Profesores y estudiantes regresando a sus aulas en una escuela de Coyuca de Benítez, Guerrero, México

Historia

Docentes de zonas afectadas por Huracán Otis en México demuestran el papel vital de maestras y maestros para la recuperación ante desastres

La UNESCO acompañó a más de 300 profesoras y profesores del estado de Guerrero que se capacitaron en la metodología para educación en emergencias.

La crisis por el cambio climático desafía la resiliencia de las poblaciones cada vez con mayor frecuencia. En las costas de Guerrero, México, las lluvias no sólo traerán consigo frescura, sino también preocupación, temor y ansiedad para quienes aún sufren los estragos del Huracán Otis. Sin embargo, las escuelas y los docentes son bastiones de apoyo y esperanza para la recuperación socioemocional y la reconstrucción de lazos comunitarios. Aunque también ellas y ellos requieren del apoyo técnico y el reconocimiento que puedan brindarles las instituciones y comunidades por su empeño cotidiano.

El 25 de octubre de 2023 Otis pasó en pocas horas de ser una tormenta tropical a un huracán de categoría cinco, la de mayor intensidad, y golpeó las costas de Guerrero con una gran capacidad destructiva. Se estimaron más de 290 escuelas dañadas y la interrupción de clases de más de 76,200 estudiantes. 

Ante escenarios catastróficos como este, la educación es un derecho fundamental para construir sociedades resilientes y capaces de aprender de las crisis para plantear futuros mejores y sostenibles, de mayor cohesión comunitaria, cuidado del medioambiente y participación en las decisiones que afectan al bien común.

En ese sentido, la educación en emergencias no sólo prepara a las personas para evitar riesgos sino también para “reconstruir mejor” y devolver las aspiraciones y los sueños de las infancias y las juventudes ante un mundo cada vez más desafiante.

Dibujo a mano alzada de un humano

Yeni Astullido Delgado, profesora de la Escuela Primaria Rural “Alfredo V. Bonfil” en Coyuca de Benítez, menciona que maestras y maestros están fomentando en sus estudiantes y padres de familia una mayor conciencia sobre la crisis climática actual y acciones para tratar de sanar al planeta, pues los seres humanos se están enfrentando a nuevos acontecimientos por los daños a la naturaleza y el cambio climático.

Vivimos una situación muy difícil… Lamentablemente este sólo es el comienzo, porque vienen cosas más fuertes y eso es lo que estamos tratando de hacer ver a nuestros alumnos. Hay que prepararnos para lo que viene.

La relación vincular entre los procesos educativos con los aprendices y su extensión más allá de las aulas, no sería posible sin la cuidadosa labor que realizan las y los docentes, sobre todo en comunidades que habitan en zonas con mayor vulnerabilidad, como las costas.

Una persona caminando por Acapulco, Guerrero

“Nosotros diseñamos nuestros trabajos, nosotros buscamos los materiales, tenemos consejos técnicos, lo que es la oferta educativa de los planes y programas de estudio… de nosotros depende el todo ese proceso de aprendizaje”, dice Zulima Mendoza Bernal de la escuela primaria “Margarita Maza de Juárez”, también de Coyuca de Benítez.

Formadores de docentes y estudiantes en taller de la UNESCO sobre la metodología Construir sin ladrillos

Las comunidades docentes de Guerrero, tanto los maestros en servicio, como los docentes en formación, abordan en su labor cotidiana los retos de un porvenir incierto que enfrentan los habitantes de la zona, dada la crisis ambiental que atravesamos y que se ha manifestado en la entidad por el daño de los incendios forestales, la crisis del agua y el huracán Otis, entre otros fenómenos.

Igualmente saben de la importancia y de la dificultad que trae consigo el de crear conciencia entre el estudiantado y sus familias sobre estos hechos, así como de la importancia de crear redes de apoyo entre las escuelas y las comunidades y de capacidades de resiliencia desde la infancia hasta la edad adulta.

Pese a esta ardua misión, las y los docentes también expresan que aún no reciben el reconocimiento que merecen. Incluso, existen estigmas y prejuicios que no permiten reconocer su verdadera labor y un trabajo que realizan diariamente, indica Flor Itzel Vargas Nájera, estudiante Normalista del Centro de Actualización del Magisterio (CAM) Acapulco.

Se deben tomar en cuenta las evaluaciones de los docentes, pero también lo que dejan en sus alumnos. La evidencia son los propios alumnos a través de quienes se demuestra el trabajo del docente.

El papel de las escuelas, de las maestras y los maestros es vital ante desastres naturales, crisis sociales o políticas o situaciones de violencia. Por ejemplo, las escuelas son usualmente utilizadas como centros de acopio o albergues, por el sentido de seguridad que transmiten, explica Rosa Wolpert, Oficial de Educación de la UNESCO en México. Sin embargo, el sector educativo es pocas veces incluido como parte de la reactivación inmediata.

Si una escuela está preparada para un fenómeno estará en condiciones de apoyar a la comunidad… Para hablar de cómo prepararse, cómo ayudar y cómo cuidar nuestros espacios.

Como parte de la estrategia de apoyo a la recuperación educativa tras el huracán Otis en el estado de Guerrero, la UNESCO inició sus actividades de apoyo a la Secretaría de Educación del Estado (SEG) trabajando con los actores clave del sistema: las maestras y los maestros. Por ello, compartió su experiencia obtenida en diversos países que enfrentaron desastres naturales y crisis sociales mediante el primer taller de capacitación en terreno de la metodología para Educación en Emergencias: “Reconstruir sin ladrillos”.

Docentes, incluidos en puestos de dirección y supervisión, en taller de la UNESCO

“Reconstruir sin ladrillos” es una metodología creada por la UNESCO que, en la situación actual de zonas dañadas en Guerrero, abre las puertas a una nueva forma de pensar la reparación socioemocional y la atención ante emergencias desde un enfoque transformativo.

En la capacitación participaron más de 300 docentes de educación básica (preescolar, primaria y secundaria), entre ellos de puestos directivos y de supervisión, así como formadores de docentes de los municipios afectados de Acapulco, Coyuca de Benítez y Chilpancingo, quienes fueron guiados por las coautoras de la metodología: Griselda Amuchástegui e Isabel del Valle.

Docentes de Guerrero creando juegos con telas y pelotas simples.

Para Griselda, hay que reconocernos como seres vulnerables para disponernos a desaprender para aprender y con ello reconstruir, y como lo señala Isabel, hay una dimensión trascendental en el proceso de sanación por eventos de crisis en la que las maestras y los maestros siguen tomando un papel preponderante, pues establecen una relación vincular.

Para la comunidad docente que participó en los talleres, fue un encuentro importante porque, además de adquirir herramientas y reconocer las áreas en las que requieren seguir profesionalizándose, lograron identificarse como agentes de apoyo, con fortalezas y capaces de generar cambios profundos en la mente de los y las estudiantes y sus comunidades.

Las maestras y los maestros son el presente sin el cual no es posible la misión de construir, desde las entrañas de las crisis y la adversidad, un mundo más justo y esperanzador mediante el derecho a una educación inclusiva, equitativa y de calidad.

Docentes, incluidos en puestos de dirección y supervisión, en taller de la UNESCO
Una joven y un niño sentadas sobre el suelo y frente a frente, ponen sus manos al centro con las palmas hacia arriba y de ellas emanan figuras de colores.

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