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Salvar los paisajes urbanos: la isla de Mozambique

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Además del deterioro del patrimonio inmobiliario, la ciudad de Macuti tiene que enfrentarse a los problemas derivados del exceso de población y la pobreza

La isla de Mozambique, que da nombre al país, es una ínsula de coral en forma de media luna, situada a cuatro kilómetros de la costa, en el norte de la zona continental, junto a la boca de la bahía de Mossuril, que se abre sobre el océano Índico.

De apenas tres kilómetros de largo y entre 200 y 500 metros de ancho, con una zona urbana de casi un kilómetro cuadrado, este pequeño fragmento de paraíso es un crisol de culturas que muestra influencias bantúes, swahilis, árabes, persas, indias y europeas. La abigarrada arquitectura de la isla refleja su dramática y variopinta historia. Poblada por elementos de la etnia bantú en el año 200 dC y registrada en las cartas de navegación del océano Índico desde el primer milenio, la isla de Mozambique permaneció bajo el dominio de mercaderes árabes del siglo VIII al XVI. Luego, durante cuatro siglos (de 1507 a 1898), esta plaza fortificada fue capital y principal centro comercial del África oriental portuguesa, gracias a su privilegiada situación geográfica, en la ruta marítima que enlazaba a Europa occidental con el subcontinente indio y, más tarde, con Asia del sureste.

La increíble unidad arquitectónica de la isla proviene del uso constante –desde el siglo XVI—de las mismas técnicas de construcción, con idénticos materiales y motivos ornamentales. En reconocimiento de su importancia histórica internacional, el excepcional tejido urbano, el conjunto de fortificaciones y otros elementos arquitectónicos, la isla de Mozambique se incorporó en 1991 a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Aquí coexisten dos tipos de viviendas y sistemas urbanos: la ciudad de piedra y roca caliza, y la ciudad de casas con techos de palma.

La ciudad de piedra, con casas de roca calcárea y madera, tiene orígenes swahilis, con influencias árabes y portuguesas, y predomina en la mitad septentrional de la isla. Es un museo viviente, cuyos edificios religiosos, administrativos, comerciales y militares dan testimonio de la función que desempeñó como primera sede del gobierno colonial portugués. En esta zona, que ocupa las dos terceras partes de la isla, reside una fracción relativamente pequeña de la población.

Más al sur, la ciudad de Macuti, que recibió su nombre de los techos de palma (macuti) que cubren sus viviendas, alberga numerosas variantes de la arquitectura tradicional swahili. Estructurada en siete bairros o distritos, que son los núcleos de mayor densidad poblacional de la isla, no resulta sorprendente que Macuti padezca de una grave escasez de agua, falta de saneamientos y corra un riesgo importante de inundaciones periódicas.

El extraordinario valor universal de la isla lleva la impronta de múltiples amenazas, tales como el desarrollo desordenado y las repercusiones de la cultura mundializada. La escasez de recursos económicos, la infraestructura inadecuada, la poca conciencia de la población en materia de conservación y la débil capacidad institucional para gestionar las tareas de preservación se han conjugado para contribuir al deterioro y escaso mantenimiento del patrimonio arquitectónico. Por ejemplo, una evaluación de las condiciones de los edificios de la ciudad de piedra reveló que entre 1983 y 2012 se habían deteriorado en un 15%.

Esta situación motivó varias iniciativas coordinadas por la UNESCO que se centran en dos ámbitos principales: las condiciones de vida y vivienda de los bairros de Macuti y el deterioro general del patrimonio arquitectónico de la ciudad de piedra.

Tras la adopción en 2011 de la Recomendación de la UNESCO sobre el paisaje urbano histórico (HUL, por sus siglas en inglés), se decidió aplicar a la isla la estrategia de la HUL. Como parte del Programa de Ciudades del Patrimonio Mundial de la UNESCO, la HUL facilita asistencia técnica y ayuda a las ciudades del patrimonio mundial de todo el planeta a reconciliar mejor la conservación del patrimonio urbano con las estrategias de desarrollo socioeconómico. Estas nuevas estrategias han contribuido al fortalecimiento de los mecanismos de gobernanza con miras a la gestión sostenible y el desarrollo de la isla de Mozambique.

Información adicional sobre la isla de Mozambique en inglés:

La aplicación de la HUL en la isla de Mozambique

The HUL guidebook: managing heritage in dynamic and constantly changing urban environments; a practical guide to UNESCO's Recommendation on the Historic Urban Landscape. [Guía de la HUL: gestionar el patrimonio en contextos urbanos en permanente transformación; una guía práctica para aplicar la Recomendación de la UNESCO sobre el paisaje urbano histórico].

Albino Jopela

Administrador de programa del Fondo Africano del Patrimonio Mundial (AWHF) en Sudáfrica.