a prueba la capacidad de la Organización para llevar a cabo su mandato y sus programas. Por otra parte, en su condición de objetivo vulnerable, las Naciones Unidas han sido víctima de ataques que han resultado en la trágica pérdida de muchas vidas.

En un contexto en el que las crisis son cada vez más complejas y los costes de afrontarlas aumentan a un ritmo sorprendente, la necesidad de evitar los conflictos es más evidente que nunca. En su trabajo de prevención y mediación en los conflictos, las Naciones Unidas continúan enfrentándose a importantes obstáculos para encontrar la mejor forma de acercarse a grupos armados divididos y organizaciones poco definidas y garantizar así la inclusión. La ONU ha estrechado sus relaciones con otras organizaciones regionales y subregionales que desempeñan un papel relevante a la hora de fomentar asociaciones orientadas hacia la prevención y la mediación de conflictos, además de facilitar las respuestas rápidas a crisis regionales.

Los Estados Miembros, además, siguen apreciando el apoyo de las Naciones Unidas durante los procesos electorales, y continúan solicitando su apoyo con frecuencia (con asistencia técnica, buenos oficios o apoyo a organizaciones regionales). Siguiendo los mandatos del Consejo de Seguridad, la ONU ha provisto de asistencia electoral en lugares donde estaba en peligro la seguridad.

La voluntad política de prevenir el flagelo de la violencia sexual en los conflictos se manifiesta en la Declaración del Compromiso para poner fin a la Violencia Sexual en los Conflictos y en la Cumbre Mundial para el Fin de la Violencia Sexual en los Conflictos, que tuvo lugar en 2014.

Además, el Consejo de Seguridad ha hecho un llamamiento a la monitorización y la presentación de informes de forma continuada en lo relativo a las violaciones que afectan a los niños en los conflictos armados, e insiste en que los responsables han de rendir cuentas. La campaña mundial "Niños, no soldados" tiene como objetivo fundamental prevenir y poner fin al reclutamiento y el uso de los niños por parte de las fuerzas de seguridad nacionales en todos los conflictos para el año 2016.

Los Estados Miembros han demostrado su interés en las operaciones de mantenimiento de la paz, y continúan considerando que se trata de una herramienta efectiva, también desde el punto de vista económico, sin la cual los costes humanos y materiales de los conflictos aumentarían de forma indudable. A pesar de que los entornos en los que las Naciones Unidas desarrollan su labor de mantenimiento de la paz siempre han supuesto desafíos, hoy en día nos enfrentamos a otros tipos de amenazas de mayor nivel, que requieren estrategias y enfoques nuevos. Las operaciones de mantenimiento de la paz se ponen en marcha en etapas más tempranas del desarrollo del conflicto, antes de que tengan lugar los acuerdos de paz o de cese el fuego. Crear un entorno político y de seguridad adecuado para que las negociaciones tengan éxito es crucial.

Además, asegurar que las tropas de la Naciones Unidas reciben el apoyo que precisan y disponen del equipo adecuado es una prioridad fundamental. La complejidad de los entornos donde se desarrollan las operaciones de mantenimiento de la paz requiere estrechar las relaciones con todas las partes interesadas, incluidas las organizaciones regionales y subregionales, el sistema de la ONU en el sentido más amplio, las instituciones y los donantes financieros regionales e internacionales, y los socios bilaterales y multilaterales. Esta colaboración es el único modo de afrontar de forma colectiva los retos actuales y venideros en materia de paz y seguridad internacionales.

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